El retraso mental (discapacidad intelectual) es un trastorno del desarrollo que se manifiesta como una reducción significativa de las funciones intelectuales. Se asocia con dificultades en el aprendizaje, la comunicación, la realización de actividades cotidianas sencillas, la adquisición de competencias sociales.Aunque una discapacidad mental no se puede curar por completo, la implementación de técnicas terapéuticas apropiadas al principio del desarrollo de un niño puede ayudarlo a volverse independiente más adelante.
El retraso mental es un término que cubre un amplio espectro de trastornos del desarrollo de diversa gravedad. No es una entidad patológica, sino un conjunto de síntomas que acompañan a muchas enfermedades genéticas (por ejemplo, síndrome de Down), neurológicas (por ejemplo, parálisis cerebral), enfermedades metabólicas, resultantes de cambios en la vida prenatal o lesiones físicas experimentadas durante la infancia.
El retraso mental se puede considerar en dos aspectos:
- clínico-médico - entonces el término significa una reducción congénita o existente de la niñez en el nivel de desarrollo intelectual,
- psicológico y social - luego el énfasis principal se pone en el aspecto social de la discapacidad, sus consecuencias para las habilidades interpersonales y el funcionamiento independiente en la sociedad (ir a la escuela, trabajar, ocuparse de asuntos formales, administrar una casa).
En la comunidad de psicólogos y educadores, se considera que el término "retraso mental" estigmatiza y perpetúa estereotipos negativos sobre las personas con discapacidad intelectual (aunque el nombre funciona oficialmente en medicina y rehabilitación). Por lo tanto, se insta a utilizar el término "discapacidad intelectual" en la nomenclatura no médica, que tiene un matiz más neutral.
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En la clasificación de los trastornos del desarrollo intelectual, el criterio de CI en la escala de Wechsler se utiliza con mayor frecuencia.
69-55 IQ Wechsler - retraso mental leve
Corresponde al nivel de inteligencia de una persona de 10 a 12 años y es la forma más leve de retraso mental. Es el tipo de discapacidad intelectual que se diagnostica con más frecuencia (representa el 85% de todos los diagnósticos). Las personas con discapacidades leves tienen problemas con el pensamiento abstracto, son menos perceptivas, tienen una memoria más débil y sus ideas son menos precisas. Son incapaces de comprender algunos conceptos, especialmente los relacionados con fenómenos y objetos complejos. En ellos domina el pensamiento concreto-pictórico. Son pobres para sacar conclusiones, razonar de causa-efecto, comparar y generalizar. No tienen problemas en la vida familiar, generalmente atraviesan bien el proceso de socialización, aunque aquí es determinante el papel del entorno y su actitud hacia los discapacitados. Los niños con retraso mental leve muestran un desarrollo motor retardado: luego aprenden a sentarse y caminar.
54-35 IQ Wechsler - retraso mental moderado
Corresponde al funcionamiento intelectual de un niño de 6-9 años. Diagnosticado en el 10% de los casos. La persona con discapacidad moderada tiene dificultad para prestar atención y tiene un ritmo de aprendizaje muy lento. Solo puede dominar los conceptos básicos de escritura, lectura y aritmética y aprender actividades profesionales simples. De niño, se desarrolla con una gran demora: se sienta a los 2 años, domina la capacidad de caminar a los 3 años. Muestra una gran sensibilidad y se apega fácilmente a los educadores. Tiene poco control sobre sus emociones, impulsos y aspiraciones. Puede ser apático, muy tranquilo, sin causar problemas educativos o viceversa: hiperactivo, desobediente, con tendencia a perturbar y destruir objetos.
Wechsler 34-20 IQ - retraso mental severo
Corresponde al nivel de desarrollo de un niño de 3-6 años y afecta al 3-4% de los casos diagnosticados. Una persona severamente discapacitada tiene serios problemas con las habilidades motoras, hablar, percibir, recordar e incluso ejecutar órdenes simples. Le resulta difícil concentrarse; solo puede concentrarse en objetos que satisfagan sus necesidades y se destaquen, por ejemplo, con un color claro. Es capaz de mostrar cariño, pero lo hace de una forma muy sencilla, sin controlar por completo sus emociones. Puede cuidar la higiene y satisfacer sus necesidades básicas. Sin embargo, no puede pasar por el proceso de socialización y requiere la ayuda de un cuidador todo el tiempo.
Menos de 20 coeficiente intelectual de Wechsler: retraso mental severo
Las personas con este tipo de discapacidad tienen un nivel de capacidad intelectual similar al de los niños de 2-3 años. Son incapaces de aprender y recordar. Dominan un máximo de 3 palabras y responden a varios comandos. Carecen de síntomas claros de la vida amorosa, son capaces de transmitir solo mensajes emocionales muy simples. Son completamente dependientes y requieren el cuidado constante de otra persona.
Retraso mental: causas
Las causas del retraso mental incluyen factores primarios y secundarios.
Las causas fundamentales incluyen factores genéticos como:
- aberraciones cromosómicas: consisten en el desarrollo de un exceso de cromosomas o un cambio en su estructura. La aberración cromosómica más común es la trisomía 21, la causa del síndrome de Down;
- Trastornos del metabolismo determinados genéticamente, por ejemplo, fenilcetonuria, galactosemia.
Las causas secundarias del retraso mental son el daño a la corteza cerebral en los períodos prenatal e infantil. Pueden ocurrir como resultado de:
- tomar sustancias ilegales durante el embarazo (hipnóticos, psicotrópicos, estupefacientes);
- enfermedad viral durante el embarazo (sarampión, rubéola, varicela, herpes zóster, paperas);
- desnutrición o deficiencia de vitaminas en la madre;
- síntomas psicoafectivos en la madre durante el embarazo (experiencias traumáticas, situaciones estresantes, aversión al niño);
- daños por radiación, químicos y mecánicos al feto;
- hipoxia y lesiones durante el parto;
- infecciones del sistema nervioso en el recién nacido (por ejemplo, meningitis);
- Daño mecánico a la corteza cerebral en un niño.
Retraso mental: tipos de trastornos del desarrollo
El retraso mental acompaña a muchas enfermedades genéticas, neurológicas y metabólicas. Las enfermedades más comunes que causan disfunción intelectual incluyen:
- síndrome de Down
- Síndrome de angelman
- Síndrome de Jacobsen
- Enfermedad de Burneville (esclerosis tuberosa)
- autismo infantil
- Síndrome de Rett
- epilepsia
- parálisis cerebral
- fenilcetonuria
- galactosemia
- toxoplasmosis
- mucopolisacaridosis
- síndrome de alcoholismo fetal (FAS)
Retraso mental - tratamiento
El retraso mental no se puede curar por completo, pero puede afectar el desarrollo de algunas funciones intelectuales en los niños que muestran sus primeros síntomas. Gracias a ello, en el futuro les será más fácil adaptarse a la vida en sociedad y alcanzar el nivel de desarrollo necesario para lograr una relativa independencia.
Las características que indican discapacidad intelectual pueden aparecer, dependiendo del grado de discapacidad, a la edad de 3-5 años. Entonces se inhibe el proceso de aprendizaje y adquisición de reglas sociales por parte del niño. Cuanto antes se diagnostique una discapacidad, mejor será el tratamiento.
En la primera etapa del tratamiento, es necesario establecer el grado de discapacidad intelectual sobre la base de pruebas psicométricas (por ejemplo, la prueba de coeficiente intelectual de Wechsler antes mencionada). Luego, en función de los resultados obtenidos, se establece un programa individual de enseñanza y rehabilitación del niño (en caso de que los síntomas se acompañen de retraso en el desarrollo motor). El tratamiento implica principalmente entrenamiento cognitivo, es decir, actividades destinadas a desarrollar las funciones cognitivas del cerebro. Aumenta las capacidades intelectuales del niño, mejora la capacidad de concentración y el ritmo de recordar.
Un niño con retraso mental diagnosticado debe asistir a una institución educativa especial, donde tiene la oportunidad de participar en programas educativos conducidos por personal calificado. Este tipo de escuelas son capaces de adaptar el plan de estudios a las habilidades intelectuales de los estudiantes, ofrecen clases que desarrollan no solo la mente, sino también las habilidades motoras y psicosociales. Su infraestructura está adaptada a las necesidades de los niños que, además de las disfunciones intelectuales, tienen un grado importante de discapacidad física.