La terapia de reversión de hábitos es un tipo de psicoterapia conductual. Su conducta tiene como objetivo ayudar a los pacientes que experimentan trastornos en forma de algunos ataques de las actividades habituales (por ejemplo, tics o tricotilomanía) a aprender a controlar sus dolencias. ¿Cuáles son algunos otros usos de la terapia de reversión de hábitos y cómo funciona?
La terapia de entrenamiento de reversión de hábitos (HRT, por sus siglas en inglés) es una de las técnicas que pertenecen a las terapias conductuales. Esta terapia tuvo sus orígenes en la década de 1970 y, hasta el día de hoy, se utiliza con éxito en el tratamiento de diversos trastornos mentales. La terapia de reversión de hábitos se puede realizar en principio en cualquier paciente, incluso los niños pueden beneficiarse de ella.
Terapia de reversión de hábitos: ¿cuándo usarla?
La TRH se utiliza para tratar los trastornos mentales del grupo de los trastornos del control de los impulsos y las pulsiones (hábitos). Este método puede traer los resultados esperados en personas con tricotilomanía (la necesidad de arrancarse el cabello), la terapia de reversión de hábitos también se puede llevar a cabo en personas que habitualmente se chupan el pulgar o en pacientes que luchan con la necesidad de morderse las uñas o pellizcarse la piel. Otro problema más en el que la TRH también puede ser útil son los trastornos de tics.
Vale la pena saberlo
La terapia de reversión total de hábitos consta de varios pasos. Pertenecen a ellos:
- entrenamiento de conciencia,
- entrenamiento de respuesta competitiva,
- controlar los estímulos,
- ejercicios de relajación,
- entrenamiento generalizado.
Terapia de reversión de hábitos: pasos
Los pacientes deben realizar el mayor trabajo durante la TRH desde el principio de la terapia. Esto se debe al hecho de que el paciente debe tener mucho cuidado consigo mismo durante el entrenamiento de conciencia.En esta etapa de la terapia de reversión de hábitos, es necesario tener en cuenta las circunstancias exactas en las que aparece el comportamiento problemático: un tic nervioso o, por ejemplo, arrancarse el cabello o morderse las uñas. Las observaciones están destinadas a determinar qué comportamientos preceden a la ocurrencia de una actividad habitual. Durante el entrenamiento de conciencia, puede ser muy útil observarse en el espejo y luego escribir los detalles que observe. Esto permite al paciente predecir cuándo se desarrollará un hábito patológico y contrarrestarlo mediante una respuesta competitiva.
En la siguiente etapa de la TRH, es decir, durante el entrenamiento de respuesta competitiva, los pacientes aprenden a realizar actividades que evitarán su hábito. Por ejemplo, las personas que luchan con un trastorno de tic pueden aprender a tensar los músculos de forma controlada, de modo que el tic no aparezca en ellos. En el caso de que el tic esté relacionado con el movimiento de los globos oculares, se puede contrarrestar apretando los párpados durante unos segundos. El terapeuta que ayuda al paciente a elegir el tipo de respuesta competitiva intenta elegirlo para que su ejecución no sea difícil para el paciente. También es importante que el comportamiento que contrarresta la aparición de un hábito sea menos perceptible para el entorno que el hábito en sí. Sin embargo, para hacerlo, el paciente debe poder anticipar cuándo experimentará un problema, por lo que es tan importante dedicar el mayor esfuerzo posible a la formación de conciencia.
La primera etapa de la terapia de reversión de hábitos también es importante porque, a partir de las observaciones obtenidas durante la misma, se lleva a cabo la siguiente etapa de la TRH: el control de estímulos. El registro de cuándo se produce un hábito patológico en un paciente permite identificar situaciones específicas en las que se produce el problema. Por ejemplo, los ataques de desgarro del cabello pueden ocurrir, por ejemplo, cuando el paciente está inactivo o en una situación en la que se encuentra en un lugar específico de su departamento. Tales observaciones permiten evitar estas situaciones y así reducir la frecuencia de aparición de un determinado hábito problemático.
Los ejercicios de relajación, que constituyen otro elemento de la TRH, también son extremadamente importantes; no es raro que los hábitos patológicos aparezcan con mayor frecuencia cuando los pacientes experimentan un estrés significativo. Es por esta razón que la capacidad de aliviar la tensión se vuelve muy valiosa; incluso al reducir la intensidad del estrés, puede resultar que el paciente experimente tics o la necesidad de pellizcarse con mucha menos frecuencia.
Los pacientes que se someten a una terapia de reversión de hábitos hacen la mayor parte del trabajo en casa. El último elemento de la terapia, la formación general, es ayudar al paciente a no mostrar sus hábitos no solo en el hogar, sino también en otros entornos, por ejemplo, en el trabajo o en la escuela.
Terapia de reversión de hábitos: ¿cuánto tiempo lleva?
Los primeros efectos de la terapia de reversión de hábitos pueden aparecer a los pocos días de iniciarla, sin embargo, los resultados finales suelen aparecer después de varios meses. En este caso, se necesita tiempo para que el paciente fortalezca el efecto de la reversión de los hábitos.
A dónde ir en busca de ayudaEn teoría, puede intentar realizar una terapia de reversión de hábitos por su cuenta. Sin embargo, no se recomienda hacerlo. Esto se debe al hecho de que un terapeuta experimentado no solo sabe cómo indicarle al paciente lo que lleva a la aparición de actividades habituales en él, sino que también es capaz de elegir correctamente la respuesta competitiva mencionada anteriormente. El terapeuta también es importante porque su apoyo puede ser realmente invaluable: los pacientes necesitan mucha motivación para someterse a una terapia de reversión de hábitos, y el apoyo, además del que reciben de sus seres queridos, debe provenir del psicoterapeuta.
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