Hace dos años, me quitaron un láser de topo de la cara. La dermatóloga me recomendó que no hiciera esto porque dijo que el lunar extirpado no podía examinarse más tarde y podría convertirse en melanoma. Sin embargo, lo encontró pequeño e inofensivo, así que podía correr el riesgo. Me quité el lunar y tanto hace dos años como hace un año en verano lo unté con una crema con filtro UV 50+. Y este año me olvidé por completo de eso. Aunque evito el sol tanto como puedo, no tomo el sol, pero sí expongo mi cara al sol. Sé que fui muy irresponsable, pero no puedo retroceder el tiempo. Ahora me temo que tengo cáncer y que ni siquiera se puede probar. Quizás estoy exagerando, era solo un pequeño lunar que tengo por todo el cuerpo y no les pasa nada, pero por regla general soy hipocondríaco y espero lo peor. ¿Realmente tengo motivos para preocuparme?
De hecho, las manchas pigmentadas no deben eliminarse con láser. En la situación actual, es mejor que se someta a una dermatoscopia periódica de la piel, lo que permitirá una evaluación y verificación exhaustivas de los cambios nuevos y existentes.
Recuerde que la respuesta de nuestro experto es informativa y no sustituirá una visita al médico.
Elżbieta Szymańska, MD, PhDDermatólogo-venereólogo. Se ocupa de la dermatología clásica y estética. Se desempeña como subdirector del Departamento de Dermatología del Hospital Clínico Central del Ministerio del Interior y como director de para asuntos médicos, Centro de Prevención y Terapia en Varsovia. Desde 2011, ha sido el director científico de los Estudios de Posgrado de la Universidad Médica de Varsovia "Medicina Estética".