Lista "E": ¿qué sustancias contiene realmente? En la conciencia común de los consumidores, las sustancias adicionales son sinónimos principalmente de conservantes, lo que no se corresponde completamente con el estado real. Las sustancias adicionales se dividen en 26 categorías, que incluyen: colorantes, edulcorantes, potenciadores del sabor, estabilizadores, conservantes y mejoradores.
Sustancias adicionales, marcadas con el símbolo E, poseen la gran mayoría de los productos alimenticios disponibles en nuestro mercado. Contienen un número de identificación según el INS (International Numbering System) internacional. Cada una de estas sustancias, para ser aprobadas para la producción de alimentos, debe contar con una opinión positiva del Comité de Expertos en Alimentos de la FAO / OMS y, en la Unión Europea, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. Estas instituciones evalúan las sustancias en términos de los riesgos para la salud del consumidor derivados de su consumo. Actualmente, las reglas para el uso de aditivos (es decir, dosis, categorías de productos a las que se pueden agregar) están definidas en el Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo (CE) No 1333/2008 del 16 de diciembre de 2008, que es obligatorio para todos los países de la UE.
¡"E" no tiene por qué doler!
Un mito repetido por los consumidores es que los aditivos alimentarios son sustancias fabricadas artificialmente, por lo que no son seguros para la salud. Mientras tanto, muchos de los aditivos utilizados por la industria alimentaria se producen de forma natural, por ejemplo, el ácido benzoico contenido en frambuesas, ciruelas o arándanos. De acuerdo con las regulaciones de la UE, los productores de alimentos deben marcar el uso de sustancias adicionales proporcionando el símbolo E junto con el número de identificación apropiado y la función tecnológica que una sustancia determinada realiza en un alimento.
Edulcorantes en los alimentos: acesulfamo, aspartamo, sucralosa
Los edulcorantes juegan un papel importante en la producción de alimentos "ligeros", de bajo contenido energético o sin azúcar. Entre los más conocidos se encuentran: Edulcorantes intensivos (que incluyen: acesulfame K E 950, aspartamo E 951, sucralosa E 955). Su dulzura es muchas veces superior a la de la sacarosa. Por tanto, estas sustancias se utilizan en cantidades muy pequeñas, por lo que no influyen en el valor energético del producto.
1. Tenga en cuenta que los productos que contienen aspartamo (E 951) o la sal de aspartamo y acesulfamo (E 962) no deben ser consumidos por personas que padecen fenilcetonuria. Por tanto, los productores están obligados por la legislación de la UE a colocar información relevante en el embalaje.
2. Los polioles (incluidos: sorbitol E 420, xilitol E 967) son sustancias caracterizadas por un nivel de dulzor más bajo que la sacarosa con un valor energético más bajo. El consumo excesivo de productos que contienen polioles puede provocar alteraciones en la peristalsis. Los productos que contienen polioles en exceso del 10% deben etiquetarse con una nota de que el consumo excesivo de estos productos puede tener un efecto laxante.
Los productos a los que se hayan aplicado edulcorantes deben llevar una etiqueta que indique que el producto contiene edulcorantes. Si se agregan tanto azúcar como edulcorantes, esta información debe aparecer en la etiqueta del producto.
Los tintes pueden afectar negativamente a los bebés
Para hacer un producto alimenticio más atractivo, a menudo se utilizan tintes en su producción. Se pueden encontrar en productos como: confitería, productos de pastelería, repostería, postres, helados, bebidas no alcohólicas. Los siguientes colorantes aparecen en las etiquetas de los productos: amarillo ocaso (E 110), amarillo de quinolina (E 104), azorubina (E 122), rojo allura (E 129), tartrazina (E 102), rojo cochinilla (E 124) información adicional sobre los posibles efectos nocivos de los mencionados tintes para actividad y atención en niños. Vale la pena señalar que a veces el uso de aditivos en un producto alimenticio es una necesidad para poder garantizar la calidad y seguridad adecuadas del producto. Un ejemplo son los embutidos, cuya producción utiliza nitritos (E 249-E 250), que inhiben eficazmente los microorganismos responsables de la formación de botulínico tóxico. Sin embargo, debe recordarse que el consumo excesivo de productos que contienen aditivos puede estar asociado con un riesgo potencial para la salud. Por lo tanto, es aconsejable usar una dieta variada, elegir los alimentos menos procesados, seguir las reglas de una buena nutrición y, al elegir productos alimenticios, seguir la información de las etiquetas.
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