La conducción de drogas presenta los mismos riesgos que la conducción bajo los efectos del alcohol. Para navegar con seguridad en la carretera, el conductor debe estar completamente concentrado y ser capaz de tomar decisiones rápidas. Las drogas perjudican esta eficiencia e impiden una conducción segura, lo que puede tener consecuencias nefastas. Descubra cómo la marihuana, la cocaína, el LSD, el éxtasis y otras drogas afectan al conductor.
Conducir un automóvil después de las drogas conlleva un riesgo similar de accidente y las mismas consecuencias legales que beber alcohol. Todas las drogas, incluidas las de diseño, interfieren con el trabajo de los sentidos y afectan la capacidad de conducir con seguridad incluso a los conductores más experimentados.
Los efectos de consumir drogas y conducir un automóvil
Dependiendo de la sustancia consumida, las drogas pueden tener diferentes efectos sobre las habilidades psicomotoras de una persona. Algunos retrasan, otros aceleran reacciones, cambian la forma de pensar y percibir la realidad circundante. Los efectos de las drogas más comunes que afectan significativamente la capacidad de conducción incluyen:
- distorsiones de la percepción visual (alteraciones en la acomodación, agudeza visual, velocidad de reacción, en casos más severos, delirios visuales y alucinaciones);
- distorsiones de la percepción auditiva (alteración de la agudeza auditiva, localización de la dirección desde la que fluye el sonido, en casos más graves, delirios y alucinaciones auditivas);
- alteración de la concentración, atención, coordinación psicomotora y, como resultado, un retraso significativo en el tiempo de reacción;
- la dispersión de los procesos de pensamiento, la incapacidad para sintetizar selectivamente la información, que en el tráfico rodado contiene muchos factores y es extremadamente variable en poco tiempo;
- autoconfianza inadecuada con una capacidad dramáticamente limitada para evaluar correctamente el riesgo en la carretera;
- causar o empeorar la somnolencia y la fatiga;
- síntomas físicos indeseables (náuseas, mareos, espasmos musculares y debilidad, manos temblorosas, sudoración, respiración más rápida o más lenta, palpitaciones o disminución severa en peligro, sofocos y sofocos)
- inestabilidad emocional, irritabilidad, tendencia a reacciones impulsivas y agresivas, o viceversa: ansiedad;
- Trastornos psicóticos muy graves - alucinaciones - delirios: si ocurren mientras se conduce, crean inmediatamente una situación potencialmente mortal.
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Conducir bajo los efectos de las drogas: consecuencias
El efecto final de las drogas en un cuerpo humano individual es imposible de predecir, ¡y puede ser diferente cada vez! Depende de muchos factores: el tipo de sustancia, la dosis tomada, las características psicofísicas de la persona, la inmunidad en un día determinado, el clima, la hora del día, el nivel de fatiga e incluso lo que comimos y bebimos. Además, nunca puede estar seguro de lo que está tomando porque las drogas se pueden mezclar con otras sustancias químicas peligrosas. Sin embargo, todas estas medidas limitan gravemente la capacidad para conducir.
Dependiendo de los medicamentos que se tomen, los más comunes pueden causar los siguientes efectos:
Anfetamina: estimula, da una aparente sensación de mejorar la concentración de la atención, "agudiza los sentidos", lo que aumenta la confianza en uno mismo. De hecho, interrumpe la percepción visual y auditiva. Los conductores bajo su influencia tienden a conducir de manera arriesgada e imprudente a alta velocidad, y su atención se distrae. Ven un exceso de detalles innecesarios para conducir y pierden la capacidad de ver los más importantes, como las señales de tráfico. En tales circunstancias, a los conductores les resulta demasiado difícil conducir, incluso a velocidades legales. En casos extremos, las anfetaminas pueden provocar desmayos y colapso, es decir, condiciones que crean una situación de peligro inmediato para la vida.
Marihuana, hachís: ralentizan y distorsionan la percepción de estímulos visuales y auditivos, inducen estados de apatía, euforia o indiferencia, como resultado de lo cual el conductor bajo su influencia toma decisiones peligrosas con facilidad y rapidez. Conducen rápidamente al agotamiento de la atención y la concentración, ¡te dan sueño sin ser consciente del riesgo de quedarte dormido! En circunstancias extremas, provocan psicosis o pueden provocar insuficiencia cardiorrespiratoria.
Heroína: causa trastornos de la acomodación visual y, por lo tanto, alteraciones visuales, especialmente durante la noche. También ralentiza las respuestas a los estímulos auditivos. Además, provoca un estado de demencia y reduce la capacidad de concentración, con dosis más altas casi a cero. Conduce a una sensación de felicidad o indiferencia, ¡también frente a la situación del tráfico! El conductor, bajo su influencia, es incapaz de evaluar adecuadamente su propia velocidad y no percibe la mayoría de los detalles de lo que sucede en la carretera. La heroína puede hacer que te quedes dormido al volante, desmayándote debido a la supresión de la acción respiratoria y circulatoria.
Cocaína: su efecto sobre el conductor es similar al de las anfetaminas, pero la cocaína perturba aún más la conciencia del conductor. La percepción de los estímulos externos puede ser extremadamente caótica, el conductor pierde la capacidad de analizarlos selectivamente. Como resultado, el conductor nota, por ejemplo, el color del cabello y la cara del conductor en un vehículo que está pasando, pero en el otro lado no ve la señal de "¡Alto"! La cocaína también aumenta la presión arterial, la acción respiratoria y la frecuencia cardíaca. Mentalmente, da una sensación de omnipotencia, que puede llevar a una conducción atrevida y peligrosa.
LSD: especialmente peligroso debido a los estados que causa, es decir, la sensación de alienación del propio cuerpo, delirios, alucinaciones y delirios. Altera fuertemente cualquier valoración y análisis de la situación en la carretera a nivel de percepción, transmisión y síntesis de información. Representa una clara amenaza para la vida en la carretera.
MDMA (éxtasis): afecta al conductor de manera similar a las anfetaminas. Puede darle al conductor la ilusión de que aún puede conducir incluso cuando está demasiado cansado para hacerlo de forma segura.
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