La vida de los pacientes con cáncer es una lucha diaria, no solo con la enfermedad o el miedo por el futuro. A menudo, los asuntos más mundanos, como la nutrición, también se convierten en un desafío. Sin embargo, la pregunta no es "cómo comer de forma saludable", sino qué hacer para prevenir la desnutrición y su posible impacto negativo en el curso del tratamiento a pesar de la aparición de alteraciones del apetito, náuseas o dolor. Como parte de la campaña "Nutrición Médica - Tus comidas en la lucha contra la enfermedad", sugieren cómo nutrir adecuadamente el cuerpo para que tenga la fuerza para combatir la enfermedad.
He descubierto por mí mismo lo terrible que es escuchar un diagnóstico oncológico. En ese momento comenzaron los peores días de mi vida. Miedo, pánico, terror: así es como puedo describir las emociones que me acompañan.
Durante mi enfermedad, también tuve problemas para comer. No estaba comiendo, mi garganta estaba tan apretada que tragar fue un gran desafío para mí. También hubo cambios en el gusto y el olfato y náuseas.
Tenía miedo de que, exhausto por la inanición y sin suficientes reservas de energía, no pudiera operarme. Necesitaba apoyo nutricional, recuerda Joanna Zielewska, una enfermera que luchó contra el cáncer hace unos años.
Problemas nutricionales de los enfermos
Hay muchos factores que pueden influir en el estado nutricional de un paciente. Los más comunes son:
- Estrés: acompaña al paciente en el momento del diagnóstico y durante el tratamiento. Su síntoma a menudo puede ser la falta de apetito, lo que se traduce en una reducción del número de comidas ingeridas.
- Proceso de la enfermedad: las células cancerosas utilizan energía y nutrientes para crecer, por lo que los pacientes con cáncer a menudo tienen un metabolismo acelerado.
- Localización del tumor: algunos tumores, especialmente los ubicados en el tracto digestivo, pueden causar, por ejemplo, dolor al comer, diarrea o una sensación de saciedad más rápidamente, y en el caso de cambios en la cabeza y el cuello, a menudo es difícil tragar.
- Efectos secundarios del tratamiento contra el cáncer: el tratamiento utilizado para combatir el cáncer, desafortunadamente, a menudo se asocia con efectos secundarios como náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento, flatulencia, malestar durante y después de comer, cambios en el gusto y el olfato y trastornos de mala absorción. Todo esto puede hacer que el paciente consuma porciones o comidas más pequeñas de lo habitual.
- La necesidad de realizar numerosas pruebas con el estómago vacío: a veces, el paciente puede omitir incluso varias comidas durante el día.
- Dieta hospitalaria: desafortunadamente, generalmente no se adapta a las necesidades de los pacientes, especialmente cuando se trata de variedad, sabor y método de administración.
Vale la pena enfatizar que la pérdida de peso durante el cáncer no debería ser la norma. Uno debe esforzarse por prevenirlo. A veces también sucede que el paciente pierde poca o ninguna pérdida. Sin embargo, conviene recordar que el paciente suele estar sometido a un tratamiento exigente, largo y agotador. Por lo tanto, vale la pena prestar atención a la nutrición en la etapa inicial de diagnóstico y tratamiento, para que el cuerpo pueda hacer frente de la mejor manera posible en el período perioperatorio, quimio o radioterapia, dice el Dr. Tomasz Olesiński del Centro de Oncología - Instituto de Maria Skłodowskiej-Curie en Varsovia.
¿Por qué es tan importante una nutrición adecuada durante el cáncer?
Un cuerpo bien nutrido tiene la posibilidad de someterse mejor a un tratamiento contra el cáncer. No en vano los médicos posponen el tratamiento si un paciente tiene análisis de sangre deficientes.
Las disminuciones en la cantidad de varios componentes de la construcción de sangre o los niveles bajos de albúmina (un tipo de proteína que circula en la sangre) son factores que pueden hacer necesarias las interrupciones del tratamiento del cáncer y, en algunos casos, reducir la efectividad del tratamiento del cáncer.
Los pacientes desnutridos pueden desarrollar complicaciones con mayor frecuencia, tolerar peor el tratamiento y, a veces, no pueden completar la terapia en dosis completas y en intervalos adecuados.
Una consulta temprana con un médico o dietista, un cambio de dieta y / o la adición de nutrición médica pueden afectar positivamente el estado nutricional y el curso de la terapia.
Un arma en la lucha contra las enfermedades
No existe una dieta única para todos los pacientes con cáncer. Cada paciente tiene diferentes necesidades, dependiendo de su estado de salud, tipo de enfermedad, método de terapia contra el cáncer y sus efectos secundarios. Es extremadamente importante que todos los pacientes mantengan un peso corporal adecuado durante el tratamiento.
Todos sabemos que es imposible sobrevivir sin aire. No solo es importante su cantidad, sino también su calidad. ¿Nos olvidamos de respirar cuando estamos enfermos? Esta no es una pregunta sin sentido. La nutrición, como el aire, también es un determinante fundamental de la supervivencia, y en la enfermedad es particularmente importante tanto en términos de cantidad como de calidad. Es por eso que el apoyo nutricional especializado debe ser una parte integral del tratamiento oncológico y debe estar en línea con los medicamentos o la rehabilitación, agrega la dietista Ewa Ceborska-Scheiterbauer de la clínica Food & Diet.
Suele ocurrir que a pesar del gran esfuerzo y la carga de trabajo de los cuidadores o pacientes para preparar una comida adecuada, la dieta tradicional resulta insuficiente o el enfermo no puede comer tanto como debería.
Si el paciente no come lo suficiente, puede ayudarse a sí mismo utilizando preparaciones nutricionales ya preparadas, por ejemplo, nutritrinas, que contienen una gran cantidad de nutrientes necesarios en cantidades y proporciones adecuadas para los enfermos.Se pueden utilizar durante todo el tratamiento: antes de las cirugías oncológicas, antes de la quimioterapia y radioterapia, entre y después de las sesiones de terapia y durante la convalecencia.