La cistoscopia es un examen de la vejiga mediante el examen visual de la mucosa que recubre la vejiga con un espéculo llamado cistoscopio. La endoscopia vesical es útil en el diagnóstico de enfermedades del tracto urinario.
La cistoscopia se realiza con mayor frecuencia bajo anestesia general en condiciones hospitalarias, tarda entre 5 y 10 minutos. Se llevan a cabo mediante un espéculo llamado cistoscopio, que tiene aproximadamente el diámetro de una pluma. Hay dos tipos de cistoscopios: flexibles y rígidos.
Cistoscopia: indicaciones
La necesidad de una cistoscopia puede estar indicada por:
- hematuria
- urolitiasis
- malformaciones de la uretra y la vejiga
- Problemas urinarios que no responden al tratamiento o que han surgido después de una cirugía pélvica.
La cistoscopia también se realiza con regularidad después de extirpar neoplasias, por ejemplo, papiloma de vejiga. Además, la cistoscopia le permite evaluar el segmento inicial de los uréteres.
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Cistoscopia: ¿cómo se realiza este examen de la vejiga?
Por lo general, se usa una colonoscopia con un cistoscopio flexible para buscar la causa de los síntomas urinarios, como la hematuria. A veces, se administra un gel anestésico local en la uretra en lugar de un anestésico general. Luego, el médico inserta un cistoscopio en la vejiga a través de la uretra. Examina su interior de cerca y, a veces, también toma fragmentos de tejido para analizarlos (biopsia).
La cistoscopia también le permite extirpar algunos tumores de la vejiga o triturar y eliminar cálculos de la vejiga (esto es la llamada cistolitotomía).
La cistoscopia con un endoscopio flexible toma solo unos minutos y generalmente no requiere pasar la noche en el hospital. Si se requieren más exámenes o cirugía, puede ser necesario realizar una cistoscopia con un espéculo rígido.
Después de examinar la vejiga con un cistoscopio, es posible que sienta algunas molestias al orinar. Debe beber muchos líquidos. Para evitar infecciones del tracto urinario, su médico le recetará un antibiótico.
Se realiza un examen con un cistoscopio rígido para detectar la presencia de cálculos, tumores u otros cambios patológicos. Durante esta prueba, se pueden realizar muchos procedimientos pequeños simultáneamente, como una biopsia o la destrucción de tejido anormal con el uso de calor (llamado diatermia). También se puede realizar un examen con citoscopio rígido bajo anestesia local.