Un podólogo es una persona que se preocupa por la salud de los pies. El podólogo aún no es una profesión popular en Polonia, pero los especialistas en pies tienen cada vez más pacientes, o más bien clientes. Vale la pena señalar que el podólogo no es médico. ¡Compruebe cuándo vale la pena visitar a un podólogo!
Tabla de contenido:
- ¿Quién es un podólogo?
- ¿Qué hace un podólogo?
- ¿Cómo es una visita a un podólogo?
¿Quién es un podólogo?
Podólogo es una palabra que proviene del griego: "podos" es "pie" y "logos" es "ciencia". Aunque en el mundo, también en la vecina Alemania, la podología es un campo en rápido desarrollo, en Polonia todavía está en su infancia.
Vale la pena agregar que, contrariamente al nombre que sugiere una especialización médica, un podólogo no es un médico. Gracias a los esfuerzos de la Asociación Polaca de Podología, esta profesión se inscribió oficialmente en la lista de profesiones realizadas en Polonia el 1 de enero de 2015.
Aunque un podólogo no es médico, trabaja con dermatólogos, cirujanos, diabetólogos y flebólogos. La podología es una profesión muy relacionada con la cosmetología. Para convertirse en este tipo de especialista, puede completar la educación superior (solo pocas universidades todo el tiempo) o cursos de especialización. También se organizan diversos tipos de congresos y seminarios de podología, durante los cuales se imparten conferencias y formaciones.
Por lo tanto, vale la pena verificar su educación y experiencia antes de elegir un podólogo. Puede encontrar una persona después de un curso, y también puede encontrar un especialista que haya completado estudios o cursos (incluidos los extranjeros), que trabaje en estrecha colaboración con los médicos.
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¿Qué hace un podólogo?
Según la definición de la profesión de podólogo, la persona que la ejerce "se ocupa del reconocimiento independiente de los cambios patológicos en los miembros inferiores y sus causas".
El podólogo selecciona el tipo de terapia adecuado para un paciente determinado, y también realiza tratamientos que están diseñados para restaurar el buen funcionamiento de los pies y su correcta apariencia: corta, pule y corrige las uñas, elimina callos y engrosamientos. También le dice al cliente cómo cuidar sus uñas.
Pacientes de edad avanzada con problemas en los pies, diabéticos o los que tras una visita fallida a una esteticista y una pedicura mal realizada acuden al podólogo.
El podólogo se ocupa de cuestiones tales como:
- pie diabético;
- uña encarnada (el podólogo crea y coloca abrazaderas correctivas en la uña encarnada);
- hongo de uñas;
- callos, callosidades, callos;
- cambios en la forma o estructura de la uña: un podólogo incluso puede reconstruirla;
- realización de vendajes en pies y talones, selección de ortesis;
- recorte de uñas profesional;
- masaje de pies;
- brindando asesoramiento profesional sobre el cuidado de los pies y la prevención de sus enfermedades.
¿Cómo es una visita a un podólogo?
La visita se desarrolla en 5 pasos:
1. Entrevista
Comenzamos el estudio con una entrevista, que consiste en brindar información sobre el estilo de vida, el trabajo, la actividad y las lesiones pasadas de una persona determinada. Ya sobre la base de una entrevista bien realizada, a menudo podemos hacer un diagnóstico preliminar.
2. Examen subaroscópico estático y dinámico
Luego pasamos a la prueba en el tapete conectado a la computadora, es decir, el subaroscopio. En la primera etapa del examen, estática, obtenemos información sobre la simetría o asimetría de la carga en ambos lados del cuerpo, aprendemos cómo se distribuye el peso del cuerpo sobre el pie, qué sucede con el centro de gravedad y si su ubicación puede verse influenciada por, por ejemplo, la rotación pélvica o la posición de la cabeza y cintura escapular.
En una prueba dinámica, verificamos el patrón de la marcha, la trayectoria del balanceo del pie, posibles desviaciones hacia la pronación o supinación. Averiguamos si los pasos son de igual longitud y si se mantienen todas las fases deseadas de la marcha.
3. Examen en el podoscopio
Después del examen por computadora, se coloca al paciente en el podoscopio. Hay un espejo debajo, que permite comprobar el arco y la forma del pie: ¿es un pie hueco con el arco longitudinal y transversal correcto o un pie plano? Durante una prueba, podemos realizar pruebas funcionales y dinámicas que mostrarán cómo se comportará el pie en un movimiento específico.
4. Prueba de plantografía estática y dinámica
Con la ayuda de un plantógrafo, comprobamos las zonas de presión del pie tanto estáticas como dinámicas. Hacemos una huella en papel en él. La jardinera proporciona información sobre la forma del arco del pie, su longitud, ancho, zonas de sobrecarga o zonas de baja carga. Puede ver claramente las diferencias entre el pie derecho e izquierdo. Dependiendo de lo que esté sucediendo con la piel o con el sistema musculoesquelético, planificamos el procedimiento.
Con base en la impresión plantográfica, planeamos colocar los elementos correctivos en el inserto. Decidimos dónde aumentar la carga o, por el contrario, mejorar la depreciación o aliviarla. Determinamos dónde realizar un levantamiento o una depresión en la plantilla para que el pie tenga las condiciones de trabajo correctas y no irritar la epidermis.
5. Examen manual
La etapa final del estudio. Durante un examen ortopédico y fisioterapéutico, verificamos la movilidad de las articulaciones individuales del pie y más. Tomamos en cuenta la posición de la pelvis, verificamos contracturas, debilidad, atrofia muscular y observamos los patrones de movimiento. Solo cuando tenemos toda la información de las pruebas individuales, podemos determinar si el inserto es necesario y, de ser así, qué corrección será la mejor.
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