Los trastornos del sueño pueden referirse a una duración anormal del sueño o un comportamiento indeseable durante el sueño. Es un problema clínico muy grave que afecta al funcionamiento diario del paciente, impidiéndole en ocasiones realizar sus actividades habituales. Vea qué tipos de trastornos del sueño son, conozca sus causas y tratamientos.
Los trastornos del sueño afectan a un porcentaje cada vez mayor de la población; se estima que alrededor del 30% de las personas padecen varios tipos de problemas de sueño. La enfermedad más común de este tipo es el insomnio: sus síntomas pueden afectar hasta a la mitad de los adultos y aproximadamente el 10% son diagnosticados con su forma crónica (crónica).
Dado que el sueño es una necesidad fisiológica humana básica, que regula muchas funciones importantes del cuerpo (por ejemplo, tiene un impacto en el equilibrio hormonal, en funciones cerebrales como recordar, asociar, concentrar), los trastornos del sueño afectan significativamente nuestro bienestar y rendimiento intelectual en durante el día. Aquellos con el curso más turbulento, como la narcolepsia, pueden impedir significativamente el funcionamiento normal o incluso representar un riesgo de pérdida de salud (esto también se aplica, por ejemplo, a la forma extrema de sonambulismo). Pero incluso los trastornos del sueño episódicos, si no se tratan a tiempo mediante el cambio de hábitos dañinos, pueden convertirse en una forma a largo plazo que es mucho más difícil de tratar.
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Trastornos del sueño: clasificación
Existen varias clasificaciones de los trastornos del sueño. En Polonia, la clasificación según la CIE-10 (la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud desarrollada por la OMS) es de aplicación general. Divide los trastornos del sueño en dos tipos:
- alteración orgánica del sueño (G47): es uno de los síntomas de otro trastorno mental o somático, por ejemplo alteraciones en el inicio y la duración del sueño, apnea del sueño, narcolepsia y catalepsia;
- Trastornos del sueño no orgánicos (F51): se consideran un trastorno separado causado por factores emocionales, por ejemplo, insomnio no orgánico, sonambulismo, terrores nocturnos, pesadillas.
Actualmente, los psiquiatras para categorizar las enfermedades relacionadas con el sueño utilizan con más frecuencia la Clasificación Internacional Estadounidense de Trastornos del Sueño (ICSD), cuya creación también dio lugar a un nuevo campo de la ciencia llamado somnología. Las entidades patológicas incluidas en esta clasificación se dividen en primarias y secundarias. Los trastornos secundarios acompañan a otras enfermedades mentales y somáticas o son una consecuencia de sustancias químicas previamente tomadas (drogas, estimulantes). Los trastornos primarios se dividen en disomnias y parasomnias.
El disomna es un trastorno en el que la cantidad o la calidad del sueño es anormal. El sueño puede ser demasiado corto (insomnio), demasiado largo (hipersomnia) o puede ser anormal (narcolepsia, alteración del ritmo de sueño-vigilia).
La parasomnia ocurre cuando la duración del sueño es normal, pero se produce un comportamiento indeseable durante el sueño, por ejemplo, una persona camina dormida, tiene pesadillas, experimenta parálisis del sueño o de repente comienza a gritar, llorar o agitar los brazos mientras duerme.
Maneras de dormir bien por la noche
Trastornos del sueño: tipos y características
Entre las disomnias, se distinguen las siguientes:
- insomnio: se diagnostica cuando un paciente tiene problemas para conciliar el sueño o para permanecer dormido durante más de 3 noches durante la semana. Cuando tal situación dura más de un mes, nos enfrentamos al insomnio crónico. Las causas más comunes de insomnio son los trastornos y enfermedades mentales (50-60%), especialmente la depresión y la ansiedad. También puede ser una consecuencia del síndrome de piernas inquietas (SPI).
- hipersomnia: se trata de dormir demasiado (más de 9 horas) o somnolencia excesiva que se produce durante el día a pesar de haber dormido bien por la noche. La hipersomnia es un síntoma común de depresión y consumo excesivo de psicotrópicos o alcohol.
- narcolepsia: esta es una enfermedad con varios síntomas:
- episodios de somnolencia (el paciente solo necesita 5 minutos para conciliar el sueño en cualquier situación, incluso en una que requiera concentración, por ejemplo, durante una conversación);
- cataplejía: una disminución repentina del tono muscular, como resultado de lo cual el paciente cae al suelo;
- alucinaciones: tener imágenes muy realistas mientras duerme;
- parálisis del sueño: una sensación de parálisis completa del cuerpo mientras permanece despierto cuando se queda dormido o al despertar.
- alteraciones en el ritmo del sueño y la vigilia: un tipo de disomnia que se produce debido a alteraciones en el funcionamiento del reloj biológico interno. Consiste en la falta de sincronización entre el propio ritmo de sueño y las exigencias del entorno. A menudo causado por cambios de husos horarios o turnos.
Las parasomnias más comunes incluyen:
- sonambulismo: sentarse en la cama, levantarse y caminar mientras duerme sin su conocimiento
- intoxicación somnolienta: una sensación de desorientación inmediatamente después de despertarse, acompañada de balbuceos, movimientos caóticos, falta temporal de contacto con el medio ambiente
- Terrores nocturnos: un sentimiento de miedo fuerte que interrumpe el sueño, manifestado por gritos, llantos y, a veces, agresión.
- pesadillas: sueños muy realistas y aterradores que el soñador recuerda mucho después de despertarse. Pueden ser causados por experiencias traumáticas de la niñez o por un trastorno de estrés postraumático.
Trastornos del sueño: causas
Los trastornos del sueño pueden ser un síntoma de otras enfermedades mentales y somáticas, por ejemplo, depresión, drogadicción y drogadicción, síndromes de dolor, trastornos metabólicos y endocrinos (incluido el hipertiroidismo). Por lo tanto, toda persona con problemas de sueño debe someterse a un paquete de exámenes médicos generales, a partir de los cuales será posible determinar si los trastornos que aparecen en ellos son secundarios (consecuencia de otra enfermedad) o primarios.
En los trastornos primarios del sueño, las causas más comunes son:
- Condiciones genéticas: el paciente muestra síntomas de trastornos del sueño desde la infancia, su sueño es superficial, interrumpido y breve. Con la edad, debido al estilo de vida antihigiénico y los mecanismos naturales de envejecimiento, estos síntomas se intensifican y se vuelven crónicos;
- Causas psicofisiológicas: relacionadas con una situación de vida difícil, por ejemplo, divorcio, muerte de un ser querido, problemas económicos y otras situaciones que causan estrés a largo plazo. Si el estado mental del paciente no mejora durante mucho tiempo, los trastornos del sueño se vuelven más permanentes y se convierten en una forma crónica;
- No seguir las reglas de higiene del sueño: el estilo de vida irregular y los hábitos nocivos pueden conducir al desarrollo de problemas crónicos del sueño. Las personas que se despiertan y se duermen en diferentes momentos, pasan mucho tiempo en la cama (por ejemplo, leyendo, viendo televisión), cenan tarde, pasan mucho tiempo bajo iluminación artificial o no realizan actividad física regular son particularmente vulnerables a su aparición.
Trastornos del sueño: diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico de los trastornos del sueño debe comenzar con una visita al médico de cabecera, quien evaluará la salud general del paciente y ordenará las pruebas de laboratorio básicas. Si un especialista excluye una enfermedad somática, el siguiente paso debe ser una visita a la Clínica de Salud Mental local. Allí se realizarán investigaciones para descartar trastornos mentales. Solo después de asegurarse de que los problemas del sueño no son el resultado de una enfermedad somática o mental, el paciente puede acudir a un centro especializado en medicina del sueño (la lista de centros está disponible en el sitio web de la Sociedad Polaca de Investigación del Sueño). En tales instalaciones, se realizan pruebas de sueño muy completas: pruebas polisomnográficas, durante las cuales, entre otras cosas, actividad bioeléctrica cerebral (EEG), tono muscular, niveles de actividad diurna y nocturna del paciente.
Cuando se diagnostica insomnio secundario, los trastornos del sueño se tratan mediante el tratamiento de los síntomas de la enfermedad subyacente. Por ejemplo, en el caso de depresión, será terapia con antidepresivos, en el caso de hipertiroidismo, terapia con fármacos tiroostáticos.
Si a un paciente se le diagnostica un trastorno primario del sueño, el tratamiento más común es el uso de hipnóticos combinados con psicoterapia cognitivo-conductual.
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