Las zanahorias, calabazas, pimientos, tomates, albaricoques y melocotones son fuentes de pigmentos que actúan como antioxidantes y protegen contra los radicales libres, peróxidos y otros compuestos dañinos. Como resultado, el cuerpo está menos expuesto al desarrollo de enfermedades degenerativas (por ejemplo, aterosclerosis).
Los carotenoides contenidos en los vegetales amarillos constituyen un grupo complejo de compuestos. Incluye, entre otros betacaroteno, luteína, zeaxantina y licopeno. Además, los carotenoides individuales cumplen otras funciones importantes.
El betacaroteno fortalece la inmunidad
El betacaroteno se convierte en el cuerpo en vitamina A. Esto, a su vez, fortalece el sistema inmunológico, afecta el estado adecuado de la piel y juega un papel importante en el proceso de una visión adecuada. Es necesario para la formación de rodopsina, un pigmento fotosensible presente en las varillas de la retina del ojo, que determina la capacidad de ver en la oscuridad y con poca luz. La deficiencia de vitamina A se manifiesta en ceguera nocturna.
»Las zanahorias, calabazas y albaricoques secos son excelentes fuentes de betacaroteno en invierno.
La luteína y la zeaxantina protegen los ojos
La luteína y la zeaxantina, así como el betacaroteno, son importantes para la salud ocular. Después de ser absorbidos por el cuerpo, se acumulan en la retina del ojo. Allí, actúan como filtros naturales que protegen contra la dañina radiación UV. Como antioxidantes, también protegen contra el daño oxidativo de los vasos retinianos. La ingesta dietética adecuada de luteína y zeaxantina reduce el riesgo de cataratas y degeneración macular relacionada con la edad.
»Los vegetales verdes (espinacas, col rizada, brócoli, lechuga) proporcionan cantidades significativas de luteína, mientras que el repollo, las coles de Bruselas, las zanahorias y los pimientos se encuentran en cantidades más pequeñas. Las mayores cantidades de zeaxantina se encuentran en el maíz y los guisantes.
El licopeno reduce el riesgo de aterosclerosis
El licopeno tiene un efecto positivo sobre el estado de la piel. En las personas que lo consumen en mayor cantidad, es más suave, espeso y con menos arrugas. Además, también afecta al buen funcionamiento de la próstata. Su mayor consumo reduce el riesgo de desarrollar aterosclerosis y mejora los niveles de colesterol en sangre.
»Los tomates son una buena fuente de licopeno, y mejor aún los productos elaborados con ellos: jugos, pulpa, purés. También lo puedes encontrar en pomelo rojo y papaya.