La hipertrofia faríngea (la llamada tercera amígdala), que se diagnostica con mayor frecuencia en niños en edad preescolar, requiere una intervención médica inmediata. La tercera almendra puede dar lugar a muchas complicaciones graves, como pérdida de audición, insuficiencia ponderal y trastornos del desarrollo, e incluso cambios en la forma del rostro. ¿Cuáles son las causas y los síntomas de la hipertrofia adenoidea? ¿Cómo va el tratamiento?
La hipertrofia de amígdalas (tercera amígdala) es un crecimiento excesivo de las amígdalas detrás de la nariz por donde la cavidad nasal pasa a la garganta. La tercera almendra comienza a desarrollarse después del nacimiento. Después de eso, crece muy rápidamente, especialmente durante la primera infancia. Entonces es muy importante para el correcto funcionamiento del cuerpo, porque, como parte del sistema inmunológico, protege al niño contra bacterias, virus y otros patógenos del entorno externo. Cuanto más cerca de la pubertad, más pronunciada se contrae la adenoide, ya que su papel en la maduración del sistema inmunológico pierde su importancia. Eventualmente se desvanece en los siguientes años de vida. Por lo tanto, la hipertrofia de la tercera amígdala en adultos es muy rara. Es más común en niños de 3 a 6 años.
Hipertrofia de amígdalas: causas
Se desconocen las causas de la hipertrofia de la tercera amígdala, pero existen muchos factores de riesgo:
- Infecciones respiratorias y orales frecuentes y crónicas.
- viajar a través de algunas enfermedades infecciosas
- alergias
- predisposición genética (hipertrofia adenoidea en padres o hermanos)
Hipertrofia de amígdalas: síntomas
- Respiración por la boca: la boca de su bebé siempre está abierta, de día y de noche.
- ronquido
- Infecciones recurrentes del tracto respiratorio superior e inferior: la boca del niño está constantemente abierta, como resultado de lo cual las membranas mucosas de la garganta se secan y la inmunidad local disminuye.
- secreción nasal crónica combinada con secreciones en la parte posterior de la garganta, que se acompaña, entre otros, de olor desagradable de la boca
- cambio de timbre de voz, hablar por la nariz
- alteración del reflejo de succión o dificultad para comer (cansancio al comer, a veces incluso vómitos)
- otitis media recurrente (otitis media exudativa u otitis media aguda) con dolor, sensación de plenitud y sensación de desbordamiento de líquido en el oído
- pérdida de audición (resultante de la presión de la amígdala agrandada en las trompas de Eustaquio)
- conjuntivitis crónica (la inflamación de la nariz puede extenderse a los conductos lagrimales)
- pecho plano (como resultado de la respiración superficial continua)
- tendencia a encorvarse
- otros: hiperactividad, enuresis, bajo peso, retraso del crecimiento, dificultades de aprendizaje, dificultad para concentrarse
Posteriormente aparecen maloclusiones y cambios en el esqueleto facial (la denominada cara adenoidea - mayor desarrollo de la mandíbula en relación con el maxilar y el resto del cráneo, retracción mandibular, síndrome de cara larga, paladar gótico - estrecho y fuertemente arqueado).
Amígdala demasiado grande: diagnóstico
Si existe la sospecha de un agrandamiento de la tercera amígdala, se realiza un examen con un fibroscopio (endoscopio con cámara). Es la prueba más precisa que no deja dudas sobre la condición que estamos enfrentando.
La radiografía de la nasofaringe lateral puede ser un examen auxiliar.
Durante el diagnóstico, el médico debe excluir las neoplasias malignas de la boca y la garganta y el angiofibroma juvenil.
Tratamiento de la tercera amígdala.
En el caso de una tercera amígdala no demasiado agrandada, el médico puede ordenar observación y tratamiento conservador.
Sin embargo, si una adenoide demasiado grande afecta la permeabilidad de la nariz, causa respiración constante por la boca, ronquidos, pérdida de audición o inflamación del oído, se debe realizar una adenoidectomía, es decir, extirpación quirúrgica de la amígdala faríngea.
Debido a que la adenoide faríngea juega un papel importante en la protección del organismo de los más pequeños, se evita la adenoidectomía en niños menores de 2 años. En los niños mayores, la amígdala pierde sus funciones, por lo que no existen obstáculos para extraerla.
La operación de extirpación de amígdalas faríngeas no se realiza cuando el paladar blando es demasiado corto y el niño tiene paladar blando hendido.
¿Puede volver a crecer la amígdala faríngea extraída?
Si queda una pequeña cantidad de tejido linfoide después de la operación, debido, por ejemplo, a una infección del tracto respiratorio superior (u otra estimulación fuerte del sistema inmunológico), la amígdala faríngea puede volver a crecer demasiado y requerir una nueva extracción (readenotomía). Sin embargo, esto sucede muy raramente. Se sabe que el riesgo de que las adenoides crezcan nuevamente aumenta si la adenoide se extrae antes de los 4 años.
Tercera amígdala
Tercera amígdala en niñosDesarrollamos nuestro sitio web mostrando anuncios.
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