La rotura uterina es la complicación más grave del parto. Los efectos de esta patología afectan a la madre y al niño, lo que se suma a la dramaturgia de esta situación clínica. Afortunadamente, es una de las raras patologías obstétricas que se observan principalmente entre las mujeres multíparas, generalmente después de los 30-40 años. ¿Cuáles son las causas y los síntomas de la rotura uterina?
Una ruptura del útero ocurre espontáneamente o después de una lesión, generalmente durante el parto, pero a veces durante el embarazo, cuando el músculo uterino aumenta de tamaño. Por lo tanto, es extremadamente importante cuidar a una mujer en trabajo de parto para evitar que se pasen por alto los síntomas de la rotura uterina. El momento de la intervención médica en tal situación es muy importante y puede salvar la vida de la mujer y el niño.
Rotura uterina: tipos
La nomenclatura médica distingue tres tipos de rotura uterina:
- Ruptura espontánea del útero: ocurre durante el embarazo, cuando se agranda el tamaño del útero o ya en la sala de partos durante las contracciones del parto. En esta última situación, la causa no se conoce completamente. Mucha gente cree que la etiología de la rotura uterina espontánea está asociada con cambios patológicos dentro del músculo uterino. Éstos incluyen cicatrices posoperatorias (después de cc), afección después de la extirpación de fibromas uterinos, antecedentes de placenta encarnada o hipoplasia uterina.
- Ruptura traumática: este tipo de rotura uterina es el resultado de una cirugía obstétrica inadecuada. Los procedimientos incompetentes son consecuencia de la falta de experiencia de los médicos como consecuencia de la rara ocasión de realizar este tipo de intervenciones (rotación del feto en caso de una posición incorrecta, extracción manual de la placenta o parto con fórceps).
- ruptura por retracción del útero: este es el efecto del nacimiento desproporcionado, es decir, dimensiones desproporcionadas del feto a las dimensiones de la pelvis del parto. Tal situación imposibilita el parto por medios naturales, y la decisión prolongada de interrumpir la cesárea puede resultar en la ruptura uterina debido a contracciones uterinas de larga duración. La falta de progreso en el trabajo de parto se diagnostica no solo en el caso de una posición desproporcionada, sino también en el caso de una posición incorrecta del feto: transverso o glúteo.
La rotura uterina suele ocurrir en la línea media inferior o transversalmente, pero no es raro que en las cicatrices posoperatorias se observe desprendimiento del cuerpo uterino a lo largo de la línea de la cicatriz. Debido a la diversa traumatización de los tejidos y estructuras adyacentes, se distingue una ruptura completa, cuando además del músculo uterino, hay una ruptura de la continuidad peritoneal, lo que resulta en el desplazamiento fetal hacia la cavidad peritoneal, y una ruptura incompleta cuando el peritoneo no se rompe.
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La rotura uterina está precedida por síntomas prodrómicos, es decir, síntomas que pueden indicar una amenaza. Por lo tanto, la observación cuidadosa de la mujer en trabajo de parto juega un papel invaluable y permite una pronta intervención. Durante las contracciones uterinas, la paciente refiere dolor severo en la parte inferior del abdomen, que no desaparece en el intervalo entre contracciones. Un observador atento también notará el aumento de la tensión de los ligamentos redondos del útero, brillando a través de la pared abdominal. Ocasionalmente, pueden aparecer síntomas generales, como un aumento leve de la temperatura corporal o un aumento de la frecuencia cardíaca. Sin embargo, debe enfatizarse que este es un asunto individual y no todas las dolencias ocurren simultáneamente en todas las mujeres.
Los síntomas descritos anteriormente se refieren al riesgo de rotura uterina. Si el proceso se completa, se produce un dolor abdominal intenso de repente. La severidad del dolor es tan grande que en muchos casos se interrumpe la contracción. La mujer en trabajo de parto entra gradualmente en un estado de shock: pulso filiforme, piel pálida, aumento de la sudoración. A la palpación, el útero se contrae y el médico examina las partes del feto dentro de la cavidad peritoneal.
Tratamiento de la rotura uterina
Debido al avance de la rotura uterina, el procedimiento terapéutico es diferente. Cuando existe riesgo de rotura uterina, el manejo implica la administración rápida de sustancias con efecto diastólico. Luego, el trabajo de parto iniciado por vías y fuerzas naturales se invierte a cesárea.
En la versión más trágica, cuando se ha producido la ruptura, las partes fetales están en el peritoneo, la única solución es abrir la pared abdominal, extraer el feto y coser el útero roto, y en ocasiones sacarlo cuando la ruptura es severa. El sangrado suele ser tan intenso que requiere una transfusión de sangre.
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