La mayoría de nosotros creemos en el poder absoluto del amor que "puede mover montañas". Sin embargo, ¿es suficiente el amor para ser feliz contigo mismo toda la vida? Es bueno saber que ningún amor volverá a ser el mismo: una relación pasa por diferentes etapas.
Criados en la literatura romántica, hipnotizados cada día por los medios de comunicación, confiamos en que el amor nos salvará. Creemos que es ella quien cambiará nuestra vida, que a partir de ahora estará llena de rosas. Todo saldrá bien, solo conoce a la persona adecuada, la otra mitad de la manzana, la estrella gemela que brilla solo para nosotros ...
El mito del amor romántico nos ha sido inculcado desde la infancia, por lo que no es de extrañar que cuando entramos en la vida adulta, queramos hacerlo realidad. Vivimos en la convicción de que en algún lugar hay un hombre destinado solo para nosotros y capaz de amarnos con un amor ciego e incondicional.
Las etapas del amor: fascinación
Mientras tanto, como todo divorciado sabe, el amor no es suficiente para sobrevivir en la felicidad toda la vida. Y aunque hay un gran afecto en la raíz de la mayoría de los matrimonios, no todos se pueden decir: "Vivieron felices para siempre". Desafortunadamente, la creencia de que solo se necesita amor para que una relación funcione es una de las mayores mentiras que nos alimenta la civilización moderna. Pero también es difícil no caer en su trampa. Porque cuando nos alcanza la flecha de Cupido, dejamos de pensar racionalmente.
En la fase de enamoramiento, nos sentimos abrumados por otra persona, expuestos a las feromonas. En el cuerpo tienen lugar procesos químicos complicados. Las endorfinas inundan el cerebro ... No comemos, no dormimos, pensamos obsesivamente en él (ella), imaginando lo maravillosa que puede ser la vida con él. Este momento de encantamiento es hermoso, desafortunadamente, pasa.
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Las etapas del amor: princesa y caballero
Después de la primera fase romántica (que suele durar unos dos años), ¿por qué la decepción es tan frecuente? Porque, por regla general, al inicio de una relación, nos enamoramos de nuestra propia imagen de la otra persona, dándole las características que más deseamos. Los psicólogos lo llaman proyección.
Además, cuanto más inmaduros seamos, más problemas tenemos con nosotros mismos, más probabilidades tenemos de ver el objeto de nuestros sentimientos como un salvador. Por ejemplo, si una mujer tiene sed de protección, ve a su pareja como alguien que la protegerá del mundo. Toda niña extraña al caballero del caballo blanco, el príncipe que la salvará. A muchos niños les gustaría salvar a la princesa del dragón.
Estos estereotipos están más arraigados en nosotros, cuanto menos maduros somos. Es por eso que tanta gente asocia el amor con la unidad absoluta de almas y cuerpos. El amor romántico es el resultado del hambre emocional: este es el sueño de un niño pequeño que quiere vivir en simbiosis con su madre.
En la fase de encantamiento, generalmente nos impulsa más este anhelo que ver realmente a la otra persona. Por supuesto, sucede que "acertamos" y nuestra idea del objeto de los sentimientos coincide con la realidad. Sin embargo, estas situaciones son raras. Por lo general, este primer período loco es seguido por un momento de sobriedad. Las emociones bajan y vemos en la otra persona quién es realmente. La proyección se retira y se confronta con la realidad. El caballero de cuento de hadas llega tarde a la cena, no tira la basura, deja sus calcetines debajo de la cama. La princesa se está metiendo, quién sabe qué, y sigue haciendo pucheros. ¿Y que?
ImportanteEl amor es la mejor medicina
Los médicos que estudian los aspectos fisiológicos del amor han descubierto que es la mejor medicina para la mayoría de las enfermedades. Una persona que se siente amada y es capaz de conferirse afecto a sí misma es más resistente a las infecciones, los efectos negativos del estrés e incluso a las enfermedades.
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Las etapas del amor: la Edad del Hielo
Algunas personas se despiden. Se está volviendo bastante fácil estos días. Cada vez son más las parejas que se rompen en el momento de la primera crisis. Los psicólogos dicen que muchas relaciones podrían salvarse si las personas no retroceden tan rápido. La verdad es que nos falta paciencia. Las expectativas de vida de los jóvenes de 30 años de hoy son diferentes a las expectativas de sus padres. Hoy queremos que sea colorido, divertido y que la vida sea emocionante. Cuando comienzan los problemas, huimos y ... buscamos otro príncipe y otra princesa, repitiendo viejos errores sin cesar.
Segundo escenario: permanecemos juntos (por el bien de los niños, por ejemplo), pero no hacemos nada para salvar la sensación de desvanecimiento. En esta fase, nos esforzamos constantemente por cambiar al ser querido. Emprendemos una búsqueda desesperada de nuestra primera imagen, y cuanto más presionamos a nuestra pareja, más se nos escapa. Entonces nos culpamos unos a otros. Cultivamos el sentimiento de que nos han engañado y, en lugar de intentar cambiarlo juntos, nos adentramos en nuestras posiciones.
Si esta condición dura demasiado, la relación se congela. El matrimonio entra en la Edad del Hielo. Cada uno vive su propia vida. Es difícil salvar el amor en esta etapa, y aunque nunca es demasiado tarde, por supuesto, es mejor hacerlo antes de que la relación entre en hibernación.
Hazlo necesariamente¿Cómo cuidar el amor?
- Siempre apoye a su pareja, hágale saber que puede contar con usted;
- Diviértete tan a menudo como puedas;
- Interesarse en sus asuntos, preguntar y escuchar atentamente;
- Felicítelo siempre que tenga la oportunidad, sobre todo por verse bien;
- Recuerde lo importante que es el contacto: abrazarse, acariciarse, besarse ...;
- Decid cosas bonitas a vosotros mismos, también en presencia de los demás;
- Haga algo de vez en cuando para romper con su rutina diaria;
- Al menos una vez al año, vaya a algún lugar solo, sin sus hijos;
- Llamarse durante el día, es una bonita muestra de memoria.
Las etapas del amor: tiempo de madurar
Y, sin embargo, el momento en que perdemos nuestras ilusiones hacia nuestra pareja no tiene por qué ser malo. Al contrario, también puede ser un desafío y un impulso para el desarrollo. Trabajar en una relación es el tercer escenario. Para empezar, primero debes preguntarte: cuáles son mis necesidades, qué es lo que más me importa, qué expectativas no cumple mi amado, qué se puede y qué no se puede cambiar.
Si algo en mi pareja me molesta, también es una señal para mí: información importante sobre mis necesidades y deseos. Vale la pena analizar estas señales detenidamente y tratar de reevaluar su actitud. El hombre con el que vivimos es nuestro mejor espejo. Gracias a ella podemos dar un paso adelante en nuestro propio desarrollo. Y cuanto más maduros seamos, más posibilidades tenemos de entablar relaciones mutuas.
El amor maduro es un amor basado en la asociación y la cooperación, pero también en el respeto por la separación y la autonomía mutuas. Cuanto más podemos cuidar de nosotros mismos, más poder personal tenemos, menos esperamos de la otra persona. El ideal no existe, tarde o temprano tienes que aceptarlo. Por lo tanto, vale la pena hacer un balance de las ventajas y desventajas de un socio: apreciar lo que es valioso en él y aceptar lo que no se puede cambiar.
El amor puede evolucionar si ponemos un poco de esfuerzo en él. Sin embargo, sobre todo, es necesario hablar entre nosotros, no solo sobre asuntos cotidianos, sino también sobre lo que nos gusta "esconder bajo la alfombra", nuestras expectativas, dilemas y decepciones.
La forma en que nos comunicamos es importante. Si nos dirigimos con un tono de resentimiento o de reprimenda, las posibilidades de llegar a un acuerdo son escasas, y este suele ser el caso en las relaciones desequilibradas (por ejemplo, hay una relación madre-hijo o padre-hija).
Etapas del amor: ¿un niño se conecta?
¿Qué pasa con el amor cuando llega un bebé? Si la relación falla, no espere que mejore. Un hijo no puede ser una forma de salvar un matrimonio fallido. Sin embargo, puede ser un regalo para aquellos que realmente se aman. Para cada relación, tener un bebé es un momento de prueba. Si los padres jóvenes sobreviven, depende nuevamente de la madurez de ambos. Cultivar el amor cuando tenemos nuevas responsabilidades, cuando tenemos que ser responsables y adaptar nuestros planes al ritmo de la vida de un niño, no es fácil.
Entonces, algunas personas fingen que no pasó nada y ostentosamente no cambian sus hábitos, llevándose al niño con ellos donde pueden. Otros huyen de la responsabilidad (por ejemplo, en el trabajo). Sin embargo, si realmente queremos fortalecer el amor mutuo, vale la pena considerar cómo reevaluar su vida en esta situación cambiante. ¿Qué puedo hacer para experimentar la verdadera alegría de ser padre en lugar de la frustración? Cada pareja tiene que responder a esta pregunta por sí mismos; solo es importante quererla realmente.
ImportanteCaracterísticas del amor maduro
- Confianza y apertura;
- Dejando al socio la libertad de moverse y desarrollarse;
- Diferentes intereses de los socios;
- Mantener otras relaciones importantes con las personas (no cerrarse en su propio mundo);
- Respeto mutuo por su autonomía e independencia;
- Animarse mutuamente a implementar sus planes de vida y mantener la autoestima de la pareja;
- Libertad para buscar, descubrir y expresar sentimientos, tanto dentro como fuera de la relación;
- Habilidad para hablar contigo mismo;
- La capacidad de disfrutar de la soledad.
Etapas del amor: solo otra vez
Pasan los años. Los niños crecen y salen volando del nido. El amor pasa por otra prueba. Aquí es donde la gente confronta la verdad sobre su relación. Durante veintitantos años gran parte de sus vidas giraron en torno a un niño, ahora están solos, consigo mismos y con el tiempo que de alguna manera deben cumplir. Algunos matrimonios simplemente se rompen. Otros: duran, pero cada cónyuge sigue su propio camino. Otros tratan de "desempolvar" su amor.
La salida de los niños de casa debería obligarte a reflexionar y pensar en cómo queremos pasar el resto de nuestras vidas. Entonces tienes que preguntarte qué queremos hacer juntos y qué no. Por ejemplo, puede volver a sus intereses comunes antes de que aparecieran los niños. Ya sea bailar, pasear por la montaña o hacer vasijas ... no importa, siempre y cuando redescubran el placer de estar juntos.
No tenemos que compartir todas las pasiones. También debe otorgarle a su pareja el derecho a ser independiente y a perseguir sus propios sueños. Sin embargo, si dos personas realmente se quieren, incluso después de pasar años juntos, disfrutarán de la compañía del otro y ciertamente no se aburrirán. El punto no es mantener viva la llama romántica durante toda la vida, sino querer envejecer juntos en la amistad.
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