La oxicodona es un analgésico potente que pertenece al grupo de los opioides. En medicina, se utiliza principalmente en forma de hidrocloruro. ¿Cómo actúa la oxicodona y cómo dosificarla correctamente?
Tabla de contenido
- Oxicodona: indicaciones de uso
- Oxicodona: formas de tomar y dosificación
- Oxicodona: contraindicaciones
- Oxicodona y embarazo y lactancia
- Oxicodona: efectos secundarios
- Oxicodona: interacciones medicamentosas y alimentarias
- Oxicodona: preparados disponibles en el mercado polaco
- Oxicodona como droga
Oxicodona (latín.oxycodonum) es estructuralmente similar a la codeína más conocida y de uso mucho más común, de la cual se diferencia por la presencia de un grupo hidroxilo en la posición 14, la sustitución del grupo hidroxilo en la posición 6 por un grupo carbonilo (cetona) y la reducción del doble enlace entre los 7,8 carbonos a uno solo.
Oxicodona: indicaciones de uso
- tratamiento del dolor postoperatorio
- tratamiento de enfermedades neoplásicas, especialmente en tratamientos paliativos
- tratar el dolor moderado a severo
- Tratamiento sintomático de segunda línea en pacientes con síndrome de piernas inquietas idiopático severo a muy severo
- tratamiento del dolor neuropático y el dolor isquémico
- tratamiento de la osteoartritis de las articulaciones de la cadera
Oxicodona: formas de tomar y dosificación
El medicamento se toma con mayor frecuencia por vía oral. También se puede tomar por vía rectal o por inyección intramuscular, intravenosa y subcutánea. La biodisponibilidad para la administración oral y rectal es similar y asciende aproximadamente al 60-87%.
La dosis de oxicodona depende de cada paciente: cómo responde su cuerpo al tratamiento y cuánto dolor experimenta.
La dosis inicial más común en adolescentes mayores de 12 años y adultos sin tratamiento previo con opioides es de 10 mg de hidrocloruro de oxicodona cada 12 horas.
Una dosis inicial de 5 mg puede ser suficiente en algunos pacientes (esto reduce la frecuencia e intensidad de los efectos secundarios).
Sin embargo, el tamaño de la dosis y la frecuencia de su administración son determinados individualmente por el médico tratante, quien puede determinar la sensibilidad del cuerpo y tener en cuenta las enfermedades acompañantes y otros medicamentos que toma el paciente.
Oxicodona: contraindicaciones
La oxicodona, al igual que otros medicamentos, no puede ser utilizada por todos los pacientes. Las contraindicaciones para la administración de este medicamento son, por ejemplo:
- obstrucción paralítica intestinal
- corazón pulmonar
- hipersensibilidad a la oxicodona o cualquiera de los excipientes
- depresión respiratoria grave con hipoxia
- asma bronquial grave
- enfermedad pulmonar obstructiva crónica grave
No se debe administrar oxicodona a niños menores de 12 años. No hay datos específicos sobre el uso de esta sustancia en personas tan jóvenes, por lo que los efectos secundarios y su impacto en el desarrollo infantil son difíciles de determinar.
Debe dosificarse con cuidado en pacientes ancianos o debilitados, así como en aquellos con:
- función pulmonar gravemente deteriorada
- problemas de hígado o riñón
- hipotiroidismo
- enfermedades del tracto biliar
- agrandamiento benigno de la glándula prostática
- psicosis después de una intoxicación (por ejemplo, con alcohol)
- inflamación de los intestinos
- alcoholismo
- dependencia conocida de opioides u otras drogas
- delirio de alcohol
- pancreatitis
- colelitiasis
- hipertensión
- epilepsia
- propenso a convulsiones
- en pacientes tratados concomitantemente con inhibidores de la MAO.
Oxicodona y embarazo y lactancia
La oxicodona atraviesa la placenta, por lo que no debe usarse en mujeres embarazadas. Los recién nacidos cuyas madres han consumido opioides en las últimas 3 a 4 semanas antes del parto deben ser controlados para detectar depresión respiratoria.
Si se administra oxicodona durante el trabajo de parto, el feto puede desarrollar depresión respiratoria.
Este medicamento también pasa a la leche materna y puede causar depresión respiratoria en el recién nacido.
Su uso en mujeres embarazadas y durante la lactancia debe realizarse bajo estricta supervisión médica y solo cuando los beneficios de su administración superen los posibles efectos secundarios.
Oxicodona: efectos secundarios
La oxicodona puede provocar efectos secundarios como:
- constricción de las pupilas
- broncoespasmo
- contracción del músculo liso
- depresion respiratoria
- puede soportar el reflejo de la tos
- en casos extremos: hipotensión severa y potencialmente mortal
Además, las personas que toman este medicamento pueden experimentar:
- somnolencia hasta alteración de la conciencia
- estreñimiento
- náusea
- Dolor de cabeza
- mareo
- vomitando
- cambios en el estado de ánimo y la personalidad (por ejemplo, ansiedad, depresión)
- reducción del apetito hasta su completa pérdida
- actividad psicomotora excesiva, nerviosismo, insomnio
- temblores musculares
- estado de confusión
- disnea
- hipo
- indigestión
- boca seca
- reacciones cutáneas (por ejemplo, erupción cutánea, eritema)
Oxicodona: interacciones medicamentosas y alimentarias
La oxicodona reacciona con:
- opioides
- pastillas para dormir
- antidepresivos
- antihistamínicos
- antieméticos
- neurolépticos
El alcohol puede aumentar los efectos secundarios del alcohol.
La oxicodona debe usarse con precaución durante el tratamiento con inhibidores de la MAO y también hasta 2 semanas después de su interrupción (ambos actúan sobre el sistema nervioso central).
Los antibióticos macrólidos (p. Ej., Claritromicina, eritromicina), antifúngicos (p. Ej., Ketoconazol, itraconazol) y el zumo de pomelo aparentemente inocente pueden inhibir el metabolismo de la oxicodona, lo que puede provocar un aumento de la concentración de esta sustancia en la sangre (es más probable que se produzcan efectos secundarios). .
Por otro lado, la hierba de San Juan puede acelerar el metabolismo de la oxicodona, lo que puede conducir a una reducción de los niveles sanguíneos del fármaco y, por tanto, reducir su efecto.
Oxicodona como droga
Aunque la oxicodona, cuando se usa según lo prescrito por un médico, ayuda a superar el dolor, permite que el paciente funcione normalmente, alivia la enfermedad y, lamentablemente, también se usa como agente narcótico. Esto se aplica principalmente a países como EE. UU., Canadá y Australia.
Grandes dosis de este medicamento, si se toman de manera incontrolada, pueden provocar una depresión respiratoria potencialmente mortal. El riesgo aumenta si se toma con otras sustancias que tienen los mismos o similares efectos sobre el centro respiratorio.
También puede poner en peligro la salud y la vida el aumento de la somnolencia que se produce después de la administración de altas dosis de esta sustancia, especialmente cuando se combina con la falta de sensación de frío y una tendencia a enfriar el cuerpo mucho más rápido.
La inflamación de los vasos sanguíneos y la piel se produce después de la administración intravenosa de oxicodona.
Otros riesgos incluyen la infección por enfermedades de transmisión sanguínea, que incluyen VIH y hepatitis viral.
También ha habido muchos informes de muertes después del uso de oxicodona, siendo el más común la administración concomitante de otros sedantes o el consumo de alcohol.
Por tanto, conviene recordar que, lamentablemente, lo que cura también puede ser perjudicial, y en caso de cualquier duda que surja durante el tratamiento, conviene contactar inmediatamente con su médico.
¿Qué vale la pena saber sobre el dolor?El dolor es un sentimiento muy subjetivo y es precisamente por esta subjetividad que definimos el dolor como lo que el paciente lo llame. La Sociedad Internacional para el Estudio del Dolor, ampliando esta definición, agrega que el dolor es una impresión emocional y sensorial de carácter negativo. Aparece como resultado de estímulos que dañan el tejido o pueden dañarlo.
Dolor agudo (que dura hasta 3 meses): tiene una función protectora y de advertencia, desaparece con la enfermedad que lo acompaña. Esto es por ejemplo:
- dolor coronario
- ciática
- cólico renal
- dolor asociado con lesiones, quemaduras, congelaciones
- dolor en la apendicitis
- dolor en la isquemia aguda de las extremidades
El dolor crónico (que dura más de 3 meses) no tiene una función de advertencia y defensa y ya no es un síntoma, sino que se convierte en una enfermedad en sí misma, requiere un tratamiento farmacológico más prolongado y muy a menudo impide que el paciente funcione correctamente a diario. Esto es por ejemplo:
- dolor reumático
- dolor en la isquemia de las extremidades inferiores en el contexto de la aterosclerosis
- migrañas
- dolor asociado con otros cambios degenerativos
- dolor postraumático
¿Cómo tratar el dolor?
Para el dolor leve, se utilizan paracetamol y fármacos antiinflamatorios no esteroideos, por ejemplo, ibuprofeno. Tienen un efecto analgésico y antiinflamatorio, incl. al reducir la producción de prostaglandinas, que se encargan de sensibilizar nuestros receptores del dolor.
Para el dolor moderado, se administran opioides leves (por ejemplo, codeína, tramadol).
En caso de dolor intenso: opioides fuertes (por ejemplo, morfina, fentanilo, buprenorfina, metadona, oxicodona).