Las neoplasias de riñón son un amplio grupo de enfermedades con varios cursos. El problema más importante que debe resolverse en el diagnóstico de cáncer de riñón es la naturaleza de la lesión detectada: benigna o maligna. ¿Cuáles son los tipos más comunes de cáncer de riñón? ¿Cuáles son los síntomas del cáncer de riñón? ¿Cómo se diagnostican y tratan los tumores renales?
Tabla de contenido:
- Tumores de riñón - información general
- Tumores de riñón - causas
- Tumores de riñón: síntomas
- Tumores de riñón - diagnóstico
- Cáncer de riñón - tratamiento
- Neoplasias benignas del riñón
- Neoplasias malignas del riñón
Los tumores renales pueden ser benignos o malignos. El tratamiento y el pronóstico del cáncer de riñón difieren según el tipo de cáncer diagnosticado. Las neoplasias benignas del riñón generalmente no causan mucha preocupación y en muchos casos solo requieren observación. Sin embargo, la sospecha de un tumor renal maligno requiere un diagnóstico completo y una pronta implementación del tratamiento.
Tumores de riñón - información general
El diagnóstico de una lesión neoplásica suele ser motivo de gran preocupación para los pacientes. No es diferente en el caso del cáncer de riñón: este diagnóstico está asociado con la incertidumbre sobre la necesidad de someterse a pruebas de diagnóstico y el proceso de tratamiento.
Sin embargo, vale la pena saber que el cáncer de riñón es un grupo de más de una docena de enfermedades con un curso y pronóstico muy diverso. No existen métodos universales para diagnosticar o tratar el cáncer de riñón; cada caso se trata de forma individual en función del tipo de lesión, el estadio de la enfermedad y la presencia de sus posibles complicaciones.
Las neoplasias renales se dividen en dos grupos principales: neoplasias benignas y malignas.
- Los rasgos característicos de los tumores benignos son un crecimiento lento y una buena separación de los tejidos circundantes. Ejemplos de neoplasias benignas del riñón son: adenoma eosinofílico (latín: oncocitoma), angiomiolipoma (latín: AML) o papiloma. Los tumores benignos no forman metástasis a distancia en otros órganos. Muchos tumores renales benignos solo requieren una observación regular. La extirpación de un tumor benigno puede estar indicada cuando el tumor se agranda o causa síntomas clínicos.
- Las neoplasias malignas del riñón se caracterizan por un curso más agresivo. Sus células se multiplican más rápido e invaden estructuras cercanas. Los tumores malignos también pueden formar metástasis a distancia. La neoplasia maligna de riñón más común en la población adulta es el cáncer de riñón. La neoplasia maligna de riñón más común entre los niños es el nefroblastoma fetal, también conocido como tumor de Wilms.
En el proceso de diagnóstico del cáncer de riñón, es necesario responder a la pregunta clave: ¿es una enfermedad benigna o maligna? La naturaleza de la neoplasia detectada es el factor principal que determina los procedimientos de tratamiento posteriores.
Las herramientas de diagnóstico más importantes en las neoplasias renales son las pruebas de imagen: ecografía, tomografía computarizada y resonancia magnética de la cavidad abdominal. En algunos casos, también es necesario realizar pruebas adicionales.
Los tumores benignos y malignos tienen características que permiten su diferenciación inicial en las pruebas de imagen. Desafortunadamente, en algunos casos, es imposible hacer un diagnóstico confiable basado únicamente en pruebas de imagen. Entonces es necesario un examen histopatológico del fragmento tumoral. El material para el estudio se puede obtener durante una biopsia o como resultado de una cirugía de extirpación del tumor.
Conocer el tipo de cáncer de riñón específico le permite elegir el tipo de procedimiento más óptimo.
Dos vías terapéuticas básicas en las neoplasias renales son: tratamiento conservador (observación, posiblemente tratamiento sintomático) y tratamiento quirúrgico (procedimientos quirúrgicos de diversos grados de extensión).
En algunos casos, también es posible un tratamiento quirúrgico mínimamente invasivo. Un ejemplo de tal terapia es el cierre (la denominada embolización) de los vasos sanguíneos que irrigan el tumor.
Lea también: Cáncer: ¿benigno o maligno?
Tumores de riñón - causas
¿Por qué surgen los tumores renales? En la mayoría de los casos, no sabemos la respuesta a esta pregunta. En la raíz del desarrollo de cualquier cáncer de riñón está la multiplicación incontrolada de células. En muchos casos se trata de un fenómeno genéticamente determinado.
Algunos tumores renales pueden aparecer como parte de otros síndromes de enfermedad. Por ejemplo, el carcinoma de células claras del riñón puede desarrollarse en el curso del síndrome de von Hippel-Lindau. Es una condición genética que conduce al desarrollo de varios tipos de cáncer (principalmente hemangiomas del sistema nervioso central, cáncer de riñón y tumores de las glándulas suprarrenales).
Por otro lado, el angiomiolipoma renal es una lesión típica de otra enfermedad determinada genéticamente: la esclerosis tuberosa.
Debe recordarse, sin embargo, que aunque los tumores renales pueden desarrollarse en el curso de trastornos genéticos, la mayoría de ellos aparecen de forma espontánea y sin relación con otros síndromes.
Lea también: Cáncer y genes. Neoplasias hereditarias. Comprueba si estás en riesgo
La investigación sobre los factores de riesgo del cáncer de riñón se centra principalmente en el tumor renal maligno más común: el cáncer de riñón. Se ha comprobado que los factores que aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de riñón incluyen: tabaquismo, obesidad, hipertensión y diálisis a largo plazo.
Tumores de riñón: síntomas
Muchos cánceres de riñón no causan ningún síntoma clínico, especialmente en las primeras etapas de la enfermedad. Una gran proporción (incluso el 60-70%) de los cambios en los riñones se detectan por casualidad, por ejemplo, durante un examen de ultrasonido del abdomen realizado para otras indicaciones.
Un tumor orgánico asintomático detectado al azar se llama incidentaloma en medicina. La visibilidad de este tipo de cambio requiere una decisión sobre qué hacer a continuación. Dependiendo del tamaño y las características del tumor en las imágenes, solo se puede indicar la observación o el inicio del tratamiento.
Los síntomas del cáncer de riñón aparecen con mayor frecuencia como resultado de un aumento en el tamaño del tumor. Uno de los síntomas más comunes es el dolor en el costado del tronco o en la región lumbar.
Puede palparse un tumor de tamaño considerable en la cavidad abdominal. En algunos casos, también es posible agrandar la circunferencia abdominal.
El crecimiento de cualquier tumor es el resultado de la multiplicación intensiva de células tumorales. Como resultado de este proceso, el tejido tumoral tiene una gran demanda de nutrientes suministrados con la sangre.
La presencia de vasos sanguíneos en un tumor de riñón puede causar sangre en la orina. Este síntoma se llama hematuria. La sangre en la orina se puede ver a simple vista, estamos hablando de macrohematuria.
También pueden entrar pequeñas cantidades de sangre en la orina, que no cambia de color y solo puede detectarse mediante un examen microscópico. Esta situación se llama microhematuria.
El sangrado tumoral es un síntoma particularmente común del angiomiolipoma renal. La pérdida crónica de incluso una pequeña cantidad de sangre en la orina puede causar anemia (anemia). En casos extremos, el sangrado dentro del tumor puede volverse abundante y provocar una pérdida repentina de un gran volumen de sangre. Una situación así siempre requiere una intervención rápida.
Una de las funciones importantes del riñón es regular la presión arterial. Este proceso está mediado por la renina, una hormona producida en el riñón. La renina es uno de los factores responsables del aumento de la presión arterial. El desarrollo de cáncer de riñón puede alterar la regulación de la secreción de renina y conducir al desarrollo de hipertensión arterial.
La neoplasia maligna de riñón más común es el cáncer de riñón. Es un cáncer que puede provocar síntomas clínicos específicos. Dado que el cáncer de riñón tiende a infiltrarse y comprimir las venas, sus síntomas pueden estar relacionados con la obstrucción del flujo de salida venoso (especialmente de la parte inferior del cuerpo).
El estancamiento de la sangre venosa en las extremidades inferiores puede manifestarse por su hinchazón. Un síntoma característico en los hombres también es el varicocele.
Las neoplasias malignas del riñón pueden causar síntomas sistémicos. Estos son los llamados "Banderas rojas", que indican la necesidad de diagnósticos oncológicos. Los síntomas más comunes del cáncer avanzado son la pérdida de peso inexplicable, la presencia de fiebre crónica o fiebre baja y una sensación de debilidad constante.
Tumores de riñón - diagnóstico
Las pruebas de imagen son la herramienta de diagnóstico más importante para el diagnóstico de cáncer de riñón. La estructura de los riñones se evalúa con mayor frecuencia mediante un examen de ultrasonido (USG) de la cavidad abdominal. Por lo general, es durante este examen cuando se visualiza por primera vez un tumor de riñón.
Las neoplasias renales tienen muchas características que permiten su diferenciación en el examen ecográfico. El médico que realiza el examen observa la separación del tumor del parénquima renal, la apariencia y la naturaleza del tejido tumoral y la presencia de calcificaciones o necrosis en su estructura. La naturaleza del suministro de sangre a la lesión neoplásica también es muy importante.
Una herramienta útil para la evaluación del flujo sanguíneo es la ecografía Doppler. A veces, la angiografía también se usa para visualizar los vasos del tumor. Si la ecografía no está segura del tipo de lesión, puede ser necesario realizar pruebas de imagen adicionales: tomografía computarizada o resonancia magnética de la cavidad abdominal.
La pregunta más importante que debe responder el médico que interpreta las pruebas de imagen es el tipo de lesión detectada. Algunas neoplasias tienen un aspecto tan característico que su valoración no es difícil. Desafortunadamente, en muchos casos, las pruebas de imagen de los riñones no son suficientes para clasificar un tumor en una categoría benigna o maligna.
También vale la pena saber que existen casos de neoplasias benignas y malignas coexistentes dentro de un riñón. Por este motivo, en algunos casos, es necesario profundizar en el diagnóstico para poder obtener un diagnóstico confiable.
El examen que determina la naturaleza del cambio detectado es la evaluación microscópica (examen histopatológico) del tejido tumoral. El material para el examen se puede obtener de dos formas: mediante biopsia percutánea o mediante escisión quirúrgica del tumor.
La biopsia es una prueba menos invasiva, sin embargo, conlleva el riesgo de un resultado falso negativo (cuando se recolecta tejido con una aguja, es posible "pasar por alto" el área del tumor). El examen del material obtenido durante la cirugía, por otro lado, permite evaluar todo el tumor, no solo sus fragmentos.
Cáncer de riñón - tratamiento
Al planificar el tratamiento del cáncer de riñón, hay muchos factores a considerar. El más importante de ellos es, por supuesto, el tipo de tumor detectado. Los factores adicionales son el tamaño del tumor, la presencia de síntomas clínicos y la salud general del paciente. Las neoplasias benignas a menudo no requieren ningún tratamiento; en muchos casos, solo se recomienda una observación regular.
La necesidad de extirparlos puede aparecer cuando el tumor crece a un tamaño significativo o causa síntomas clínicos (por ejemplo, dolor).
El principal tratamiento para los tumores renales malignos es la cirugía. La cirugía de extirpación de tumores también se realiza en casos de tumores "sospechosos", cuya naturaleza (benigna o maligna) es difícil de evaluar en las pruebas de imagen.
Dependiendo del tipo y tamaño del tumor, se realizan dos tipos básicos de cirugía: nefrectomía conservadora o radical. La nefrectomía conservadora significa la extirpación del tumor junto con la parte adyacente del parénquima renal. Su propósito, sin embargo, es dejar tanto volumen de riñón activo como sea posible.
En la nefrectomía radical, es necesario extirpar el tumor junto con todo el riñón. En algunas situaciones, también puede ser apropiado extirpar otro tejido canceroso cercano (por ejemplo, grasa circundante, ganglios linfáticos o glándulas suprarrenales).
Algunos tumores renales pueden requerir un tratamiento adicional (por ejemplo, con terapia con medicamentos). En el caso de lesiones seleccionadas (especialmente pequeñas y correctamente ubicadas), es posible utilizar técnicas de tratamiento mínimamente invasivas.
Un ejemplo de tal terapia es la crioablación, es decir, destruir el tejido tumoral con el uso de temperaturas muy bajas. Otro procedimiento que se utiliza en algunos cánceres de riñón es la embolización de los vasos del tumor.
La embolización implica la introducción de una sustancia especial en los vasos sanguíneos, lo que hace que la luz del vaso se cierre. De esta manera, se bloquea el suministro de sangre y muere el tejido isquémico del tumor. La embolización vascular del tumor se usa, por ejemplo, en el tratamiento del angiomiolipoma.
Neoplasias benignas del riñón
- adenoma eosinofílico (oncocitoma) del riñón
El adenoma eosinofílico renal también se conoce como oncocitoma. El nombre oncocitoma proviene de las características células formadoras de tumores: los oncocitos. El oncocitoma es una enfermedad renal benigna.
No obstante, puede resultar difícil distinguirlos de los tumores malignos en los estudios de imágenes. Además, en algunos casos, los oncocitomas tienen coexistencia de focos de cáncer renal. Por esta razón, la sospecha de oncocitoma es una indicación para la extirpación quirúrgica de la lesión. Por lo general, se obtiene un cierto diagnóstico de esta neoplasia mediante examen histopatológico posoperatorio.
- adenoma de riñón
El adenoma de riñón generalmente se ubica en la corteza (parte externa) de este órgano. Los adenomas son uno de los tumores renales benignos más comunes. Los adenomas suelen ser de tamaño pequeño y rara vez causan síntomas clínicos; a menudo se detectan accidentalmente en exámenes por imágenes de la cavidad abdominal.
Dependiendo del tamaño del adenoma, solo puede estar indicada la observación o la extirpación quirúrgica.
- papiloma urotelial de riñón
Los papilomas renales son tumores que se desarrollan en el epitelio de las vías de descarga urinaria. El epitelio que recubre el tracto urinario se llama urotelio, de ahí el nombre papiloma urotelial. Las estructuras del riñón donde se pueden formar los papilomas son los cálices y la pelvis renal. Los papilomas son lesiones benignas, pero su crecimiento puede no obstante causar síntomas clínicos: retención urinaria, hematuria e infecciones del tracto urinario. En tales casos, es posible que sea necesario extirpar los papilomas.
- angiomiolipoma de riñón
El angiomiolipoma renal es un tumor benigno compuesto por tres tipos de tejido: vascular, muscular y adiposo. Una de las características importantes del carácter de los angiomiolipomas es la presencia de una densa red de vasos sanguíneos en el tejido tumoral. Su abundante suministro de sangre puede provocar hemorragias (a veces de gran intensidad).
Actualmente, se cree que los pequeños angiomiolipomas solo requieren una observación regular. En caso de cambios importantes, puede ser aconsejable eliminarlos. Uno de los métodos para tratar los angiomiolipomas es la embolización (cierre) de los vasos sanguíneos que irrigan el tumor.
- otras neoplasias benignas del riñón
Las neoplasias benignas más comunes del riñón se enumeran arriba. Sin embargo, vale la pena saber que también pueden desarrollarse otros tumores benignos en los riñones. Entre ellos se encuentran los fibromas, lipomas, neuromas, miomas y los denominados tumores del aparato glomerular (la estructura del riñón responsable de la producción de renina, una hormona que regula la presión arterial).
La mayoría de estos cambios son asintomáticos y solo requieren un seguimiento periódico. Si aparecen signos clínicos o el tumor es de tamaño significativo, puede estar indicada la extirpación.
Neoplasias malignas del riñón
- Cancer de RIÑON
El cáncer de riñón es el tumor maligno más común de este órgano. El cáncer de riñón representa aproximadamente el 3% de todas las neoplasias malignas diagnosticadas en adultos. Los síntomas más comunes del cáncer de riñón son dolor en la región lumbar y sangre en la orina. En etapas más avanzadas de la enfermedad, pueden ir acompañadas de pérdida de peso repentina, fiebre y debilidad marcada.
Algunos cánceres de riñón (especialmente aquellos con enfermedad en etapa baja) son asintomáticos; tales tumores se pueden detectar completamente por casualidad. El método principal para tratar el cáncer de riñón es la extirpación quirúrgica del tumor junto con un margen adecuado de tejido sano. En algunos casos, se recomienda utilizar terapia adyuvante (inmunoterapia, quimioterapia).
El pronóstico del cáncer de riñón depende del estadio de la enfermedad en el momento del diagnóstico. El tipo histológico del tumor también es importante. Un rasgo característico del cáncer de riñón es la presencia de síndromes paraneoplásicos, es decir, síntomas resultantes del desarrollo del tumor en el cuerpo.
Ejemplos de síndromes paraneoplásicos que ocurren en el curso del cáncer de riñón son la hipercalcemia (aumento de los niveles de calcio en sangre), la hipertensión y la anemia. Los síndromes paraneoplásicos pueden ser el primer síntoma del cáncer de riñón.
- nefroblastoma fetal - tumor de Wilms
La enfermedad renal fetal, también conocida como tumor de Wilms o nefroblastoma, es el cáncer de riñón maligno más común que se encuentra en la población pediátrica. La enfermedad renal fetal afecta con mayor frecuencia a niños de entre dos y cinco años.
El primer síntoma de un tumor nefrótico suele ser la presencia de un tumor en el abdomen. En el tratamiento del nefroma fetal se utilizan quimioterapia y cirugía (en casos seleccionados combinada con radioterapia).
Los resultados del tratamiento en la mayoría de los nefromas fetales son muy buenos: la tasa de curación se estima en un 90%. La detección temprana del cáncer y la pronta implementación del tratamiento aumentan las posibilidades de que la terapia sea eficaz.
- otras neoplasias malignas del riñón
Aunque la neoplasia maligna de riñón más común es el cáncer de riñón, este órgano puede ser el sitio de otras neoplasias. Un ejemplo es el cáncer de pelvis renal, que se desarrolla en el epitelio del tracto urinario.
Los sarcomas y linfomas son mucho menos frecuentes en el riñón. También se debe recordar la posibilidad de metástasis tumorales de otros órganos (la mayoría de las veces son metástasis de cáncer de mama y pulmón).
Lea también:
- Riñones: estructura y funciones
- Dolor de riñón: causas, síntomas y tratamiento del dolor de riñón
- Lesiones renales (riñón desviado, agrietado, magullado): clasificación, síntomas, tratamiento
- Riñón móvil (migratorio): causas, síntomas y tratamiento
- Insuficiencia renal: síntomas y tratamiento
- La enfermedad renal se desarrolla en secreto
Bibliografía:
- Borkowski A. Procedimiento diagnóstico en pacientes con tumores renales y su influencia en el método de tratamiento. Guía para médicos de cabecera. 2003; 4 (10): 92-95.
- "Tumores de riñón" W. Pypno, Borgis - Postępy Nauk Medycznych s1 / 2014, págs. 54-55
- "Epidemiología y factores de riesgo del cáncer de riñón" W.Chow et.al. Nat Rev Urol. 2010 mayo; 7 (5): 245–257 - acceso en línea
- "Tumor de Wilms". Davidoff AM Adv Pediatr. 2012; 59 (1): 247-67 - acceso en línea
- "Neoplasias renales benignas en adultos: hallazgos de imágenes transversales" S.Prasad et.al. Revista Estadounidense de Roentgenología. 2008; 190: 158-164
Leer más artículos de este autor