Los anticuerpos antinucleares son parte del complejo proceso de diagnóstico de las enfermedades sistémicas del tejido conectivo. El complejo mecanismo de formación de anticuerpos antinucleares dificulta la interpretación de sus resultados y la presencia o ausencia de anticuerpos individuales no siempre indica un proceso patológico. ¿Cuáles son los tipos de anticuerpos antinucleares? ¿Cuándo se debe realizar la prueba?
Tabla de contenido:
- Anticuerpos antinucleares - tipos
- Anticuerpos antinucleares: formación y mecanismo de acción
- Anticuerpos antinucleares: indicaciones del estudio
- Anticuerpos antinucleares: ¿qué es la prueba?
- Anticuerpos antinucleares: ¿cómo interpretar el resultado?
Los anticuerpos antinucleares (ANA) son autoanticuerpos dirigidos contra elementos del núcleo celular, por ejemplo, el ADN y el citoplasma. Son uno de los anticuerpos más diversos y estudiados.
Anticuerpos antinucleares - tipos
- anticuerpos contra antígenos nucleares extraíbles (anti-ENA):
- contra ADN topoisomerasa I (anti-Scl70)
- contra ribonucleoproteína (anti-RNP)
- contra el antígeno de Smith (anti-Sm)
- anti-Mi2 / Mi-2
- anti-Ro (SS-A)
- anti-La
- anti-Jo1
- anti-PM-Scl
- anti-Kn
- anticuerpos contra la proteína formadora de poros nucleares gp-2010 (anti-gp-210)
- anticuerpos contra ADN bicatenario nativo (anti-dsDNA)
- anticuerpos anti-centroméricos (anti-ACA)
Anticuerpos antinucleares: formación y mecanismo de acción
La autoinmunidad es una respuesta anormal del sistema inmunológico contra sus propios tejidos, lo que resulta en la aparición de enfermedades autoinmunes.
Se han descrito varios mecanismos de autoinmunidad, uno de los cuales es la liberación de antígenos ocultos al sistema inmunológico, por ejemplo, como resultado del daño tisular inflamatorio.
Luego se liberan elementos que se encuentran en el núcleo celular, por ejemplo, ADN, ARN, histonas, que el sistema inmunológico comienza a reconocer como algo extraño y produce anticuerpos antinucleares contra ellos.
Anticuerpos antinucleares: indicaciones del estudio
- sospecha de enfermedades del tejido conectivo:
- lupus eritematoso sistémico (presencia de anticuerpos en el 95-100% de los pacientes; los anticuerpos anti-dsDNA son un marcador específico de la enfermedad)
- lupus inducido por fármacos (95-100% de los pacientes)
- síndrome antifosfolípido (40-50% de los pacientes)
- esclerodermia sistémica (80-95% de los pacientes, especialmente anticuerpos anti-Scl70)
- polimiositis y dermatomiositis (40-80% de los pacientes, especialmente anticuerpos anti-Jo1 y anti-Mi2)
- Síndrome de Sjögren (48-96% de los pacientes, especialmente anticuerpos anti-Ro y anti-La)
- artritis reumatoide (alrededor del 10% de los pacientes)
- artritis idiopática juvenil (menos del 10% de los pacientes)
- Síndrome de Raynaud (20-60% de los pacientes)
- fibromialgia (15-25% de los pacientes)
- enfermedades mixtas del tejido conectivo (95-100% de los pacientes)
- evaluación de la actividad de la enfermedad y seguimiento de la eficacia del tratamiento, por ejemplo, anticuerpos anti-dsDNA en el lupus eritematoso sistémico
- correlacionar la presencia de anticuerpos con la aparición de síntomas específicos de la enfermedad, por ejemplo, el síndrome de Sjögren y la presencia de anticuerpos anti-Ro y anti-La
- pronosticar la enfermedad en el futuro
Anticuerpos antinucleares: ¿qué es la prueba?
La sangre extraída de la curva del codo con el estómago vacío se usa para determinar los anticuerpos antinucleares.
Los métodos para determinar los anticuerpos son muy diferentes y dependen del tipo de anticuerpo antinuclear que se mida. Se trata principalmente de métodos inmunológicos como:
- ELISA
- RIA
- inmunofluorescencia indirecta
- método de doble inmunodifusión
- Western blot
En el caso de los anticuerpos antinucleares, se utiliza un diagnóstico en dos etapas. Primero, se realiza una prueba de detección utilizando el método de inmunofluorescencia indirecta, que se caracteriza por una alta sensibilidad.
El método de inmunofluorescencia indirecta consiste en inmovilizar células HEp-2 derivadas de células epiteliales humanas en un portaobjetos de microscopio.
Las células de esta línea tienen en su citoplasma y núcleo celular antígenos que se unen a anticuerpos patológicos de la sangre del paciente.
Después de agregar el suero del paciente al portaobjetos, los anticuerpos antinucleares se unen con antígenos específicos y son visibles bajo el microscopio gracias a marcadores fluorescentes especiales.
La ventaja de la inmunofluorescencia indirecta es la posibilidad de diferenciar los tipos de anticuerpos en función del tipo de iluminación del tinte fluorescente.
Por ejemplo, el brillo del núcleo del tipo homogéneo indica la presencia de anticuerpos anti-dsDNA o anti-ssDNA.
Siempre se debe confirmar un resultado positivo de la prueba de detección. Para ello, se utilizan métodos inmunológicos muy específicos, por ejemplo, Western Blot. Después de detectar la presencia e identificación del tipo de anticuerpo antinuclear, se determina su título, es decir, la dilución más alta de suero a la que se puede detectar la presencia de anticuerpos.
Anticuerpos antinucleares: ¿cómo interpretar el resultado?
El título correcto de anticuerpos antinucleares debe ser inferior a 1:40.
Si la prueba de detección de anticuerpos antinucleares es negativa y no hay síntomas clínicos que sugieran enfermedad sistémica del tejido conectivo, el diagnóstico no debe extenderse para incluir anticuerpos específicos, por ejemplo, anti-dsDNA, anti-Sm.
Se considera que los títulos clínicamente relevantes en adultos son ≥ 1: 160 y en niños ≥ 1:40.
En caso de resultados positivos, se propone interpretar el resultado de la prueba de la siguiente manera:
- título 1: 40-1: 80 - resultado límite (débilmente positivo), en ausencia de síntomas clínicos de enfermedades del tejido conectivo, no se recomienda repetir la prueba o realizar una prueba de seguimiento, porque los resultados en la mayoría de las personas no cambian con los años
- título 1: 160-1: 640 - resultado medio positivo, en ausencia de síntomas clínicos de enfermedades del tejido conectivo, se recomienda repetir la prueba después de 6 meses
- título ≥ 1: 1280 - resultado positivo alto, en presencia de síntomas clínicos de enfermedades del tejido conectivo, se requiere un diagnóstico adicional por parte de un especialista para diagnosticar la enfermedad
Debe tenerse en cuenta que las pruebas serológicas de anticuerpos antinucleares son parte de un proceso diagnóstico complejo, y un resultado positivo siempre debe interpretarse en el contexto del cuadro clínico y la presencia de los síntomas característicos de la enfermedad.
Los anticuerpos antinucleares de título bajo están presentes en el 5% de la población sana y su frecuencia aumenta con la edad.
Además, su presencia se encuentra en condiciones fisiológicas y fisiopatológicas en las que los anticuerpos antinucleares no tienen importancia diagnóstica:
- infecciones, por ejemplo, tuberculosis, sífilis, malaria
- enfermedad del hígado, por ejemplo, cirrosis del hígado
- enfermedades pulmonares, por ejemplo, sarcoidosis, asbestosis
- cánceres, por ejemplo, leucemia, linfoma, cáncer de mama, melanoma
- enfermedades de la piel, por ejemplo, psoriasis, liquen plano
- después de un trasplante de órganos, por ejemplo, trasplante de corazón, trasplante de riñón
- uso de medicamentos, por ejemplo, medicamentos antiepilépticos, hidralazina, sales de litio,
- otras enfermedades autoinmunes, por ejemplo, enfermedad de Hashimoto, enfermedad de Addison, diabetes tipo I
- embarazo (hasta el 20% de las mujeres embarazadas)
La variación étnica caracteriza la aparición de diferentes tipos de anticuerpos antinucleares.
Por ejemplo, los pacientes caucásicos con esclerosis sistémica tienen más probabilidades de tener anticuerpos anti-ACA, y los afroamericanos y los afroamericanos tienen más probabilidades de tener anticuerpos reactivos a la topoisomerasa.
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- Fischer K. et al ... Autoanticuerpos en la práctica reumatológica. Forum Reumatol. 2016, 2, 1, 39–50.
- Enfermedades internas, editado por Szczeklik A., Medycyna Praktyczna Kraków 2010
- Diagnóstico de laboratorio con elementos de bioquímica clínica. Manual para estudiantes de medicina editado por Dembińska-Kieć A. y Naskalski J.W., Elsevier Urban & Partner Wydawnictwo Wrocław 2009, tercera edición
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