En el caso de las cebollas y el ajo, la codicia vale la pena. Es más fácil para los fanáticos de este dúo aromático evitar al menos algunos cánceres, según estudios realizados en Italia y Suiza.
Científicos bajo la supervisión de la Dra. Carlotta Galeone del Instituto de Investigaciones Farmacológicas Mario Negri en Milán analizó los resultados de ocho proyectos de investigación de Italia y Suiza. Incluían personas mayores que padecían varios tipos de cáncer y personas sanas debidamente seleccionadas. Se recopilaron datos detallados sobre su dieta, hábitos alimenticios, ejercicio y otros aspectos de su estilo de vida.
Lea también: La dieta contra el cáncer: una alimentación saludable previene el cáncerDescubrieron que comer un mínimo de siete porciones de cebollas a la semana reducía la probabilidad de cáncer de colon a más de la mitad, en comparación con quienes lo evitaban. Los amantes del ajo, por otro lado, tenían una cuarta parte menos de probabilidades de sufrir cáncer de colon que los pacientes cuyas dietas no lo incluían. Ambos vegetales también redujeron el riesgo de cáncer de boca, garganta, riñón y ovario.
Los científicos desconocen el mecanismo anticancerígeno de la cebolla y el ajo, pero sospechan que el potencial efecto anticanceroso puede tener, por ejemplo, los flavonoides o compuestos de azufre presentes en ellos. Es importante destacar que estos resultados están en línea con estudios previos de cultivos de células cancerosas y animales que encontraron que ciertos ingredientes en las cebollas y el ajo podrían inhibir el crecimiento tumoral.