El asma, la epilepsia y la diabetes son enfermedades que solían evitar que muchas mujeres quedaran embarazadas y tuvieran un bebé. Hoy es posible, y los hijos de enfermos crónicos suelen nacer bastante sanos. Dichos embarazos se clasifican como embarazos de alto riesgo y, sin embargo, deben ser monitoreados intensivamente: visitas frecuentes al médico y pruebas necesarias.
El asma, la diabetes o la epilepsia no significa que el embarazo y el parto de un niño sano queden en el ámbito de los sueños de una madre con una enfermedad crónica. Es cierto que el embarazo en mujeres con enfermedades crónicas es un embarazo de mayor riesgo y requiere una supervisión especial, tanto del ginecólogo como del médico que trata la enfermedad, pero la gran mayoría termina en el nacimiento de una descendencia sana. Dos cosas son más importantes aquí: el embarazo debe planificarse y la mujer debe estar bajo el cuidado de un buen especialista y seguir estrictamente sus recomendaciones. ¿Cómo afecta el embarazo a la enfermedad y viceversa? ¿La enfermedad y los medicamentos afectan el desarrollo del niño? ¿Cómo es el parto entonces? Respondemos a estas y otras dudas de las futuras madres.
Embarazo y asma
El asma es una enfermedad inflamatoria crónica que puede provocar broncoconstricción. Sus síntomas característicos son: disnea, dificultad para respirar o disnea, sibilancias al respirar, tos paroxística fatigante. Los síntomas pueden variar en gravedad y síntomas. El asma se trata médicamente. La persona enferma debe estar bajo el cuidado de un neumonólogo.
- Embarazo con asma
El embarazo tiene efectos muy diferentes sobre el asma: 1/3 de las mujeres experimentan una mejoría y síntomas más leves, 1/3 sin cambios significativos y 1/3 de las futuras madres con asma experimentan un deterioro de la afección (generalmente en el tercer trimestre). Durante el embarazo, el tratamiento continúa o se modifica: el médico recomienda medicamentos adecuados para mujeres embarazadas, reduce sus dosis o cambia la forma del medicamento (los medicamentos inhalados suelen ser más seguros para el niño que los medicamentos orales). En casos raros, es necesario administrar esteroides (en la dosis más baja posible).
Durante el embarazo, las dificultades respiratorias pueden ser mayores y más susceptibles a infecciones que en mujeres sanas. Un ataque de asma también puede causar contracciones uterinas tempranas, pero estas generalmente se detienen cuando termina el ataque. Nota: Si su medicamento no lo está ayudando durante un ataque, consulte a su médico lo antes posible. Los ataques serán menos frecuentes si evitas los alérgenos: polen, polvo, moho, humo de cigarrillo, productos de limpieza e incluso perfumes. Debido a que es más propenso a las infecciones, también debe hacer todo lo posible para evitar contraer un resfriado, gripe u otras infecciones respiratorias.
- Parto cuando tienes asma
Las recaídas de asma durante el parto son muy raras y puede dar a luz de forma natural a menos que esté contraindicado. En caso de interrupción quirúrgica del trabajo de parto, recibirá anestesia regional (por ejemplo, epidural), porque no se recomienda la anestesia general en su caso. El trabajo de parto prematuro puede ocurrir si sus síntomas de asma empeoran hacia el final de su embarazo.
- Tenemos un niño con asma
Por lo general, nace sano, a veces puede experimentar una respiración rápida, pero esta es una condición temporal. Es posible e incluso recomendable (debido a la tendencia a las alergias) amamantar el mayor tiempo posible.
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Embarazo y diabetes
La diabetes mellitus es una enfermedad causada por la falta de insulina, una hormona producida por el páncreas y necesaria para que el cuerpo absorba la glucosa. La falta o insuficiencia de insulina produce niveles altos de glucosa en sangre. La diabetes no se puede curar, pero se puede controlar con dieta y medicamentos.
- El embarazo
Hoy en día, gracias a la disponibilidad de dispositivos caseros para medir la glucosa y dispensar insulina, es mucho más fácil controlar los niveles de glucosa en sangre, la calidad del control de la diabetes. Esto permite reducir la incidencia de complicaciones que provoca durante el embarazo. Con un control glucémico perfecto, las posibilidades de tener un embarazo y dar a luz a un bebé sano son similares a las de un embarazo fisiológico. La clave del éxito es tener un nivel adecuado de glucosa en sangre antes de la concepción y mantenerlo durante todo el embarazo. Por lo tanto, debes planificarlo para que tu diabetólogo pueda establecer adecuadamente la dieta y el posible tratamiento antes de la concepción. Su médico también puede recomendarle ejercicio moderado (caminar, nadar).
En la diabetes leve, la dieta y el ejercicio son suficientes para estabilizar los niveles de azúcar en la sangre y, si eso no funciona, debe administrarse insulina, que es inofensiva para el feto. Sus dosis pueden cambiar a medida que avanza su embarazo, por lo que es muy importante controlar sus niveles de glucosa en sangre con frecuencia. Si sus síntomas empeoran, es posible que deba ir al hospital y regular su nivel de azúcar en sangre bajo supervisión médica.
En general, el embarazo con diabetes requiere un control más frecuente y pruebas adicionales: orina, sangre (para evaluar la función renal) y el estado de la retina. Los problemas retinianos y renales pueden empeorar, pero generalmente vuelven al estado anterior al embarazo después del parto. La condición del feto también se examina con más frecuencia, porque el riesgo de los llamados macrosomía cuando el bebé es desproporcionadamente grande.
- Parto
El bebé suele ser demasiado grande para un parto natural; luego se realiza una cesárea. Cuando no lo son, pueden nacer normalmente. El parto suele ocurrir antes (alrededor de la semana 39) porque el estado de la placenta se deteriora más rápido.
- Niño
Por lo general, nace sano, solo de tamaño considerable, con un porcentaje mínimo de defectos de desarrollo más graves. El bebé puede ser amamantado.
Embarazo y epilepsia
La epilepsia es una afección neurológica que causa convulsiones de diversa gravedad, desde leves, imperceptibles para quienes lo rodean, hasta graves, con pérdida del conocimiento. Una mujer con epilepsia puede dar a luz a un bebé sano, pero debe planificar el embarazo. Aproximadamente 6 meses antes de la concepción planificada, debe informar a su neurólogo sobre esta intención para que pueda ajustar el tratamiento para minimizar su impacto en el bebé. Por lo general, el médico selecciona un medicamento y prescribe la dosis efectiva más baja. También es importante comenzar a tomar ácido fólico en ese momento, lo que reduce el riesgo de desarrollar defectos cardíacos y del sistema nervioso.
- El embarazo
El embarazo no empeora la salud si la futura madre toma regularmente los medicamentos recetados, y en aproximadamente el 20% los ataques femeninos ocurren con menos frecuencia. Por otro lado, suspender la medicación sin consultar a un médico puede causar convulsiones más frecuentes, especialmente porque también está influenciada por niveles más altos de estrógeno. Durante el embarazo, las convulsiones pueden ser peligrosas: aumentan el riesgo de trauma mecánico en el abdomen de la madre, pueden causar hipoxia intrauterina del feto o incluso separación prematura de la placenta (debido a un trauma mecánico en el abdomen).
El embarazo en mujeres con epilepsia también se asocia con un riesgo ligeramente mayor de malformaciones fetales; estos son los defectos más comunes del sistema nervioso y del corazón. Probablemente, sin embargo, esto no sea el resultado de convulsiones, sino los efectos de algunos medicamentos antiepilépticos, por lo que su selección adecuada y el estricto cumplimiento de las instrucciones del médico es tan importante. Además de usar medicamentos durante el embarazo, se deben evitar situaciones que aumentan el riesgo de convulsiones, como el insomnio y el estrés. También debe seguir, especialmente en las primeras semanas de embarazo, una dieta rica en productos que contengan grandes cantidades de ácido fólico.
Una mujer embarazada que sufre de epilepsia debe estar bajo la estrecha supervisión de un neurólogo y un ginecólogo obstetra. El tratamiento adecuado permite minimizar el riesgo de efectos nocivos de las drogas, así como controlar las convulsiones. También son necesarios controles de salud fetal frecuentes. En algunos casos, el médico tratante puede sugerir pruebas prenatales para excluir malformaciones fetales.
- Parto
La epilepsia no es una indicación para una cesárea, el parto natural es posible y es el caso en la mayoría de los casos. La decisión sobre el tipo de parto la toma el obstetra y puede recomendar el corte, por ejemplo, cuando el número de ataques epilépticos ha aumentado en el último mes de embarazo. Los partos prematuros y quirúrgicos (con el uso de instrumentos obstétricos) son más comunes en mujeres que padecen epilepsia.
- Niño
Aproximadamente el 95 por ciento. nace perfectamente sano. Su madre puede alimentarlos de forma natural; la mayoría de los fármacos antiepilépticos pasan a los alimentos en cantidades tan pequeñas que no tienen ningún efecto en el bebé.
Opinión de expertos Dr. med. Piotr Raczyński, ginecólogo obstetraTal embarazo requiere diligencia
En el pasado, las enfermedades crónicas como el asma bronquial, la diabetes y la epilepsia representaban una gran amenaza para la mujer durante el embarazo. En el caso de su aparición, el principal problema inicialmente fue la infertilidad (diabetes). Luego, a medida que se desarrolla la terapia adecuada, defectos congénitos resultantes de trastornos metabólicos (diabetes) o tratamientos dañinos para el feto (epilepsia). En la actualidad, las opciones de tratamiento permiten que el embarazo llegue a su término en la mayoría de los casos, y el parto adecuado es fundamental. Cabe destacar que la ocurrencia de las patologías aquí descritas durante el embarazo requiere una adecuada calificación del grupo de riesgo y, por lo tanto, una adecuada frecuencia de visitas y la realización de todas las pruebas necesarias. Solo la diligencia de un médico y el compromiso de la futura madre pueden contribuir a una feliz interrupción del embarazo, es decir, dar a luz a un niño sano.
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