El sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO) es un grupo de síntomas clínicos causados por el crecimiento excesivo de la flora bacteriana en el intestino delgado. ¿Cuáles son las causas y los síntomas del sobrecrecimiento bacteriano? ¿Cómo se trata SIBO?
Tabla de contenido
- Síndrome de SIBO - causas
- SIBO - síntomas
- Equipo SIBO - diagnóstico
- Síndrome de SIBO - tratamiento
El sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO) es un crecimiento excesivo de la flora bacteriana en el intestino delgado.
Dependiendo de la causa y el grado de colonización de estas áreas por bacterias, puede tomar varias formas, desde molestias digestivas moderadas, diarrea, trastornos graves de absorción y deficiencias de nutrientes.
La esencia del tratamiento del síndrome SIBO es encontrar la causa de la multiplicación bacteriana, su eliminación y una dieta adecuada con suplementación de sustancias deficientes.
Hasta hace poco, el síndrome de SIBO era una de las entidades patológicas raramente reconocidas, principalmente entre pacientes con defectos anatómicos del tracto gastrointestinal o después de operaciones en el intestino delgado. Actualmente se conocen muchos más factores de riesgo que podrían conducir al crecimiento excesivo de la flora bacteriana del intestino delgado, y el síndrome SIBO resulta ser más común de lo sospechado.
El tracto digestivo humano es una estructura continua, sin embargo, consta de fragmentos con una estructura anatómica y microscópica completamente diferente. En consecuencia, cada sección del tracto digestivo tiene una población característica de microorganismos que lo habitan.
La menor cantidad de bacterias se encuentra en el estómago. En circunstancias normales, el intestino delgado también tiene pocos de ellos, y la flora allí consiste principalmente en los llamados Bacterias Gram positivas (G +).
El intestino grueso es completamente diferente en términos de microbiología, ya que está colonizado por enormes cantidades de bacterias de alta diferenciación y actividad. Aquí no solo encontramos bacterias Gram positivas, sino también bacterias Gram negativas y anaerobias. En el síndrome SIBO tratamos dos tipos de patología:
- primero, hay un aumento cuantitativo de la población bacteriana en el intestino delgado,> 105 microorganismos / ml
- En segundo lugar, el intestino delgado está habitado por una flora inusual para esta sección del tracto gastrointestinal, que vive en condiciones fisiológicas solo en el intestino grueso.
Ahora que hemos definido el sobrecrecimiento bacteriano, surge otra pregunta: ¿de dónde proviene realmente esta cantidad de bacterias incorrectas en el intestino delgado?
Síndrome de SIBO - causas
La respuesta no es inequívoca y encontrar una causa específica puede ser la pesadilla de los médicos. En cada caso de hiperplasia, se alteran los procesos de homeostasis del intestino delgado, que normalmente controlan la flora local. Hay varios tipos de alteraciones que pueden estar detrás de ese desequilibrio. Pertenecen a ellos:
- Trastornos de la motilidad gastrointestinal
El lento paso intestinal provoca una retención prolongada del contenido de alimento en secciones individuales. Por lo tanto, las bacterias no se mueven de manera efectiva hacia el intestino grueso y pueden reproducirse libremente.
Las alteraciones en la peristalsis intestinal a menudo se asocian con diversas enfermedades sistémicas, como polimiositis, esclerodermia o amiloidosis.
Otra causa puede ser neuropatías, es decir, alteraciones en la transmisión de estímulos nerviosos dentro de los intestinos. Ocurren tanto en pacientes con enfermedades del sistema nervioso (por ejemplo, la enfermedad de Parkinson) como en otras entidades, por ejemplo, diabetes.
Un tránsito intestinal más lento también puede afectar a pacientes de edad avanzada y pacientes que padecen enfermedad celíaca.
- Cambios anatómicos
Existen muchas diferencias anatómicas que pueden predisponer al síndrome SIBO.
Uno de ellos son los divertículos gastrointestinales, que son relativamente frecuentes en la población sana.En la gran mayoría de los casos, son pequeños y asintomáticos, sin embargo, los grandes divertículos ubicados en el duodeno y yeyuno se convierten en un excelente lugar para que las bacterias se acumulen y se multipliquen.
La anatomía alternativa también puede ocurrir en pacientes que se han sometido a cirugía en el intestino delgado. El estancamiento del contenido digestivo ocurre con frecuencia después de operaciones de escisión de partes del tracto digestivo con anastomosis posterior.
Otro tipo de cirugía que puede complicar el síndrome SIBO es la extracción de la válvula ileocecal. En circunstancias normales, forma el límite entre los intestinos delgado y grueso. La necesidad de eliminarlo (por ejemplo, en pacientes con enfermedad de Crohn) crea un riesgo de reflujo de la microbiota del intestino grueso hacia el intestino delgado.
- Trastornos de la secreción gástrica
El jugo gástrico contiene ácido clorhídrico, que limita el crecimiento de bacterias en el tracto digestivo saludable. Los pacientes que toman fármacos que inhiben la secreción gástrica (p. Ej., Inhibidores de la bomba de protones) por diversas razones tienen un pH del estómago elevado, es decir, menos ácido, y corren el riesgo de desarrollar bacterias patológicas.
- Trastornos de la inmunidad
Todas las enfermedades que conducen a deficiencias inmunológicas también conducen a una disminución de la inmunidad dentro del intestino. Los pacientes con niveles reducidos de IgA, que es el principal anticuerpo de las membranas mucosas, son particularmente vulnerables. La inmunodeficiencia también ocurre en pacientes que se someten a terapia inmunosupresora, por ejemplo, después de trasplantes de órganos.
Otras afecciones en las que el síndrome SIBO es más común son el síndrome del intestino irritable (IBS), pancreatitis, insuficiencia renal y enfermedad de Crohn.
SIBO - síntomas
- dolor de estómago
- flatulencia
- sensación de plenitud
- diarrea (heces grasas)
- deficiencias de vitaminas
- anemia
El síndrome de SIBO puede causar muchas dolencias de diversa gravedad. Los síntomas dependen tanto de la cantidad de bacterias en el intestino delgado como de su tipo. Muchos de ellos son inespecíficos y también ocurren en otras afecciones gastrointestinales.
La mayoría de los pacientes se quejan de dolor abdominal de diversa gravedad, flatulencia, sensación de plenitud en el abdomen y diarrea.
Un tipo especial de diarrea que se produce en el síndrome SIBO son los llamados heces grasas.
La sustancia que ayuda a un cuerpo sano a digerir las grasas es la bilis. Algunas bacterias tienen la capacidad de metabolizar los componentes biliares, los ácidos biliares, lo que lleva a su degradación.
Si este tipo de bacteria es predominante en la flora de multiplicación, aparecen heces aceitosas con olor pútrido debido a la digestión deficiente de las grasas.
Una consecuencia adicional de estos trastornos puede ser una deficiencia de vitaminas liposolubles como vitamina A, vitamina D, vitamina E y vitamina K.
En casos graves, estas deficiencias conducen a ceguera crepuscular (vitamina A), osteoporosis (vitamina D), tendencias hemorrágicas (vitamina K) y neuropatía (vitamina E); sin embargo, se debe enfatizar que estas complicaciones graves rara vez ocurren en el síndrome SIBO.
Además de las bacterias que descomponen la bilis, hay poblaciones que descomponen los carbohidratos más fácilmente, que tienen más probabilidades de causar gases y gases que la diarrea.
Independientemente de la flora predominante, el crecimiento bacteriano siempre se asocia con daño microscópico a la mucosa intestinal y absorción deficiente de nutrientes.
Uno de los síntomas más comunes que pueden indicar malabsorción es la anemia causada por la deficiencia de vitamina B12. En el caso de los trastornos de la absorción de proteínas, el llamado síndrome de pérdida de proteínas intestinales, cuyo primer síntoma es la hinchazón.
Equipo SIBO - diagnóstico
El diagnóstico del síndrome SIBO es todo un desafío para los médicos, porque los síntomas clínicos que aparecen en él pueden imitar muchas otras enfermedades del sistema digestivo, por ejemplo, intolerancia a los alimentos, enfermedad celíaca o síndrome del intestino irritable. Si se sospecha un crecimiento excesivo de bacterias, se pueden realizar las siguientes pruebas:
- recuentos de sangre periférica que revelan anemia por deficiencia de vitaminas B12 (este es un tipo especial de anemia, la llamada anemia macrocítica; en una deficiencia de esta vitamina, las células sanguíneas son demasiado grandes)
- si se sospechan defectos anatómicos o divertículos, se realizan pruebas de imagen, por ejemplo, una radiografía de la cavidad abdominal con contraste
- las pruebas de albúmina en sangre evalúan el grado de pérdida de proteínas intestinales
- El examen microscópico de las heces puede revelar la presencia de grasas, lo cual es evidencia de trastornos de mala absorción.
Los resultados de los estudios anteriores pueden indicar indirectamente la proliferación bacteriana, pero no son específicos del síndrome SIBO.
Hay dos métodos de prueba para determinar la cantidad de bacterias que se multiplican en el intestino. Pertenecen a ellos:
- determinación directa (recuento al microscopio) de bacterias en el contenido intestinal: el valor límite para el complejo SIBO fue el número de 105 microorganismos / ml. Sin embargo, este examen tiene muchas limitaciones: requiere la inserción de una sonda especial o endoscopio en el intestino y, a menudo, da resultados bajos.
- marcado indirecto con el llamado pruebas de respiración. Estas pruebas consisten en la administración oral de una sustancia (por ejemplo, glucosa) fácilmente metabolizada por bacterias.
Luego se mide el nivel de productos gaseosos (dióxido de carbono o hidrógeno) de descomposición de esta sustancia en el aire exhalado del paciente. La cantidad de gas en el aire exhalado permite determinar indirectamente la cantidad de bacterias en el intestino delgado.
La ventaja indudable de las pruebas de respiración es su sencillez, no invasividad y seguridad. Por otro lado, su sensibilidad y especificidad son limitadas, por lo que siempre se interpretan en el contexto de los síntomas clínicos y los resultados de otras pruebas.
Síndrome de SIBO - tratamiento
La base para un tratamiento exitoso del síndrome SIBO es encontrar la causa del crecimiento excesivo de bacterias.
El tratamiento quirúrgico puede ser beneficioso para pacientes cuyo crecimiento bacteriano es causado por cambios anatómicos (divertículos, fístulas).
Los trastornos de la motilidad gastrointestinal se tratan farmacológicamente con agonistas de la serotonina (p. Ej., Cisaprida) o eritromicina.
Los antibióticos seleccionados apropiadamente que actúan sobre microorganismos gramnegativos juegan un papel clave en el control del crecimiento bacteriano. Las preparaciones más utilizadas incluyen metronidazol, rifaximina y ciprofloxacina. La terapia con antibióticos suele durar de 7 a 10 días.
Si es necesario, también debe recordar proporcionar la suplementación adecuada. En caso de carencias, suplementos con vitaminas A, D, E y B12.
Al reducir la gravedad de los síntomas desagradables, se reduce el consumo de lactosa.
En el caso de trastornos de absorción de grasas, también se recomienda la suplementación con triglicéridos de cadena media.
El papel de la terapia probiótica en el síndrome SIBO sigue sin estar claro: algunos estudios sobre el suministro de cepas Lactobacillus mostraron resultados prometedores (reducción de la gravedad de la diarrea, mejora de los resultados de la prueba de aliento), mientras que otros no mostraron ningún efecto positivo de los probióticos. Se necesitan más investigaciones para establecer claramente la legitimidad de su oferta.
Bibliografía:
- Sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado. Una revisión completa Andrew C. Dukowicz, MD, Brian E. Lacy, PhD, MD, y Gary M. Levine, MD, Gastroenterol Hepatol (NY). 2007 Feb; 3 (2): 112–122.
- Interna Szczeklik 2018, Piotr Gajewski, Andrzej Szczeklik, editorial MP
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