La obesidad conlleva un grave riesgo de complicaciones para el sistema cardiovascular. Las personas que padecen enfermedades cardíacas y del sistema circulatorio (hipertensión, aterosclerosis, defectos cardíacos o insuficiencia cardíaca) deben cuidar especialmente una dieta adecuada. Adelgazamiento, es decir, reducción de peso, en su caso se debe consultar con un médico.
En personas con sobrepeso y obesidad, las arritmias cardíacas son más frecuentes que en personas con peso normal y la insuficiencia cardíaca se desarrolla con el doble de frecuencia. La hipertensión, la aterosclerosis, los niveles elevados de colesterol, las enfermedades coronarias y los ataques cardíacos son a menudo las consecuencias de la obesidad no tratada. - Las personas con enfermedades cardiovasculares deben asegurarse de que su peso corporal sea el correcto. Las personas con sobrepeso y obesidad, incluso con buena presión arterial, desarrollan cambios adversos en el corazón, como la hipertrofia ventricular izquierda, advierte el Prof. dr hab. Zbigniew Gaciong, jefe del Departamento de Enfermedades Internas, Hipertensión y Angiología de la Universidad Médica de Varsovia en Varsovia.
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Principios para adelgazar a las personas que padecen enfermedades cardíacas.
Un médico debe establecer un programa de pérdida de peso para personas con sobrepeso u obesas que padecen enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, existen reglas generales que se aplican a todos los pacientes.
- Reduce tus calorías diarias en 500 kcal. Esto se puede lograr limitando la grasa, el azúcar y los dulces. Para mujeres que siguen la llamada dieta reducción, es decir, adelgazamiento, el requerimiento calórico diario se estima en aproximadamente 1200 kcal, y para los hombres en 1500.
- Come con regularidad y lentamente. Evite los bocadillos entre comidas.
- Su dieta debe consistir principalmente en verduras, legumbres y cereales integrales porque contienen fibra y son saciantes.
- Elija productos que contengan grasas insaturadas (aceite de colza, aceite de girasol, aceite de soja). Este tipo de grasa ayuda a bajar la presión arterial, pero debido a su alto poder calorífico se recomienda en pequeñas cantidades.
- Limite el consumo de alimentos que contengan gran cantidad de sal de mesa (evite también las patatas fritas, maní, etc.).
- Prepare las comidas al vapor, hierva y guise sin agregar grasa o hornee en papel de aluminio. Freír y hornear con mucha grasa afecta negativamente el trabajo del corazón y promueve el desarrollo de aterosclerosis.
- Limitar el consumo de grasas y productos animales: carnes rojas, embutidos, despojos, patés, aves, caza, leches grasas, mantequilla y quesos que contengan ácidos grasos saturados que favorecen el aumento de peso y aumentan el nivel de colesterol "malo".
- Reemplace las comidas de carne con pescados grasos de mar: contienen ácidos grasos omega-3 y omega-6 que ayudan a reducir el colesterol.
Actividad física mientras se pierde peso
La intensidad de la actividad física en el caso de personas con sobrepeso, obesidad y, adicionalmente, con problemas cardiovasculares debe ser determinada por un médico. Se recomienda el ejercicio aeróbico simple de intensidad moderada (caminata, marcha nórdica, tareas domésticas al aire libre, bicicleta). Oxigenan el cuerpo y ayudan a quemar grasas. Los efectos se logran haciendo ejercicio regularmente durante 20 a 60 minutos al menos tres veces por semana.
El tratamiento farmacológico puede ayudarlo a perder peso
El tratamiento farmacológico puede ser un elemento de apoyo al tratamiento del sobrepeso y la obesidad. En personas con enfermedades cardiovasculares, debe ser consultado con un médico y ajustado a las necesidades del paciente, si los intentos de tratamiento no farmacológico han fracasado previamente. Los principales fármacos en el tratamiento de la obesidad son fármacos que suprimen el apetito y fármacos que reducen la absorción en el intestino. Sin embargo, la decisión de realizar dicho tratamiento farmacológico y el tipo de fármaco siempre depende del médico.