La comida sana es un alimento natural, sin conservantes ni mejoradores diversos. Cada vez más personas en el mundo eligen productos fabricados con métodos tradicionales. Descubra por qué las conservas caseras (mermeladas, conservas, tinturas) son más saludables que las de la tienda.
Sabemos perfectamente que la comida sana es un alimento natural, sin conservantes ni mejoradores diversos. Cada vez más personas en el mundo apoyan los productos elaborados con métodos tradicionales. Compra sus alimentos en tiendas naturistas y de agricultores. Está de moda hornear pan según recetas antiguas, hacer pasta casera, fermentar repollo. Es cierto que los alimentos sin productos químicos no se pueden evitar por completo, pero puedes limitar tu consumo de estos productos llenando tus bodegas y despensas con conservas caseras.
Comida sana: en busca de sabor
Algunos de nosotros todavía recordamos el sabor de los productos de la abuela hechos de acuerdo con viejas recetas. Y aunque suspiramos por esas mermeladas, jugos, compotas, estamos ocupados y no tenemos ni cabeza ni ganas de hacer conservas. De todos modos, ¿por qué deberíamos hacerlo cuando se han introducido tecnologías modernas en la producción de alimentos, que conservan los productos alimenticios mejor que los métodos tradicionales? Los productos químicos utilizados en la industria prolongan la frescura y la vida útil de los alimentos, destruyendo las bacterias que pueden crecer y causar intoxicación alimentaria. Gracias a otros compuestos químicos añadidos, la comida tiene una apariencia más agradable, un sabor y un olor distintos. Además de los conservantes, los aditivos incluyen tintes sintéticos, espesantes, acidulantes, agentes gelificantes y sustitutos del azúcar. Es por eso que la mermelada de fresa casera no luce tan atractiva como la de la tienda.
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Alimentos saludables: lo que encontrarás en el frasco
El problema es que algunos aditivos pueden perjudicarnos. Especialmente para niños pequeños, alérgicos, ancianos y personas con un tracto digestivo sensible. El amarillo ocaso (E110), que se encuentra en las mermeladas, a veces causa alergias (urticaria, disnea), y el azul brillante (E133) agregado a las verduras en conserva puede ser perjudicial para las personas que padecen el síndrome del intestino irritable y otras enfermedades gastrointestinales. El ácido benzoico conservante (E210), que se encuentra en jaleas y jugos, irrita el revestimiento del estómago y los intestinos o causa erupción cutánea con picazón en algunas personas, sulfatos (E220-E228): náuseas y dolores de cabeza. El ácido acético (E260) agregado a los adobos y las propiedades acidificantes del hidróxido de potasio (E525) a las conservas y jaleas pueden causar dolor en personas con un estómago sensible.
Usado en la producción de mermeladas, purés, jugos, conservas, jaleas, espesantes no solo aumentan el volumen de la preparación, permitiendo la producción de más, por ejemplo, mermelada a partir de menos fruta, sino que también puede ser perjudicial. El ácido algínico (E400) está prohibido para las mujeres embarazadas y el carragenano (E407) promueve la ulceración intestinal. El tracto digestivo de las personas sensibles también puede irritarse con los edulcorantes: aspartano (E951) y sacarina (E 954). Los especialistas señalan que debido al uso generalizado de diversos aditivos por parte de los productores, podemos consumir hasta 10-20 g de ellos al día, mientras que cuanto más natural sea el alimento, mayor impacto tendrá en nuestra salud.
Comida sana: 100% naturaleza
El valor nutricional de las conservas depende principalmente de cómo las preparemos. Los mejores métodos son conservar la mayor cantidad posible de su ingrediente más importante, la vitamina C, sin el uso de conservantes, es decir, congelar y pasteurizar productos frescos. Pero cualquier forma de conservación de verduras y frutas provoca una mayor o menor pérdida de esta vitamina, ya que es sensible a las altas temperaturas, la luz y el aire, y muere en contacto con el metal (a excepción del acero inoxidable).
Idealmente, las frutas y verduras deberían provenir de la agricultura ecológica. No deben crecer cerca de fábricas, plantas químicas y líneas de comunicación. Si no tiene un jardín, cómprelos a productores confiables. Elija muestras frescas, sanas y sin daños. Lávese inmediatamente antes de usar con agua corriente. Si no es necesario, no los corte ni pele. Utilice platos de vidrio, porcelana, esmalte, gres. Los cuchillos, ralladores deben estar hechos de acero inoxidable o plástico. Para evitar que los microorganismos (hongos, bacterias) entren en las conservas, los frascos y botellas deben esterilizarse. Caliente los platos secos durante 5 minutos en un horno precalentado a 100 ° C. También puedes hervirlos: poner los platos en una olla con agua fría, calentarlos a ebullición y cocinarlos durante 5-10 minutos. Para evitar que se agrieten, coloque un paño en la parte inferior.
Cierre ligeramente los frascos y apriételos después de la pasteurización. Antes de llevarlos al sótano, compruebe que estén bien cerrados. Si alguno de ellos se vuelve líquido, las conservas deben consumirse rápidamente. Cuando aparece moho en el frasco, se debe desechar todo el contenido.
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