La fisioterapia para una persona con EM (esclerosis múltiple) debe comenzar tan pronto como se haga el diagnóstico, e incluso antes, tan pronto como se sospeche la enfermedad. Sin embargo, los médicos a menudo derivan a los pacientes con EM a un fisioterapeuta solo cuando su condición se deteriora claramente, aunque es mejor comenzar la fisioterapia cuando el paciente todavía está "completamente" en forma.
No se sabe si existe un posible límite para la buena tolerancia al ejercicio físico en pacientes con esclerosis múltiple. Por otro lado, ya sabemos lo suficiente no solo para no tener miedo de recomendarlo, sino para usarlo correctamente en el rango más amplio y controlado y buscar nuevas aplicaciones con optimismo.
Según el Equipo de Asesores Médicos de la Sociedad Estadounidense de Esclerosis Múltiple, "el tratamiento con movimiento en la EM es un proceso que ayuda a los pacientes a mantener o alcanzar el máximo potencial físico, mental, social y de calidad de vida adecuado al déficit neurológico, el entorno y los objetivos de vida".
El ejercicio que va más allá de los límites de la fatiga causada por las actividades diarias normales ha estado casi prohibido durante muchos años para las personas con esclerosis múltiple. El deterioro de la condición a menudo se asoció con demasiada actividad física, lo que resultó en una visión simplificada e incorrecta de que el ejercicio era dañino. Sin embargo, con el tiempo, los propios pacientes y médicos notaron que los pacientes no solo toleran muy bien determinadas actividades físicas, sino que a menudo se sienten mejor después.
¿Por qué es tan importante el ejercicio en la EM?
La justificación de la necesidad de ejercicio en los EM y el mecanismo de su impacto se centran en dos puntos:
- el esfuerzo físico es capaz de liberar las reservas del cuerpo
Esto se debe a que todo organismo vivo tiene reservas que se activan espontáneamente y siempre después de cada daño importante en cualquiera de los sistemas (por ejemplo, el sistema nervioso). Los mecanismos de compensación ("sustitución") se activan sin conciencia, pero también pueden controlarse conscientemente. La activación consciente de los mecanismos de reemplazo para compensar las deficiencias significa en la práctica que, junto con la pérdida gradual de reservas, la actividad motora del paciente debe controlarse de tal manera que sus elementos más eficientes (la mayoría de las veces los segmentos corporales con menos paresia) asuman las funciones de los sistemas más débiles. Esto puede suceder gracias a la superestructura (mejora) de las habilidades motoras seleccionadas (fuerza, velocidad, resistencia, coordinación) dentro de los segmentos corporales más eficientes. Por lo tanto, la oportunidad para los pacientes es ajustar constantemente su comportamiento motor a sus capacidades. Sin embargo, existen cientos de actividades diarias que una persona puede realizar mientras trabaja, en casa y en reposo. Cada tarea de movimiento, como cambiar la posición del cuerpo de estar acostado a estar de pie, ponerse los pantalones o preparar una comida, se basa en una actividad muscular compleja. Sin embargo, cada una de estas tareas tiene muchas opciones específicas de ejecución. Lo mejor es consultar a un fisioterapeuta al momento de ajustar el método de realización de la actividad, ya que utilizar algunas reservas puede no ser siempre beneficioso. El reemplazo simple e incontrolado del trabajo de algunos músculos por otros más eficientes a veces satisface la necesidad funcional actual, pero a largo plazo puede causar en ocasiones una sobrecarga irreversible. Por ejemplo, las personas con EM suelen tener problemas con el control completo de la extensión de las articulaciones de la rodilla cuando ponen peso en la extremidad inferior. Las articulaciones de la rodilla en una persona así tienden a doblarse inesperadamente bajo el peso del cuerpo, lo que hace que se sienta amenazado e inseguro. La estrategia de seguridad más sencilla, que el paciente elige inconscientemente, es extender completamente las articulaciones de la rodilla (hiperextensión) mientras se sostiene. Sin embargo, este método no es beneficioso a largo plazo, ya que puede provocar que los ligamentos posteriores de la rodilla se estiren demasiado y, además, su inestabilidad. Así, una decisión aparentemente sencilla de facilitar la realización de una tarea motora puede tener consecuencias positivas o negativas a lo largo del tiempo.
- El esfuerzo físico afecta la reconstrucción y los cambios en el sistema nervioso central.
Estos cambios en la estructura y función del sistema nervioso central se denominan cambios plásticos. La plasticidad cerebral tiene muchas manifestaciones, pero la más común es la creación de nuevas conexiones entre las células nerviosas y la participación de nuevas células nerviosas que antes no estaban involucradas en el control de una función determinada. Es importante que este tipo de cambios también se produzcan en el sistema nervioso central de personas que padecen enfermedades progresivas. Los estímulos de la intensidad adecuada provocan tales cambios de forma espontánea, incluso sin la participación de la voluntad del enfermo. También pueden modularse y controlarse en cierta medida por factores externos. Los cambios plásticos en el cerebro son más beneficiosos cuando son el resultado de las acciones planificadas del paciente y de quienes lo cuidan. Al estimular el cerebro mediante una actividad motora adecuada, se crean las condiciones para su mejor reconstrucción posible.
Los elementos más importantes de la actividad física planificada para inducir cambios plásticos en el cerebro en un paciente con EM son:
- duración larga y absoluta del esfuerzo físico aplicado
- gran diversificación de la actividad motora para que el movimiento no sea monótono (estimulando diferentes grupos musculares)
- realizar tantos ejercicios y actividades físicas como sea posible que no sean estereotipados y lo obliguen a concentrarse constantemente
- el riesgo moderado debe ser parte de la actividad física
- el desempeño eficaz de las tareas motoras debe lograrse con dificultad y esfuerzo; las tareas realizadas con facilidad no estimulan los cambios de plástico
- imaginar movimientos específicos sin realizarlos estimula el cerebro en una medida significativa, no mucho menos que la obtenida durante el movimiento. La imaginación motora estimula el cerebro tanto antes como inmediatamente después de la actividad motora, ya distancia en el tiempo.
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Asociación Polaca de Fisioterapia