La alegría es una emoción positiva provocada por algo agradable. Va acompañado de un cierto tipo de excitación, que incluye una sensación de alegría, satisfacción, a veces incluso euforia. De niños somos capaces de experimentar la alegría, sintiéndola muy intensamente con todo nuestro cuerpo y respondiendo espontáneamente, por ejemplo, con risas, ricos gestos o gritos. A lo largo de los años, sometidos a diversos tipos de formación social, perdemos esta espontaneidad hasta cierto punto.
Tabla de contenido:
- ¿Qué es la alegría?
- ¿Por qué necesitamos alegría?
- ¿Cómo puedes disfrutar la vida?
¿Qué es la alegría?
La alegría es una emoción que cada vez damos menos oportunidades de revelar a lo largo de los años. ¿Por qué, si es natural luchar por la alegría y los sentimientos positivos asociados con ella? Debido al surgimiento de algunas creencias limitantes, patrones familiares y culturales y experiencias que nos enseñan a ignorar o reprimir nuestras emociones. Imaginemos una persona que trabaja en un puesto de responsabilidad y que dirige un gran equipo. Se ve a sí mismo como una persona estable, seria y responsable, está convencido de que una persona con tales cualidades no muestra una alegría excesiva y está bastante lejos de reacciones espontáneas o entusiastas. Podemos suponer que los efectos de tal estrategia tendrán consecuencias negativas.
Podemos enumerar situaciones en las que reprimimos la alegría sin cesar, pero conviene recordar que la naturaleza odia la vacuidad, por lo que en lugar de las emociones positivas reprimidas existen sustitutos que pueden suplir esta carencia, aunque sea en un pequeño grado, por ejemplo, estimulantes, exceso de comida o destructivos, arriesgados. hábitos. Esto se ve reforzado por el hecho de que es más fácil para nosotros experimentar placer que alegría.
El placer es un estado relacionado con la satisfacción de necesidades y sentidos con una génesis fisiológica, es fácil de evocar e identificar y no requiere mucha auto-percepción. La alegría, como emoción, es un fenómeno más complejo y profundo. ¿Por qué? Creado, entre otros Según los medios de comunicación, la creencia de que uno debe ser optimista y la tristeza es un signo de fracaso no facilita la experiencia ni de la tristeza ni de la alegría. Vale la pena fortalecer la capacidad de notar lo bueno de la vida, apreciar lo que tienes y no darle demasiada importancia a lo que no tenemos influencia. Sin embargo, fingir alegría, una sonrisa que esconde frustración y lágrimas no es la solución. No podemos sentir alegría por completo sin sentirnos completamente tristes o enojados.
Experimentar conscientemente todas las emociones y los contrastes entre ellas completan la vida y nuestro desarrollo.
Sí, puedes, y a veces incluso debes aprender deliberadamente a experimentar la alegría, así como aprendimos a no sentir alegría como resultado de varios procesos de socialización, pero es bueno recordar por qué emprendemos alguna actividad. Hay una diferencia entre tomar una decisión consciente "Sonreiré más porque me sirve, porque quiero comprobar si cambiará algo" y "Sonrío porque todo el mundo lo hace porque el entorno espera que yo lo haga" o "Sonrío porque pretendo no hacerlo". Estoy triste".
Cuando comenzamos a estar listos para sentir alegría, nuestra sensibilidad para sentir emociones en general aumenta. Esto le ayuda a conocer su yo real: áreas en las que sería bueno trabajar y aquellas que deberían fortalecerse. Vale la pena aumentar la conciencia de experimentar la alegría y buscar oportunidades para asociarse con esta emoción. Con el tiempo, reprimiendo la alegría o pretendiendo serlo, olvidamos cuál es realmente su fuente para nosotros. Teniendo en cuenta que a algunas personas les resulta relativamente fácil disfrutar de la vida, mientras que otras tienen dificultades en esta área por diversas razones, vale la pena dedicar un poco de tiempo y esfuerzo al "entrenamiento de la alegría".
Lee también: AUTOCEPTACIÓN: 13 consejos para sentirte bien contigo mismo Anhedonia o alegría perdida. Causas, síntomas, tratamiento de la anhedonia. LA RISA es saludable: oxigena, relaja, elimina el estrés y reduce el dolor¿Por qué necesitamos alegría?
La alegría, como otras emociones, es una herramienta que nos ha dotado la naturaleza. Es ella quien hace la vida más plena. La alegría y sus efectos positivos nos brindan información sobre lo que es seguro, beneficioso, agradable e importante para nosotros. Experimentar la alegría juntos o experimentarla cuando el estímulo es el apoyo de la otra persona para establecer y mantener relaciones. Entre otras cosas, se fortalece, gracias a ella tenemos fuerza, estamos listos para explorar y cruzar fronteras. La alegría y la respuesta fisiológica que la acompaña nos da la oportunidad de regenerarnos.
¿Cuándo la alegría ya no es saludable?
El equilibrio en el ámbito de las emociones es un indicador de satisfacción o plenitud de vida, pero también de salud como tal. Lo que puede ser perturbador desde el punto de vista de la salud es la falta de alegría, entendida como una tendencia a sentir tristeza o entumecimiento emocional, pero también un exceso de alegría, es decir, un estado de euforia prolongada. Si bien la experiencia prolongada de tristeza o apatía y la incomodidad asociada con ella pueden inducir a un psicólogo o psiquiatra a buscar ayuda, no son los estados eufóricos naturales los que pueden alentarlos a mantenerse. Una persona que experimenta manía, un trastorno mental en un grupo afectivo, generalmente lo describe como algo agradable. La alegría sostenida, la energía que la acompaña y la voluntad de actuar son aparentemente un estado que puede ser deseable y contra el que no se debe luchar. Sin embargo, la escala de destrucción provocada por un estado prolongado de manía a menudo, a pesar de los sentimientos positivos, arruina muchas áreas de la vida. La facilidad para emprender conductas de riesgo, creer que estas acciones tendrán éxito, etc., puede representar una amenaza para la persona que experimenta la manía, pero también para su entorno inmediato. También vale la pena recordar que el trastorno suele ir acompañado de irritabilidad excesiva, frustración fácil y, como resultado, ataques de ira. Vale la pena apoyar la experiencia consciente de la alegría, trabajando en un estado de ánimo feliz, pero cuando el sentimiento de alegría o euforia comienza a afectar negativamente nuestra vida, es buena idea consultar a un psicólogo o psiquiatra.
También debe recordarse que tomar atajos a menudo puede ser peligroso, y el deseo de mantener un estado de alegría por más tiempo o provocarlo a voluntad puede involucrarse en la adicción. El uso de sustancias psicoactivas, la realización de conductas destructivas que van a provocar un estado de euforia son una tentación cuyos peligros no necesitan ser explicados. Cuando los productos químicos o el comportamiento de riesgo se convierten en la principal fuente de alegría, vale la pena echar un vistazo al consultorio de un psicólogo.
Importante
¿Para qué sirven las emociones?
Las emociones son herramientas diseñadas para apoyar nuestra capacidad de sobrevivir. La intensidad y rapidez con la que aparecen son para ayudarnos a tomar decisiones en una situación de emergencia casi sin reflexionar. Dejarnos llevar en el mundo de hoy no siempre es una estrategia beneficiosa, pero durante muchos años, en una situación potencialmente mortal, jugó un papel importante en la supervivencia de nuestra especie. Por lo general, cuando se actúa bajo la influencia de las emociones, se acompaña de un fuerte sentido de rectitud, una reducción de la perspectiva y una gran determinación. También debe recordarse que las emociones están involucradas en la toma de la mayoría de las decisiones, lo que a menudo es utilizado por, entre otros, la industria de la publicidad.
La emoción y todo lo relacionado con ella suele preceder al pensamiento, por lo que trabajar en el control de las emociones tiene diferentes resultados. Lo que definitivamente vale la pena desarrollar en el área emocional es expandir la conciencia de lo que sentimos, por qué sentimos algo y qué acciones tomamos en relación con ello.
¿Cómo puedes disfrutar la vida?
Puedes aprender a experimentar o, si lo prefieres, a disfrutar de la vida.Como ocurre con cualquier ciencia, la gente está feliz de tener una facilidad diferente en el desarrollo de esta área, y el posible progreso puede llegar a un ritmo diferente. Ahora que hemos establecido que no se trata de ignorar la tristeza o la ira, sino de fortalecer aquellas áreas de la vida que nos dan alegría, existen algunas formas prácticas de aprender.
1. Observate a ti mismo
Observe sus creencias sobre la alegría y los mensajes que tiene sobre la alegría relacionados con su cultura y el hogar familiar.
2. Apreciación y un listón alto
Comprueba dónde está tu barra. La ambición excesiva o las expectativas alejadas de la realidad son a menudo lo que nos dificulta sentir alegría: "No puedo ser feliz hasta que me asciendan", "tal vez tenga un esposo amoroso, pero no vivimos en la casa que soñé", etc. Comencemos por practicar la gratitud por lo que ya sucedió, lo que ya logramos, lo que ya experimentamos. Al final de la semana, vale la pena crear una lista de cosas o experiencias por las que estamos agradecidos, la vista de detalles escritos en una hoja de papel hará que nos sea más fácil darnos cuenta de cuántos motivos tenemos para la alegría. No se trata de deshacerse de la ambición, sino de equilibrar su objetivo con la parte del camino que ya ha ganado. Compruebe si mover la barra más y más alto cada vez que alcanza un cierto umbral, sirve a su alegría y sensación de realización.
3. La práctica de la atención plena
Lo que a menudo quita la alegría es analizar demasiado lo que ya ha sido o es probable que sea. Vale la pena tomarse el tiempo para mirar el presente, y las técnicas de atención plena serán de gran ayuda para hacerlo.
4. Reserva tiempo para pequeños placeres
Es cierto que el placer no es alegría, pero puede ser de gran ayuda en la etapa inicial de trabajar en la alegría. Reserve incluso unos minutos para usted cada día. Dedique este tiempo a algo que disfrute o crea que podría hacer. Un delicioso té bebido en paz y tranquilidad, una canción favorita que te recuerda un viaje de vacaciones, una película corta de tu satírico favorito haciéndote llorar son formas sencillas y accesibles de proporcionarte un poco de sentimiento positivo. Los momentos agradables y alegres acercan la alegría.
Un cuerpo cansado de los deberes y obligado a ser excesivamente activo experimenta la alegría con menos frecuencia. La alegría está en todos nosotros, por lo que vale la pena darle al cuerpo y la mente un poco de respiro y la posibilidad de regenerarse.
5. "No recuerdo qué me hizo feliz"
Trate de recordar sus juegos infantiles favoritos. ¿Fueron juegos al aire libre relacionados con el movimiento, la competencia o quizás la cooperación? ¿Tu juego favorito atraía la imaginación, la necesidad de construir o, más bien, la comunicación con tus compañeros? Una vez que lo recuerde, busque una actividad que ahora pueda relacionarse con sus alegres experiencias infantiles.
6. Prueba cosas nuevas, experimenta
Solías disfrutar de la pintura en el pasado, ¿pero ya no es así? Así que prueba algo nuevo. Inscríbete en una clase de baile, prueba clases de natación o hornea pasteles. Hay muchas posibilidades y no todas requieren dinero o mucho tiempo. Esté abierto a nuevas experiencias y pruebe nuevas pasiones como nuevas camisetas hasta que encuentre algo que se adapte mejor a usted en esta etapa de su vida. La mera búsqueda de nuevas actividades puede ser muy divertida.
7. Cuida la actividad física
Numerosos estudios confirman el hecho de que la actividad física y los deportes regulares, incluso a nivel recreativo, ayudan a sobrellevar el mal humor. Al pensar en el entrenamiento de la alegría, vale la pena cuidar el movimiento regular, que no solo estimulará al cuerpo a producir más endorfinas, sino que también reducirá la tensión emocional. El ejercicio regular aporta beneficios a largo plazo en el área psicofísica. Fortalece la capacidad de sentir emociones positivas y recuperar el equilibrio después de experimentar enojo o tristeza. Incluso la actividad física de una sola vez conduce a causar alegría o incluso euforia, la excitación placentera causada de esta manera es uno de los métodos constructivos para influir en las emociones y el estado de ánimo. Vale la pena probar diversas actividades y disciplinas deportivas para ver cuál es la más efectiva para nosotros.
8. Centrarse en el cuerpo
Intenta hacer un pequeño experimento, mira la sensación de tu cuerpo cuando sientes alegría. Compruebe dónde puede sentirlo en su cuerpo, ya sea una respiración rápida, "mariposas en su estómago" o una risita que es difícil de controlar. Trate de responder a la pregunta: "¿Cómo sabe cuando siente alegría? ¿Qué me dice que lo que está sintiendo es euforia, satisfacción, placer", etc.? ¿Qué pensamientos vienen entonces? ¿Qué comportamientos acompañan a esta emoción en particular? Esta observación no solo puede aumentar nuestra autoconciencia, sino que también facilitará que nuestra cabeza y nuestro cuerpo se muevan hacia la alegría y exploren sus tipos.
Vale la pena saberloSi, a pesar de los intentos realizados por uno mismo para trabajar la alegría, los efectos no se notan o hay problemas en el área de las emociones, vale la pena recurrir al apoyo de un especialista. A menudo, un psicólogo puede ayudarlo a analizar y resolver las causas de los problemas emocionales.
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