La pandemia de COVID-19 puede afectar negativamente el cerebro de las personas mayores, tanto directamente al atacar el sistema nervioso como indirectamente al aislarlos de sus familiares y amigos. Los expertos advierten que la pandemia podría desencadenar una ola de demencia.
Sabemos que COVID-19 es más peligroso en personas mayores de 65 años que toleran más la infección. Las personas mayores representan casi dos tercios de los pacientes hospitalizados por el coronavirus. Además, son los que tienen más probabilidades de sufrir los efectos secundarios de la pandemia, como el deterioro de la función cerebral.
COVID ataca el cerebro
La infección por coronavirus causa insuficiencia respiratoria, que se asocia con hipoxia y, por lo tanto, un mayor riesgo de demencia debido a la falta de oxígeno en el cerebro.
El coronavirus también ataca el sistema nervioso. Varios informes de médicos que atienden a personas con COVID-19 han mencionado trastornos neurológicos que se han identificado, que causan debilidad muscular y, finalmente, parálisis e incluso daño al tejido cerebral.
Otros estudios de casos han informado sobre encefalitis y accidentes cerebrovasculares graves. También se informaron síntomas más leves como dolor de cabeza o mareos, pérdida del sentido del olfato o del gusto, convulsiones y alucinaciones.
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Cuando la demencia no es demencia
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El aislamiento es malo para las personas mayores
Sin embargo, los especialistas enfatizan que los problemas mencionados anteriormente son solo los efectos directos de la infección por COVID-19. Cuando hablamos de personas mayores, también debemos tener en cuenta el impacto indirecto del coronavirus en su estado mental.
Las medidas introducidas para frenar la propagación del virus, especialmente en relación con las personas mayores, como el distanciamiento social, el aislamiento, no salir de casa, no visitar, tienen un efecto muy negativo sobre ellos. Estos pueden tener consecuencias a largo plazo, en particular la marea creciente de demencia y demencia.
¿Cómo prevenir una ola de demencia COVID?
Muchas personas mayores que se recuperan de COVID no logran recuperar un nivel anterior de función cognitiva. Por eso, los especialistas recomiendan implementar estrategias que puedan detener la ola de demencia en las personas mayores. Uno de ellos es la reducción de la hospitalización de los ancianos: la conexión a un ventilador a menudo provoca delirio y confusión.
Los médicos también recomiendan aliviar el aislamiento social de las personas mayores para reducir el riesgo de demencia. El distanciamiento social y las restricciones de visitas de los seres queridos llevan a la destrucción de su salud mental. El aislamiento social y la soledad están asociados con una mayor probabilidad de pérdida de memoria y depresión en la vejez.
fuente: scientificamerican.com