La parálisis cerebral (MPD) puede tener una variedad de síntomas. Todo depende del grado y la extensión del daño. Si el área de daño cerebral es significativa, los síntomas de parálisis ya se pueden ver en el recién nacido. Si el daño es menor, pueden aparecer diversos trastornos del movimiento y de la postura en un bebé, incluso más tarde, alrededor de los 18 años. Descubra cuáles son los síntomas de la parálisis cerebral (MPD).
Los síntomas de la parálisis cerebral (MPD) varían en su naturaleza y dependen de la ubicación del daño, su grado y extensión. Pueden aparecer desde la infancia en forma de asimetría en la posición del cuerpo. Si el daño es menos grave, los síntomas pueden aparecer más tarde, es decir, en el tercer o cuarto trimestre de vida.
Parálisis cerebral (MPD): síntomas. Trastornos del movimiento
1. Alteraciones en el desarrollo del tono muscular.
- la espasticidad limita significativamente el rango de movimiento del niño, ya que se manifiesta en un aumento de la tensión muscular y, en consecuencia, conduce a una rigidez muscular.
- La flacidez muscular (hipotensión muscular) se manifiesta en un tono muscular reducido, lo que también limita el rango de movimiento del niño.
- atetosis: la aparición de movimientos lentos y no rítmicos ubicados en las extremidades superiores
El niño se inclina de forma poco natural, tiene dificultad para sostener la cabeza o darle la vuelta, no puede voltearse de lado a lado, agarra juguetes porque sus movimientos no están coordinados. El bebé también tiene dificultades para succionar los senos y tragar la comida. Posteriormente, el niño no intenta sentarse ni dar los primeros pasos.
2. La parálisis cerebral (MPD) está asociada a la inercia de una parte específica del cuerpo, lo que imposibilita la realización de movimientos. A su vez, la paresia, es decir, la parálisis parcial de los músculos motores, solo contribuye a la limitación de los movimientos.
3. Trastornos del desarrollo psicomotor
El niño logra algunas habilidades a tiempo, otras demasiado tarde, aparecen hiperactividad, trastornos de concentración, dificultades de aprendizaje. Cuanto menor sea el daño al cerebro, menos graves serán los síntomas.
4. Movimientos involuntarios: atetosis, coreoatetosis (movimientos del torso y las extremidades independientes de la voluntad del paciente), distonía (movimientos involuntarios que causan torsión y flexión de varias partes del cuerpo), ataxia (alteración de la coordinación motora de todo el cuerpo).
Las preocupaciones que lo acompañan son:
- epilepsia
- retraso mental
- trastornos visuales, auditivos y del habla
- trastornos del comportamiento