Cuando me pongo nervioso, no puedo evitar comer. ¿Qué tengo que hacer?
¡Hola! Puedes ver inmediatamente que soy 100% mujer. Muchos de nosotros lo hacemos y no todos lo queremos. Hay varias formas. En primer lugar, ¿qué te molesta? Solo eche un vistazo a estas situaciones. Desafortunadamente, no escribiste nada sobre ellos, así que no puedo comentar los detalles. Si se trata de algunas personas y de su comportamiento, pregúntate, ¿son dignas de recuperarte gracias a ellas y engrosar cada día más, haciéndote menos satisfecho contigo mismo? ¡Hola! ¿Con qué derecho? Pero piense por otro lado. ¿Qué estás haciendo para que sucedan esas situaciones? ¿Puedes cambiarlo? Créame, es mucho más fácil cambiar algo en uno mismo que en los demás. Si la razón por la que estás molesto no son las personas, sino las situaciones cotidianas, la vida, los deberes, los fracasos, etc., la pregunta es: ¿qué podrías hacer hoy para cambiarlo? ¿Cuánto estrés causan estos eventos? Piense en una escala de 0 a 10. ¿Qué tendría que suceder para reducir este nerviosismo? Por supuesto, no todos a la vez. Comience con los cambios más simples. ¿Hay alguien que pueda ayudarte? ¿Te oyes sin juzgar? Sí, ¿me puedes ayudar a quejarme? A veces ayuda. Cuando está nervioso, su cuerpo ha aprendido a aliviar la tensión comiendo. Es una forma muy rápida y probada que hace que la serotonina suba y nos sintamos mejor. Desafortunadamente, tiene efectos secundarios en forma de remordimiento y sobrepeso u obesidad en un futuro cercano. Hay diferentes formas de descargar la tensión. No sé quién eres, qué te gusta y cómo es tu vida, para aconsejarte qué podrías hacer exactamente. Mis pacientes usan una variedad de métodos, pero principalmente elaboramos una lista de soluciones que se pueden hacer cuando sienta que el demonio glotón está listo para devorar lo que tienes a mano. Al principio, estas actividades sustitutas no son tan agradables y atractivas como comer. Pero eso no está destinado a ser. El punto es registrarlos y aprender a reaccionar de manera diferente. Repetirás este nuevo comportamiento decenas de veces y se quedará contigo. Pero cada vez que el demonio regresa, comienzas de nuevo. Piensa que el hambre es tu mejor amiga. Al hambre le gusta tener hambre. Cuida de él.
Recuerde que la respuesta de nuestro experto es informativa y no sustituirá una visita al médico.
Katarzyna PryzmontKatarzyna Pryzmont: dietista, psico-dietista, propietaria de la oficina dietética de ATP. Se especializa en adelgazar para adultos, realiza talleres y charlas sobre motivación al cambiar hábitos alimenticios, entre otros. "Cómo lidiar con las tentaciones mientras se pierde peso". Más en