Los quistes renales pueden ser benignos o malignos, congénitos o adquiridos, unilaterales o afectar a ambos riñones a la vez. La gran mayoría de estos cambios, hasta un 90-93%, son leves. ¿Cuáles son las causas y los síntomas de un quiste renal? ¿Cuáles son los tipos de quistes y cómo se tratan?
Tabla de contenido
- Quistes renales simples
- Quistes renales complejos
- Clasificación bosnia de masas quísticas en los riñones.
- Enfermedad renal quística adquirida
- Enfermedad renal poliquística (enfermedad renal quística)
- Enfermedad renal quística del adulto
- Enfermedad quística renal
- Displasia renal poliquística
- Núcleo de riñón esponjoso - riñón esponjoso
- Médula renal quística
- Nefronoftisis
Los quistes renales son espacios fluidos dentro de su parénquima. Pueden ser benignos o malignos, congénitos o adquiridos, unilaterales o afectar a ambos riñones a la vez.
La gran mayoría de estos cambios, hasta un 90-93%, son leves.
Existen algunas de las enfermedades más comunes en el curso de las cuales se observan quistes renales.
Los quistes renales adquiridos son:
- quistes simples
- enfermedad renal quística adquirida
Los quistes congénitos incluyen:
- médula esponjosa de los riñones
- displasia renal poliquística
Por otro lado, los quistes renales determinados genéticamente incluyen:
- enfermedad renal poliquística autosómica dominante
- enfermedad renal poliquística autosómica recesiva
- nefronoftosis
- enfermedad quística renal medular
Cada cambio diagnosticado requiere un control ecográfico periódico, ya que puede conducir al desarrollo de un proceso neoplásico maligno.
Las complicaciones más comunes de los quistes renales incluyen hemorragia de quistes, hemorragia del tracto urinario, infección de quistes y cáncer de riñón.
Quistes renales simples
Los quistes renales simples son espacios de líquido limitados, ubicados con mayor frecuencia en la corteza renal, con menos frecuencia en la región pélvica, en la médula.
Estos son tumores renales benignos que pueden ser únicos o múltiples en uno o ambos riñones. Los quistes generalmente se encuentran de manera incidental durante exámenes de ultrasonido urinarios o abdominales de rutina.
- Quistes renales simples: estructura
Los quistes simples están hechos de tejido conectivo fibroso que forma la pared del quiste. Por dentro está revestido de un epitelio cúbico y por dentro es líquido.
- Quistes renales simples: epidemiología
En personas mayores de 50 años, la presencia de quistes se encuentra en aproximadamente el 50% de los encuestados, en hombres 2 veces más a menudo que en mujeres.
Se ha comprobado que el tamaño de los quistes simples aumenta con la edad, inicialmente miden desde unos pocos milímetros, incluso hasta varios centímetros de diámetro.
La presencia de lesiones en personas más jóvenes y niños debe iniciar un diagnóstico más detallado para excluir otros cambios patológicos en el sistema urinario, similar a la imagen de la ecografía.
- Quistes renales simples: síntomas
Por lo general, los quistes renales simples son asintomáticos, mientras que los grandes espacios de líquido pueden causar dolor, malestar en las áreas lumbar y sacra de la columna y en la cavidad abdominal, así como hematuria e hipertensión.
Debido a la falta de síntomas característicos, los quistes simples de los riñones se detectan con mayor frecuencia accidentalmente durante los exámenes de diagnóstico por imágenes, que incluyen ultrasonido (USG), tomografía computarizada (TC) y resonancia magnética (MRI) de la cavidad abdominal.
- Quistes renales simples: diagnóstico
El método más utilizado en el diagnóstico de quistes simples en el área de los riñones y la diferenciación entre lesiones sólidas y lesiones que contienen líquido es la ecografía debido a la alta disponibilidad.
En una imagen ecográfica correcta, los quistes deben estar bien delimitados de los tejidos circundantes, con una pared delgada y contornos suaves, monocamerales, de forma ovalada y anecoicos.
Durante el examen por tomografía computarizada, una característica típica de un quiste simple es la falta de realce después de la administración intravenosa de un medio de contraste.
El descubrimiento de cambios atípicos dentro del quiste, que incluyen calcificaciones, presencia de ecos internos o un contorno irregular de la pared, debe preocupar al médico que realiza la exploración.
En este caso, se recomienda profundizar el diagnóstico con métodos de imagen más avanzados y precisos, porque los quistes que no cumplen los criterios de quistes simples requieren diferenciación de otras enfermedades renales quísticas, así como del cáncer de riñón.
En caso de dudas sobre la lesión detectada, se debe solicitar al paciente la realización de una TC, ya que es el método de elección en la detección, diferenciación y valoración del estadio de los tumores renales.
- Quistes renales simples: tratamiento
No se practica el tratamiento farmacológico o quirúrgico de pequeños quistes simples asintomáticos.
Las lesiones de gran diámetro que causan dolor o malestar deben ser removidas durante la cirugía realizada por un urólogo especialista por método laparoscópico o abierto, si el médico así lo decide.
Otro método de tratamiento invasivo es la punción del quiste para aspirar y extraer el líquido, y la esclerotización, que consiste en administrar etanol al 95% a la luz del quiste.
El trabajo del alcohol es destruir el epitelio que reviste el interior del quiste. Gracias a este procedimiento, el quiste reducirá sus dimensiones. Desafortunadamente, la frecuencia de las recurrencias del quiste simple después de la aspiración de líquido y la esclerotización es de aproximadamente el 90%.
- Quistes renales simples: complicaciones
Las complicaciones más comunes asociadas con los quistes renales simples son episodios de hematuria, infección del contenido del quiste y piuria transitoria.
Si experimenta síntomas como fiebre acompañada de dolor abdominal o piuria, consulte a su médico de cabecera.
- Quistes renales simples: control
Se recomiendan imágenes periódicas del riñón porque los quistes simples pueden degenerar en enfermedad neoplásica, pero esto es muy raro.
En el caso de quistes simples asintomáticos, se recomienda realizar una ecografía una vez al año.
Ver más fotos ¿Cómo ayudar a los riñones? 8Quistes renales complejos
Los quistes renales complejos son quistes que, en los exámenes radiológicos, muestran características que impiden que un médico los clasifique como quistes simples.
Tienen calcificación en su estructura, están limitadas por paredes gruesas y pueden fortalecerse después de la administración de un medio de contraste intravenoso durante la exploración por TC.
La detección de dicho quiste durante la investigación requiere un diagnóstico en profundidad y la exclusión del desarrollo de un proceso neoplásico.
Clasificación bosnia de masas quísticas en los riñones.
La clasificación de Bosniak permite dividir los cambios quísticos del riñón (distintos de los quistes simples) en 4 categorías. Se basa en la presencia de los rasgos característicos de los quistes descritos durante la tomografía computarizada con el uso de un medio de contraste intravenoso.
La escala es particularmente útil para determinar el riesgo de malignidad de la lesión detectada, la necesidad de tratamiento o de diagnósticos oncológicos adicionales.
Categoría I: quiste renal simple con una pared delgada
- sin particiones interventriculares
- sin calcificación
- no contienen contenido
- no mejoran tras la administración de contraste intravenoso en TC
- Los quistes con tales características no requieren tratamiento y diagnósticos oncológicos adicionales.
Categoría II: quiste benigno de pared delgada
- contiene 1 o 2 tabiques ventriculares delgados
- puede contener calcificaciones leves dentro de las paredes o tabiques
- el tabique interventricular no se refuerza tras la administración de contraste intravenoso en TC
- Los quistes con tales características no requieren más diagnósticos oncológicos.
Categoría II F (seguimiento): el quiste contiene numerosos tabiques delgados
- puede contener calcificaciones menores dentro de la pared o tabiques
- el tabique interventricular se refuerza discretamente después de la administración de contraste intravenoso en TC
- sin elementos tisulares en la luz del quiste
- quistes intrarrenales de alta densidad que no realzan> = 3 cm, que están bien delimitados de los tejidos circundantes
- Los quistes con tales características requieren exámenes de imágenes de control periódicos (cada 3-6 meses)
Quistes de categoría III con pared engrosada, irregular o lisa
- tabique ventricular múltiple, que se fortalece después de la administración de medio de contraste intravenoso en la TC
- Se recomienda una estrecha observación, más del 50% de las lesiones son malignas.
- la mayoría de ellos requieren cirugía
Categoría IV: masas quísticas con las características de quistes de categoría III con la presencia de tejidos blandos en el interior, que se fortalecen después de la administración de agente de contraste intravenoso en TC
- Se recomienda cirugía, la mayoría de las lesiones son malignas.
Enfermedad renal quística adquirida
La enfermedad renal quística adquirida es una afección que se presenta en pacientes que tienen insuficiencia renal crónica.
Se caracteriza por la presencia de más de 4 quistes en cada riñón, excluyendo la presencia de poliquistosis renal.
Se desconoce la etiología de la formación de quistes, pero se ha observado que su número aumenta con el avance de la enfermedad subyacente (los quistes renales se diagnostican en más del 90% de los pacientes en diálisis durante al menos 10 años).
Por lo general, los pacientes no refieren ningún síntoma de enfermedad y, en ocasiones, refieren la presencia de hematuria, dolor crónico en la región lumbar o cólico renal. La enfermedad renal quística adquirida no requiere tratamiento si es asintomática y sin complicaciones.
Enfermedad renal poliquística (enfermedad renal quística)
La enfermedad renal poliquística (PKD) a menudo también se denomina enfermedad renal poliquística (PKD).
Es una condición genética caracterizada por la presencia de numerosos quistes en la corteza y el núcleo del riñón.
Hay 4 tipos de enfermedad: enfermedad quística del adulto, enfermedad quística infantil, displasia renal quística y médula renal esponjosa.
Clasificación de Potter de la enfermedad quística renal basada en la imagen de los riñones en la ecografía
- Potter tipo 1 - enfermedad renal poliquística infantil (ARPKD)
- Potter tipo 2 - displasia renal poliquística
- Potter tipo 3 - enfermedad renal poliquística del adulto (PQRAD), médula renal esponjosa
- Potter tipo 4 - degeneración renal poliquística obstructiva
Enfermedad renal quística del adulto
La enfermedad renal quística del adulto (enfermedad renal poliquística autosómica dominante, PQRAD) es la enfermedad renal determinada genéticamente más común, con una frecuencia de 1: 1000 nacimientos en la población.
La PQRAD es causada por mutaciones en los genes PKD 1 (ubicado en el cromosoma 16) y PKD 2 (ubicado en el cromosoma 4).
La enfermedad puede afectar uno o ambos riñones, que aumentan con la edad y se vuelven enormes.
- Enfermedad quística renal del adulto: síntomas
Los primeros síntomas de la enfermedad suelen aparecer después de los 30 años.En la fase inicial, los pacientes refieren dolores en la región lumbar, infecciones urinarias recurrentes, poliuria y necesidad de orinar por la noche, aparición de hipertensión arterial y síntomas de cólico renal.
Con el desarrollo de la enfermedad, se observan dolores intensos en la región lumbar o dolor abdominal, hematuria, circunferencia abdominal agrandada y dolores de cabeza. La insuficiencia renal se desarrolla en la etapa final de la enfermedad quística renal.
- Enfermedad quística renal del adulto: diagnóstico
La prueba que se utiliza para diagnosticar la poliquistosis renal es la ecografía.
Las características típicas de esta entidad patológica son la presencia de numerosos quistes de diferentes dimensiones en ambos riñones, así como el importante agrandamiento de las dimensiones de estos órganos, que se vuelven abultados.
Los criterios de Ravin para el diagnóstico de PQRAD se desarrollaron basándose en la imagen de los riñones en el examen de ultrasonido. Esta clasificación se basa en la evaluación de 3 características: la edad del paciente, los antecedentes familiares y el número de quistes renales.
Entrevista familiar | Número de quistes necesarios para un diagnóstico de PQRAD | ||
Menores de 30 años | 30.-60. año de vida | Más de 60 años | |
Positivo | > = 2 quistes en uno o ambos riñones combinados | > = 2 quistes en cada riñón | > = 4 quistes en cada riñón |
Negativo | > = 5 quistes en uno o ambos riñones combinados | > = 5 quistes en cada riñón | > = 8 quistes en cada riñón |
Los exámenes de apoyo incluyen gammagrafía y urografía, mientras que en caso de dudas diagnósticas se recomienda la arteriografía renal, la tomografía computarizada o la resonancia magnética.
Los quistes pueden aparecer no solo en los riñones, sino también en otros órganos como el hígado, el bazo, el páncreas y los pulmones.
Las enfermedades que acompañan a la enfermedad quística renal incluyen hipertensión arterial, nefrolitiasis y aneurismas del círculo cerebral (Willis), que se encuentran en hasta el 10% de los pacientes.
- Enfermedad quística renal del adulto: tratamiento
Las opciones de tratamiento para la enfermedad quística renal en adultos son limitadas. Se recomienda llevar un estilo de vida moderado y evitar lesiones para evitar que el quiste se rompa.
Son típicos el tratamiento sintomático, el control del equilibrio hídrico y electrolítico, la presión arterial y la evitación de infecciones del tracto urinario.
El tratamiento quirúrgico se utiliza en situaciones excepcionales que ponen en peligro la vida. En caso de insuficiencia renal terminal, se inicia la diálisis y se debe tomar una decisión sobre un posible trasplante de riñón.
Enfermedad quística renal
La enfermedad renal poliquística del tipo AR (enfermedad renal poliquística autosómica recesiva, ARPKD) es una enfermedad determinada genéticamente que es muy rara en la sociedad (1: 6000-1: 40.000 nacimientos).
La ARPKD es causada por una mutación en el gen PKHD 1 ubicado en el cromosoma 6.
La enfermedad se diagnostica en recién nacidos y se puede sospechar durante el examen de ultrasonido prenatal de los riñones.
La enfermedad quística renal se caracteriza por una estructura anormal de los tubos colectores dentro de los riñones, que experimenta una expansión quística.
La imagen de ultrasonido muestra un aumento significativo, incluso doble, del tamaño de los riñones con una superficie irregular y abultada, una estructura cortical-espinal obliterada y una mayor ecogenicidad.
Se pueden ver numerosos quistes pequeños (de unos pocos milímetros) utilizando un cabezal de ultrasonido especializado de alta frecuencia.
Vale la pena ampliar los diagnósticos para incluir imágenes de los pulmones, el páncreas y el hígado, porque en el curso de este tipo de enfermedad renal poliquística, a menudo se producen cambios quísticos en otros órganos.
Como regla general, la enfermedad afecta ambos riñones al mismo tiempo, y solo en el 7% de los recién nacidos un órgano se ve afectado por la enfermedad. En el caso de la afectación renal bilateral, el pronóstico es muy grave y desfavorable, el 75% de los niños muere en los dos primeros años de vida.
El único tratamiento posible para la enfermedad avanzada en la que se desarrolla insuficiencia renal en etapa terminal es la diálisis y el trasplante de riñón.
Displasia renal poliquística
La displasia renal displásica multiquística (MCDK) es una de las causas más comunes de tumores en la cavidad abdominal en un recién nacido.
Hoy en día, se diagnostica durante la ecografía prenatal durante la vida fetal.
En los adultos, especialmente cuando un riñón se ve afectado por la enfermedad, se diagnostica accidentalmente durante una ecografía de control de la cavidad abdominal o del tracto urinario.
Por lo general, la displasia poliquística se presenta como una lesión unilateral, aunque también puede ser bilateral o afectar solo una parte del órgano.
Se caracteriza por la presencia de múltiples quistes de varios tamaños y la ausencia de un sistema calicotrópico adecuado. Es una afección que resulta del desarrollo anormal de los riñones en el útero.
Debido al subdesarrollo del uréter o la pelvis renal, el riñón enfermo no tiene tejido normal en términos de funcionalidad, sino solo estructuras que indican la supervivencia de estructuras fetales y quistes calcificados, entre los cuales hay un parénquima anormal.
Cuando afecta a ambos riñones, es un defecto letal.
La ecografía debe utilizarse para evaluar no solo la estructura del riñón afectado por la enfermedad, sino también todo el sistema urinario, ya que la displasia poliquística puede ir acompañada, entre otros, de la presencia de drenaje vesicoureteral, obstrucción del uréter en el riñón del lado opuesto y otros defectos congénitos en órganos como el corazón, el intestino y el sistema nervioso.
La enfermedad no es común, con una frecuencia de 1: 4,300 nacimientos en la población.
Núcleo de riñón esponjoso - riñón esponjoso
El riñón esponjoso medular (MSK) es un defecto renal congénito poco común que implica el ensanchamiento y ablandamiento de los túbulos colectores ubicados en las pirámides renales. En la población, afecta a 1 de cada 5.000 personas.
Como regla general, la enfermedad es asintomática y los primeros síntomas no aparecen hasta alrededor de los 40-50 años. años de edad, aunque la enfermedad se desarrolla desde el nacimiento.
Pueden aparecer síntomas como aumento de la excreción urinaria de calcio (hipercalciuria), hematuria, piuria estéril y cólico renal debido a una mayor predisposición a la formación de calcificaciones medulares, nefrolitiasis y nefrocalcinosis (nefrocalcinosis).
Las pruebas de imagen, como la radiografía del sistema urinario, así como el examen urográfico, que es el más sensible, se utilizan para diagnosticar la esponjosidad de la médula renal.
Muestra la presencia de depósitos perlados en la zona de las papilas renales y hebras radiales de medio de contraste en la médula renal.
El examen ecográfico muestra numerosos quistes pequeños de 1-7 mm de diámetro y numerosas calcificaciones que se asemejan a racimos de uvas.
En las preparaciones que se toman durante la autopsia, el riñón alterado parece una esponja en sección transversal, de ahí el nombre de la enfermedad.
El tratamiento de la médula renal esponjosa es solo sintomático. Se debe prestar especial atención a la prevención de las infecciones del tracto urinario, ya que a menudo reaparecen y, junto con la nefrolitiasis, pueden causar insuficiencia renal.
Médula renal quística
La enfermedad renal quística medular (MCKD) es una enfermedad determinada genéticamente, heredada de forma autosómica dominante.
La mayoría de los pacientes tienen una mutación en el gen que codifica la proteína uromodulina (es decir, la proteína de Tamm y Horsfall), que es un componente de la membrana basal tubular renal.
Hay formación de pequeños quistes y fibrosis en el parénquima de los riñones afectados, lo que reduce sus dimensiones.
Los síntomas de la enfermedad notificados con más frecuencia incluyen:
- poliuria
- aumento de la sed
- proteinuria
- cambios en los depósitos de orina
- anemia renal
El diagnóstico de médula renal quística se basa en antecedentes familiares, síntomas clínicos, pruebas de laboratorio y una imagen ecográfica típica de los riñones.
La insuficiencia renal en etapa terminal se desarrolla a medida que avanza la enfermedad. En estos pacientes, además del tratamiento sintomático, se introduce la terapia de diálisis.
Nefronoftisis
La nefronófisis (NPH) es una enfermedad renal determinada genéticamente que se hereda de manera autosómica recesiva.
La mayoría de los pacientes tienen mutaciones en el gen NPH1 (causa la pérdida de la función de la proteína nefrocistina) ubicado en el cromosoma 2, NPH2 (codifica la proteína inversina) en el cromosoma 9 o NPH3 (codifica la proteína nefrocistina 3) en el cromosoma 3, según el tipo de enfermedad.
La nefronoftosis puede ocurrir tanto en niños como en adultos, y los primeros síntomas aparecen entre los 4 y los 8 años.
Los síntomas de la enfermedad son similares a los de la enfermedad quística medular renal, con poliuria, aumento de la sed, proteinuria, cambios en el sedimento urinario y anemia renal, pero aparecen mucho antes.
Vale la pena mencionar que también hay informes de cambios extrarrenales, que incluyen retraso del crecimiento y degeneración de la retina. La insuficiencia renal en etapa terminal se desarrolla a medida que avanza la enfermedad.
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