Hace medio año tuve una situación bastante desagradable que me hizo incapaz de sobrellevar y tuve que ir a un psicólogo, pero lamentablemente no terminé la terapia, porque eran vacaciones y no había tiempo. Al comienzo de este año escolar, caí lentamente en un estado depresivo, lo que me hizo comportarme de manera muy extraña, no me divertían las bromas, a veces cuando alguien me empujaba por cualquier motivo, corría al baño y lloraba. También me perdí muchos días diciéndoles a mis padres que me sentía mal, y había una razón: no puedo percibir las burlas, los estados de ánimo, etc. de mis compañeros. Mi amigo se ha estado portando mal conmigo últimamente, diciendo cosas como "no vuelvas a pelear contigo mismo". De hecho, soy una persona sensible, pero lamento que alguien me lo señale así. También habla de mucha gente y dice que ellos también me hablan y yo empiezo a hablar de ellos con nerviosismo. No tengo ni idea de qué hacer, cómo comportarme cuando está hablando con alguien. ¿Debo confiarle mis problemas? También me gustaría agregar que me molestan muchas cosas de ella, me pregunto si debería decírselo de manera delicada. ¿Qué debo hacer para evitar ser un "empujón"? ¿Qué debo hacer para evitar hacer algo en contra de mi voluntad (hablar)? ¿Cómo se supone que debo tratar a mi amigo ahora? ¿Debo acudir a un psicólogo para completar la terapia?
La respuesta a todas las preguntas que ha hecho es continuar con la terapia. Te permitirá ver los cambios que se han producido en tu relación con tu amigo. Con el apoyo de un especialista competente, puede comprobar si se trata de un conocido por el que todavía vale la pena luchar, o si más bien debería pensarse en cambiar de empresa. La terapia también es útil en relación con las dificultades sobre las que escribe. Mencionas la "situación difícil" que tuvo lugar hace seis meses y que "no puedes percibir varias burlas y estados de ánimo". Estas emociones, llorar más de lo habitual, actuar en contra de tu voluntad y la renuencia a ir a la escuela son problemas con los que no tienes que lidiar solo. El hecho mismo de estar en edad escolar y los cambios que se derivan del proceso de la pubertad dificultan el afrontamiento de las dificultades cotidianas, que a menudo afectan negativamente al estado de ánimo. Creo que en esta situación, si tienes esa oportunidad, sería una buena idea hablar con padres adultos cercanos, confiables, por ejemplo, y contactar al terapeuta que te ha apoyado hasta ahora.
Recuerde que la respuesta de nuestro experto es informativa y no sustituirá una visita al médico.
Patrycja Szeląg-Jarosz Psicóloga, coach, formadora de desarrollo personal. Adquirió experiencia profesional trabajando en el campo del apoyo psicológico, intervención en crisis, activación profesional y coaching.Se especializa en el área de coaching de vida, apoyando al cliente en la mejora de la calidad de vida, fortaleciendo la autoestima y la autoestima activa, manteniendo el equilibrio de vida y afrontando eficazmente los desafíos de la vida cotidiana. Desde 2007, ha estado asociada con organizaciones no gubernamentales en Varsovia, co-dirige el Centro de Desarrollo Personal y Servicios Psicológicos de Compass.