El síndrome del cascanueces es un síndrome de compresión de la vena renal izquierda a través de la aorta y la arteria mesentérica superior. Este síndrome puede darse a conocer de muchas formas. El paciente se queja de dolor abdominal y, en ocasiones, de varices. A veces todavía está cansado. Entonces, hacer un diagnóstico no es fácil. Descubra qué es el Síndrome del Cascanueces, qué otros síntomas puede tener y cómo se trata.
El síndrome del cascanueces, es decir, el síndrome de compresión de la vena renal izquierda por la aorta y la arteria mesentérica superior, se diagnostica en todas las etapas de la vida, tanto en adultos como en niños. Es una enfermedad sumamente ingrata. A veces, un médico tiene que recorrer un largo camino para descartar otros problemas uno por uno antes de hacer un diagnóstico adecuado. Mientras tanto, el paciente se siente cada vez peor. Sucede que se trata, por ejemplo, para la columna. Le han recetado ejercicio, rehabilitación y fisioterapia, y no está mejorando. Afortunadamente, una vez que se hace el diagnóstico, se recupera con bastante rapidez ya que el tratamiento no es muy complicado.
Síntomas ambiguos
Las quejas de las que se quejan las personas con síndrome del cascanueces incluyen:
- dolor de estómago
- dolor de espalda, principalmente en la región lumbar (en la zona lumbar)
- dolor de riñón
- dolor en la zona abdominal inferior
- síntomas gastrointestinales, principalmente náuseas, vómitos
- varices rectales (hemorroides)
- venas varicosas de las extremidades
- en los hombres, venas varicosas del cordón espermático
- en las mujeres, venas varicosas de los plexos periubicariales
- Debilidad general
- hematuria (hematuria)
¿Qué es el síndrome del cascanueces?
El síndrome del cascanueces no se puede llamar una enfermedad. Más bien, es un defecto anatómico, una anomalía vascular congénita. Implica el ensanchamiento de la vena renal izquierda debido a que está pellizcada entre la aorta abdominal y la arteria mesentérica superior. Los vasos comprimen la vena renal de una manera que recuerda el principio del cascanueces (este término también ocurre en gastroenterología: el esófago del tipo cascanueces se manifiesta por espasmos dolorosos del esófago). Como resultado de esta presión, la presión venosa aumenta, lo que conduce al desarrollo de la circulación colateral, a través de las venas suprarrenales, lumbares y genitales.
Pruebas de diagnóstico
Se puede sospechar del síndrome del cascanueces cuando recibe los resultados de una prueba de orina. Esto está indicado por proteinuria, hematuria o hematuria. La hematuria se produce por la conexión directa entre los senos venosos, que tienen paredes muy delgadas, y los cálices adyacentes de los riñones. La siguiente etapa del diagnóstico es la ecografía Doppler, la tomografía computarizada o la resonancia magnética. Por lo general, estos métodos son completamente suficientes para asegurarse de que tiene el síndrome del cascanueces. En caso de duda, aún se puede realizar una venografía retrógrada de la vena renal izquierda con medición simultánea de la presión en esta vena antes de la estenosis y en la vena cava inferior. Sin embargo, ya es una prueba invasiva.
Vale la pena saberloEl síndrome del cascanueces debe controlarse con mucho cuidado durante el embarazo. El movimiento de los órganos internos de una mujer durante este tiempo puede ejercer aún más presión sobre la vena renal izquierda. Sin embargo, también sucede que durante el embarazo esta presión se relaja.
Cómo se trata el síndrome del cascanueces
Sucede, especialmente en niños, adolescentes y adultos jóvenes, que el síndrome desaparece por sí solo. Está relacionado con los procesos que tienen lugar en los organismos jóvenes: los niños crecen, las proporciones del cuerpo cambian y, por lo tanto, los órganos internos cambian ligeramente su posición entre sí. En algún momento, la pinza de la vena renal izquierda puede disminuir o desaparecer por completo.
En los casos restantes, el síndrome del cascanueces se trata quirúrgicamente. La operación consiste en desbloquear el recipiente comprimido y restablecer el flujo adecuado. A menudo se requiere el uso de un stent en la vena comprimida. Esta solución da buenos resultados y el daño renal es muy raro. En casos extremadamente graves, es necesario un trasplante de riñón (por supuesto, su pedículo vascular ya está colocado en un lugar más seguro) o incluso una nefrectomía, es decir, la extirpación del riñón.
Después de la cirugía, se deben realizar análisis de orina y una ecografía renal con regularidad.