La intoxicación por monóxido de carbono (monóxido de carbono, CO), comúnmente conocida como intoxicación por monóxido de carbono, es un tipo común de intoxicación, generalmente causada por chimeneas bloqueadas, rejillas de ventilación obstruidas o mala ventilación en varias habitaciones.
Chad es peligroso porque es inodoro e incoloro. Si ignoramos los primeros síntomas del envenenamiento por monóxido de carbono, las consecuencias pueden ser nefastas. Chad es absorbido por el tracto respiratorio, conecta, entre otros, con la hemoglobina y dificulta el transporte de oxígeno a los pulmones y la descarga de oxígeno a los tejidos. Esto da lugar a hipoxia y, como consecuencia, daño a los órganos internos y muerte.
Los síntomas del envenenamiento
Los síntomas de la intoxicación por monóxido de carbono dependen de la concentración de monóxido de carbono en el aire y del tiempo de exposición para la inhalación. El primer síntoma de intoxicación por monóxido de carbono es el dolor de cabeza. A esto le siguen: mareos, vómitos, aturdimiento, debilidad, dolor en las extremidades, convulsiones, aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria, pérdida del conocimiento y, en caso de exposición a una concentración muy alta de monóxido de carbono, muerte en poco tiempo. Un síntoma característico de la intoxicación aguda por monóxido de carbono es también un color rojo distintivo de la piel.
Síntomas de intoxicación crónica por monóxido de carbono
Las personas que se intoxican regularmente con monóxido de carbono pueden quejarse de dolores de cabeza frecuentes, deterioro de la memoria y de la capacidad de pensamiento lógico, pérdida del apetito, deterioro del sentido del olfato, insomnio, aumento de la frecuencia cardíaca, temblores musculares, piel azulada. La inhalación prolongada de incluso pequeñas cantidades de monóxido de carbono es muy dañina para el cuerpo.