Las competencias sociales en el trabajo no parecen menos importantes que las que tenemos gracias a la educación o la experiencia. Cada vez más empresas en casi todas las industrias prestan atención no solo a las habilidades duras de los candidatos a un puesto, sino también a las llamadas suave, incl. precisamente competencias sociales. Entonces, ¿cómo los desarrollas?
Tabla de contenido:
- Competencias sociales en el trabajo: ¿qué son y cómo nos afectan?
- Competencias sociales en el trabajo: ¿cómo desarrollarlas?
Las competencias sociales en el trabajo son su elemento importante. Porque si bien no se puede negar que las habilidades duras son la clave para realizar una determinada tarea en una determinada profesión, cada vez más el rasgo que diferencia a los empleados son las habilidades sociales, como: facilidad para establecer cooperación y funcionamiento en grupo, comunicación efectiva, comprensión de situaciones sociales o apertura a la diversidad.
Sin duda, el conocimiento de un lenguaje de programación determinado o las últimas tendencias en soluciones técnicas es valioso, pero para que la tarea se realice de forma rápida y eficaz, el equipo debe saber comunicarse y encontrar la solución óptima en conjunto.La demanda de especialistas técnicos y financieros es alta, pero de los mismos especialistas que aportan habilidades sociales altamente desarrolladas como valor agregado, aún mayor.
El ejemplo de un especialista altamente calificado en el campo de la ciencia puede parecer alejado de la vida cotidiana de una gran parte de la sociedad, pero muestra que incluso en un empleado tan deseable se valoran las habilidades sociales. Estas competencias son bienvenidas en prácticamente todas las industrias. Una persona que sabe encontrarse en un equipo, es capaz y está dispuesta a comunicarse, no genera conflictos innecesarios, pero es capaz de mantenerse asertiva, siempre es bienvenida.
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Competencias sociales en el trabajo: ¿qué son y cómo nos afectan?
Las competencias sociales consisten en muchos factores que indican el grado de eficiencia en el funcionamiento en situaciones sociales. Debe recordarse que este es un conjunto individual de características, cada una de las cuales puede desarrollarse en un grado diferente, por ejemplo, una persona que se comunica excelentemente puede tener dificultades para hacer frente a la situación de exposición social. Vale la pena mirar la lista de componentes individuales de las habilidades sociales y considerar si alguno de los elementos necesita capacitación adicional.
Comunicación, es decir, la capacidad de expresarse claramente (verbal y no verbal) y leer los mensajes de otras personas. Un comunicador eficaz es aquel que minimiza las distorsiones en el mensaje, verifica si se entiende o se entiende bien, habla por sí mismo, evita generalizaciones, no asume que el receptor adivinará el mensaje.
Trabajar en grupo, es decir, disposición para comunicarse, afrontar situaciones de conflicto, disposición para desempeñar varios roles en el equipo según la necesidad del momento. La capacidad de leer el proceso que tiene lugar en cada grupo es una de las competencias sociales básicas que constituyen el activo de un empleado.
Apertura a los contactos sociales y la diversidad. La facilidad para establecer relaciones profesionales, la rápida integración en un equipo con el menor tiempo de adaptación posible en un grupo también es una habilidad valorada en el ámbito laboral. Si a esto le sumamos los desafíos derivados de la globalización del mercado laboral y la frecuente migración laboral, resulta que la falta de rigidez social se convierte en un factor clave. Y la apertura para trabajar en un entorno que combina diferentes culturas o industrias es un recurso enorme.
Flexibilidad en condiciones sociales cambiantes. La facilidad para encontrarse en la estructura cambiante del equipo es útil no solo en el modo de trabajo por proyectos, donde los roles de las personas individuales cambian según el orden que se lleva a cabo, sino también en equipos que se desarrollan dinámicamente donde a menudo aparecen nuevas personas y los empleados existentes son promovidos o promocionados. cambiar departamentos. La falta de apego rígido al papel desempeñado, la disposición para asumir desafíos y, a veces, también para realizar tareas que no utilizan plenamente las calificaciones profesionales, es una habilidad valiosa.
Competencias sociales en el trabajo: ¿cómo desarrollarlas?
El primer paso es darse cuenta de a qué nivel ya están desarrollados los diferentes elementos que componen las habilidades sociales. Es importante que este autoconocimiento se base en hechos y no en nuestras creencias al respecto.
A menudo podemos encontrarnos con una situación en la que una persona está convencida de su capacidad para trabajar en equipo, pero siempre se encuentra con equipos reacios, difíciles o que no cooperan. Vale la pena preguntarles a sus seres queridos sobre la observación. Si esta fuente de conocimiento resulta insuficiente, es posible utilizar diagnósticos y soporte en la consulta de un especialista.
Psicólogo, terapeuta. El especialista, al brindar apoyo individual, ayudará a analizar las experiencias sociales previas y las creencias relacionadas con ellas, así como el apoyo para resolver las dificultades y designar áreas para un mayor desarrollo.
Talleres de desarrollo personal. Las actividades grupales para el desarrollo personal son extremadamente útiles para mejorar el desempeño social. En condiciones seguras, bajo la supervisión de un especialista, puede adquirir conocimientos y experiencia relacionados con un tema seleccionado, pero al mismo tiempo aprovechar la oportunidad de trabajar en un grupo de taller. Nos permite abordar la dinámica del proceso en el que participan al menos unas pocas personas, con la situación de exposición social, pero también con el intercambio de pensamientos y estrategias de acción.
Entrenamiento interpersonal. Esta formación es un método de trabajo en grupo que te permite trabajar un poco más en ti mismo. Durante la formación, los participantes tienen la oportunidad de ver cómo funcionan en el grupo, confrontar sus propios comportamientos, automatismos y cómo es percibido por el entorno y cómo afecta al propio participante.
Formación social y trabajo autónomo. Trabajo independiente para desarrollar tus competencias sociales, utilizando situaciones cotidianas. Cruzar la zona de la comodidad social, teniendo en cuenta sus necesidades, es una forma eficaz de desarrollo.
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Si desea mejorar los componentes individuales de las habilidades sociales, vale la pena aprovechar las oportunidades disponibles. Participar en un juego de equipo en la comunidad local o en proyectos voluntarios que requieran trabajo en grupo puede ser un campo de prueba agradable tanto en términos de cooperación, unirse a un nuevo equipo y tratar de cambiar roles sociales. Vale la pena comprobar cómo la eficacia de la comunicación se verá influida por un cambio en la proporción entre escuchar y hablar o experimentos con paráfrasis.
Independientemente de la industria y la posición, las interacciones sociales no se pueden evitar y, por lo tanto, son importantes. Estas competencias se traducen directamente en la forma de funcionar tanto en el ámbito laboral como en la vida privada. El nivel en el que se desarrollan depende de muchos factores, como las características individuales, el entorno de crianza y la formación a la que estamos sometidos todos los días. Sin embargo, conviene recordar que las competencias sociales siempre se pueden desarrollar y mejorar, teniendo así un impacto real en la calidad de vida.