Cuantos más kilos de más, más débil es la memoria, concluyeron los investigadores al analizar la relación entre el IMC y la demencia. También explicaron por qué la obesidad tiene un impacto negativo en la memoria y la memoria y, sobre todo, cómo prevenirla. Su investigación fue publicada en el International Journal of Epidemiology.
Un equipo de investigadores del Instituto de Epidemiología y Atención de la Salud de la UCL analizó datos de 6.582 británicos de 50 años o más, recopilados en el Estudio Longitudinal del Envejecimiento. Primero analizamos cuántas de estas personas tenían demencia utilizando tres fuentes diferentes: diagnósticos médicos, informes de información y estadísticas de episodios hospitalarios. Luego se compararon con los índices de IMC de los encuestados.
Resultó que las personas cuyo IMC era de 30 o más (es decir, eran obesas) y no perdían peso durante los años siguientes tenían un 31% más de riesgo de demencia, con un seguimiento medio de 11 años, que aquellas con un IMC de 18,5 –24,9.
El riesgo de demencia relacionada con la obesidad también se asoció con el género: se demostró que las mujeres con obesidad abdominal tenían un 39% más de riesgo de demencia en comparación con las mujeres con un IMC normal, y los investigadores encontraron que esto era independiente de su edad, educación y capacitación. estado civil, tabaquismo, genética (gen APOE ε4), diabetes e hipertensión arterial. No se ha demostrado una relación similar para los hombres.
Cuando se consideraron juntos el IMC y la circunferencia de la cintura, los participantes obesos de ambos sexos tenían un 28% más de riesgo de demencia en comparación con aquellos con un IMC normal.
Los investigadores sugieren que el exceso de grasa corporal puede aumentar el riesgo de demencia al afectar las vías metabólicas y vasculares que contribuyen a la acumulación de proteínas o cambios amiloides en el cerebro.
Algunos estudios también proporcionan evidencia de que la obesidad puede aumentar el riesgo de demencia al afectar directamente las citocinas y hormonas derivadas de las células grasas.
Como concluyó una de las autoras del estudio, la Dra. Dorina Cadar: - Se deben controlar tanto el IMC como la circunferencia de la cintura para evitar alteraciones en la regulación metabólica. Por ello, se recomienda reducir el peso a un nivel óptimo adoptando patrones de alimentación saludables y equilibrados como la dieta mediterránea, el ejercicio adecuado y la reducción del consumo de alcohol a lo largo de la edad adulta.
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