Tengo 30 años y dos hijos. En mi primer embarazo subí 30 kg, después del final de la lactancia, de 75 libras antes de que el embarazo pesara 98. Las dietas y otros cambios tuvieron un efecto a corto plazo. Perdí otro embarazo y el siguiente me dio un segundo hijo y otros 3 kg. Lleno de repugnancia, ahora peso 104 kg, mido 178 cm. Como cuando estoy estresado, como cuando estoy triste y cuando estoy aburrido. Me odio a mí mismo, mi matrimonio se está desmoronando. Es cierto que no solo por este motivo, sino que también se refleja aquí mi acercamiento a mí mismo. Odio la actividad física, sobre todo porque el último embarazo "me rompió el corazón" y mi corazón quiere suicidarse al entrar al 4º piso. Tengo hipotiroidismo, uno pequeño, tomé más pastillas para bajar de peso. Sé que es patético y no ayudó, y los resultados de TSH son 0.06 después de estos experimentos. ¿Qué debo hacer conmigo mismo?
Me alegro de que hayas hablado. De su correo electrónico concluyo que encuentra la situación actual difícil e incómoda y necesita cambiarla. Esto es bueno, porque darse cuenta del problema, la voluntad de trabajar en uno mismo e introducir modificaciones de comportamiento es el primer paso hacia un cambio permanente. Sin embargo, creo que en esta etapa sería útil el apoyo de un psico-dietista. Ayudará a organizar prioridades, reformular ciertas creencias y ayudar a desarrollar comportamientos alternativos para los reflejos alimentarios impulsivos actuales.
También vale la pena trabajar en técnicas para descargar emociones. Antes de acudir a un especialista, te recomiendo que pienses en definir objetivos realistas. Recuerde también que la primera regla sobre la forma de introducir los cambios previstos y alcanzar las metas es la confianza en uno mismo. En situaciones de estrés, a menudo aparecen pensamientos negativos que sabotean nuestras intenciones: "Me odio a mí mismo, mi matrimonio está fracasando". Tales pensamientos no solo afectan nuestro estado de ánimo (empeorando), sino que también, si se convierten en pensamientos cotidianos, pueden afectar al cuerpo e interrumpir el proceso de pérdida de peso. Repetir "como cuando estoy estresado, aburrido", etc. hace que introduzcamos ese mecanismo de pensamiento, creemos una cierta creencia. Vale la pena intentar reformularlo. Vale la pena trabajar en crear pensamientos positivos y de apoyo. Recuerde que deben basarse en hechos, proteger nuestra vida y salud y ayudar a lograr nuestros objetivos. ¡Mantengo los dedos cruzados por ti!
Recuerde que la respuesta de nuestro experto es informativa y no sustituirá una visita al médico.
Agnieszka ŚlusarskaPropietario de la Clínica Dietética 4LINE, dietista jefe de la Clínica de Cirugía Plástica del Dr. A. Sankowski, tel.: 502501596, www.4line.pl