Con relativa frecuencia hay obsesiones menores. Por ejemplo, cuando alguien comienza a tararear una canción, no puede sacársela de la cabeza durante todo el día. A veces también se repite una rima o rima sin sentido. Los pensamientos intrusivos de vez en cuando no son molestos. Aunque casi siempre son indeseados ...
Ciertos pensamientos pueden ser muy molestos e intrusivos ("¿Qué pasa si me está engañando?"). A veces, las personas también experimentan ideas intrusivas; por ejemplo, mientras conducen un automóvil, experimentan su propio accidente automovilístico en sus mentes. Al fumador se le ocurren pensamientos de fumar o se imagina que está inhalando el humo a pesar de que quiere deshacerse de esos pensamientos. Estos pensamientos no deseados se llaman obsesiones. Aunque los pensamientos intrusivos no son un síntoma de enfermedad (ocurren, por ejemplo, en los trastornos de ansiedad), las personas sanas a menudo también los experimentan.
Mejor no reprimir las obsesiones
Además, los pensamientos intrusivos tienen la propiedad de que cuanto más se suprimen, más fuertes se vuelven. Aquí hay un ejemplo: siéntese quieto durante los próximos dos minutos y no piense en el camaleón rosa. La mayoría de la gente no puede hacer esto, y un camaleón cruzará por tu mente al menos dos veces. Tal fenómeno puede tratarse como una compulsión menor: el pensamiento irrumpe en la conciencia, aunque definitivamente queremos reprimirlo. Este es un hallazgo interesante porque significa que reprimir los pensamientos no deseados los hace aparecer con más frecuencia. ¡Licenciado en Letras! A veces, una prohibición como "No pensaré en eso" o "No te atrevas a pensar en eso" hace que estos pensamientos te vengan a la mente con más frecuencia. También es un hecho bien conocido en la vida cotidiana. Cuando no queremos pensar en algo (por ejemplo, tenemos una entrevista mañana y queremos relajarnos o lo que puede haber pasado que el niño no haya regresado todavía de la fiesta), a pesar de la voluntad y los intentos persistentes, los pensamientos perturbadores siguen penetrando en la mente y absorbiendo nuestra atención.
¿Cómo lidiar con las obsesiones?
Afortunadamente, estas obsesiones diarias son relativamente fáciles de manejar. A medida que invaden la conciencia, es mejor darles un momento de conciencia, concentrarse en ellos y luego pasar a otra cosa en lugar de intentar reprimirlos nuevamente. Por ejemplo, cuando alguien no puede separarse de una canción, debe tararearla un momento y luego empezar a tararear otra con una melodía igualmente pegadiza. Como resultado, ambas canciones se olvidan rápidamente.