La trombosis de la vena hepática, o síndrome de Budd-Chiari (BCS), es una enfermedad hepática que rara vez se diagnostica. Puede provocar su fallo, cirrosis e incluso necrosis. ¿Cuáles son las causas y los síntomas de la trombosis de la vena hepática? ¿Cómo se trata el BCS?
La trombosis de la vena hepática, o síndrome de Budd-Chiari (BCS), es una enfermedad cuya esencia es el bloqueo de la salida de sangre de las venas hepáticas a la unión de la vena cava inferior con la aurícula derecha. Dependiendo del grado de obstrucción de la salida de sangre venosa del hígado y la obstrucción de las venas hepáticas, se distingue por una forma fulminante, aguda y crónica de la enfermedad.
Trombosis de la vena hepática - causas
Hay trombosis venosa hepática primaria y secundaria. El síndrome de BCS primario se puede describir cuando la causa de los trastornos del flujo sanguíneo es un proceso que tiene lugar dentro del vaso (por ejemplo, trombo, inflamación). Puede ser el resultado de una enfermedad hereditaria (p. Ej., Deficiencia de proteína C, mutación del gen de la protrombina) o una enfermedad adquirida (p. Ej., Síndrome antifosfolípido, hemoglobinuria paroxística nocturna o enfermedad de Behçet).
Por otro lado, la trombosis secundaria de las venas hepáticas es una consecuencia de la presión sobre el vaso por las estructuras adyacentes, por ejemplo, tumores cancerosos (cáncer de hígado, riñón), abscesos y quistes.
También hay casos en los que la trombosis se asocia al uso de anticonceptivos orales e inmunosupresores.
Trombosis de la vena hepática: síntomas
Los primeros síntomas de la trombosis de la vena hepática son dolor abdominal y fiebre (si se ha desarrollado una infección al mismo tiempo). En la etapa avanzada de la enfermedad, los síntomas aparecen como consecuencia de la insuficiencia hepática y la hipertensión portal:
- ascitis
- agrandamiento del hígado (hepatomegalia) y el bazo (llamado esplenomegalia)
- Edema periférico
- sangrado de várices esofágicas o estomacales
- encefalopatía (alteración del funcionamiento del sistema nervioso central debido a la acción de toxinas que aparecen en el sistema debido al daño hepático)
En pacientes con trombosis de la vena cava inferior avanzada y de larga duración, se puede observar una dilatación significativa de las venas subcutáneas abdominales. Dependiendo de la forma de la enfermedad, estos síntomas pueden desarrollarse lentamente y sentirse mal (forma crónica) o muy rápida e intensamente (forma fulminante).
Trombosis de la vena hepática: diagnóstico
Si se sospecha trombosis de la vena hepática, se realiza una ecografía de la cavidad abdominal para evaluar el flujo en las venas hepáticas y el sistema portal. El diagnóstico final se realiza sobre la base de la tomografía computarizada y la ecografía Doppler, gracias a la cual se puede evaluar la dirección y velocidad del flujo sanguíneo dentro de las venas hepáticas.
Trombosis de la vena hepática: tratamiento
Hay cuatro formas de tratamiento para la trombosis de la vena hepática. La terapia suele comenzar con la administración de anticoagulantes. Solo cuando este método resulta ineficaz, se utilizan otros métodos hasta que el paciente se cura.
1. Tratamiento farmacológico anticoagulante (se administra heparina de bajo peso molecular y otros anticoagulantes).
2. Angioplastia y prótesis de venas hepáticas.
3. Fístula intrahepática transcervical sistémica portal (TIPS). Este procedimiento se puede realizar en pacientes que tienen una vena porta obstruida.
4. El trasplante de hígado se puede realizar en pacientes que han fallado en el tratamiento de anticoagulación, angioplastia y TIPS y en pacientes que han sido diagnosticados con insuficiencia hepática fulminante.
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