La histeria alguna vez se atribuyó solo a las mujeres, en la antigüedad se llamaba disnea uterina. Más tarde, sus causas fueron explicadas por extrañas teorías del humor y el vapor. Hoy se sabe que se trata de un tipo de neurosis, además de una enfermedad peligrosa que puede afectar a cualquier persona, independientemente del sexo. En casos más graves, puede manifestarse como convulsiones e incluso pérdida de la visión.
En medicina, la histeria se clasifica como un trastorno neurótico y disociativo caracterizado, entre otros, por amnesia, trance o cambio de personalidad. Cada vez más a menudo se le llama simplemente disociación o conversión. La histeria es una enfermedad molesta que dificulta que el paciente funcione con normalidad. Si no se trata, puede empeorar, por lo que es mejor no subestimarlo.
Histeria: reconocimiento
Incluso los psiquiatras pueden tener problemas para diagnosticar la histeria. Sin embargo, es posible distinguir ciertos rasgos característicos de una personalidad histérica. Es principalmente hiperactividad, impulsividad, inmadurez emocional, hipersensibilidad, poca resistencia al estrés y la teatralidad de los gestos y el comportamiento, cambios de humor y una fuerte dependencia del comportamiento y las elecciones de las opiniones de otras personas. El histérico simplemente siente y experimenta mucho más que personas sanas
Importante
No siempre el tipo de personalidad histérica requiere tratamiento, ya que no todo comportamiento histérico es una manifestación de neurosis histérica. Es mejor recurrir a la ayuda de un especialista cuando los síntomas empeoran, el paciente ha cambiado mucho y ya no puede hacer frente a la vida cotidiana.
Histeria: síntomas
La neurosis histérica también se manifiesta en dolencias físicas. El paciente siente miedo, también se acompaña de dolor abdominal, palpitaciones, aumento de la sudoración y sensación de falta de aire. En casos más graves, también hay síndromes más molestos: hipo persistente, náuseas y vómitos, mareos, erupción corporal o trastornos de la micción y pérdida de sensibilidad. Los síntomas pueden empeorar con el tiempo, ya que la falta de conciencia del paciente por sí sola crea una variedad de dolencias neurológicas. Por ejemplo, pueden ocurrir convulsiones (similares a un ataque de epilepsia), alteración de la coordinación motora, problemas para caminar e incluso pérdida de la visión, la audición y el habla. Estos síntomas suelen aparecer repentinamente y pueden desaparecer repentinamente.
Histeria: causas
Las causas de la histeria no se conocen completamente. Los psiquiatras buscan las fuentes de la enfermedad en la primera infancia. Por ejemplo, puede ser causado por la falta de cercanía y calidez en la familia o por irregularidades en el proceso de socialización del niño. La probabilidad de histeria también aumenta por rasgos específicos de personalidad, como hipersensibilidad o hiperactividad, así como por la competencia excesiva y las emociones y frustración relacionadas. Sin embargo, la teoría de que la neurosis, y por lo tanto también la histeria, es una reacción defensiva de la psique humana al miedo o una experiencia traumática tiene la mayoría de partidarios.
Histeria: tratamiento
Solo la psicoterapia difícil y prolongada puede ayudar al paciente. A menudo también es necesario administrar agentes farmacológicos. Durante el tratamiento, el psiquiatra tiene como objetivo enseñar al paciente a reaccionar con normalidad ante diversas situaciones, a reconocer sus estados emocionales y a controlarlos. Convencer al paciente de que sus temores son infundados y de que el sufrimiento pasajero debe ser ayudado principalmente por la sugestión verbal. En los casos más difíciles, la hipnosis también funciona. Sin embargo, con la condición de que sea realizado por un especialista experimentado. También vale la pena involucrar a toda la familia del paciente en el tratamiento.