La dieta compatible con el grupo sanguíneo B es principalmente rica en proteínas animales: cordero y carnero (pero no aves de corral), mientras que los cereales y los productos lácteos deben eliminarse de ella. ¿Qué más son las recomendaciones dietéticas para las personas con tipo de sangre B?
Una dieta compatible con el tipo de sangre B debe tener en cuenta la susceptibilidad de las personas que la padecen a determinados trastornos del sistema inmunológico: esclerosis múltiple, lupus y síndrome de fatiga crónica. Sin embargo, al seguirlos cuidadosamente, generalmente mantienen una buena salud. Una dieta compatible con el tipo de sangre B le brinda grandes oportunidades. Representa todo lo mejor del reino animal y vegetal. Los alimentos que pueden alterar los cambios metabólicos y contribuir al aumento de peso son principalmente las legumbres y algunos granos y semillas (trigo sarraceno, maíz). El gluten de trigo también es nocivo, aunque no tanto como en el caso de las personas del grupo sanguíneo 0. Sin embargo, cuando se combina trigo con maíz, lentejas o cacahuetes, el efecto es igual de devastador.
Dieta según tipo de sangre B: productos recomendados
La dieta de las personas con grupo sanguíneo B debe incluir:
- la mayoría de las verduras
- carne (cordero, caza),
- kéfir
- queso cottage,
- petróleo,
- té verde
Dieta según tipo de sangre B: productos a evitar
La dieta de las personas con grupo sanguíneo B no debe incluir:
- aves de corral,
- lenteja,
- langostinos,
- la mayoría de las nueces
- Linaza,
- aceites vegetales,
- trigo,
- harina de centeno,
- arroz salvaje,
- Tomates
Dieta según tipo de sangre B: ventajas
Entre las dietas ordenadas por tipo de sangre, esta es la más equilibrada. En primer lugar, no elimina los ingredientes necesarios para una nutrición adecuada. Aporta todos los productos que permiten al organismo funcionar de manera eficiente: carnes y pescados magros, lácteos, grasas (principalmente vegetales), productos de cereales, verduras y frutas.
Dieta según el tipo de sangre B: desventajas
Es problemático excluir la mantequilla y, al mismo tiempo, los frutos secos y las semillas (por ejemplo, semillas de girasol, calabaza), que serían una alternativa segura a la mantequilla. Si bien la falta de mantequilla en adultos sanos no es un problema, en el caso de niños menores de 3 años, mujeres embarazadas y lactantes, los expertos en nutrición recomiendan usarla en cantidades razonables. También es preocupante que la dieta excluya por completo los tomates, que son una valiosa fuente de licopeno, un antioxidante que fortalece el sistema inmunológico.