El miedo a las enfermedades neoplásicas sin duda se ve reforzado por el hecho de que están asociadas a un enorme sufrimiento y a un tratamiento prolongado y arduo. A pesar de que la mayoría de nosotros hemos conocido a alguien con cáncer o a sus seres queridos al menos una vez en la vida, no siempre sabemos cómo hablar con aquellos que acaban de escuchar un diagnóstico fallido o están en tratamiento.
El 75% de los polacos cree que el cáncer causa más miedo entre los pacientes, según el informe de la campaña "Permitir apoyo" iniciada por Actavis Polska. ¿De dónde provienen estos temores y por qué, a pesar de la prevalencia del problema, es difícil para la mayoría de nosotros hablar con alguien con cáncer?
Cáncer: comprender las emociones del paciente
El diagnóstico oncológico es un momento de crisis tanto para el enfermo como para sus familiares. No es de extrañar que el paciente desarrolle muchas emociones y comportamientos nuevos que inicialmente pueden ser difíciles de entender y aceptar por las personas cercanas a él. En tal situación, uno debe darse cuenta de que estos comportamientos a menudo incomprensibles no son más que mecanismos de defensa que el paciente activa para hacer frente a la crisis y adaptarse a la nueva situación. Los mecanismos de defensa más comunes que surgen en respuesta a una situación amenazante incluyen:
- negación: el paciente niega la existencia de la enfermedad;
- supresión: el paciente verbaliza la falta de miedo o ansiedad, porque está preparado para todo;
- negación: la persona enferma no quiere saber nada sobre su enfermedad, quiere olvidar que está enferma;
- proyección: el paciente transfiere el miedo a un órgano que no es el afectado por la enfermedad neoplásica;
- racionalización: el paciente busca argumentos razonables para los síntomas o eventos observados con el fin de ocultar su verdadera causa de sí mismo.
No está de más hablar de cáncer
Es natural que en nuestra conversación diaria prefiramos abordar temas más agradables y fáciles relacionados con la vida que hablar de problemas tan graves como el cáncer, que asociamos con la desgracia y la muerte. Aparte de las preocupaciones sobre la vida de una persona enferma, es posible que no sepamos cómo comportarnos en contacto con un ser querido.
¿Qué debo recordar al hablar con un paciente con cáncer?
- Ofrezca apoyo. Asegúrele al paciente que está dispuesto a ayudar si realmente quiere ayudar. Cuando una persona enferma se niega a ayudar, no la presione. Simplemente diga en qué situaciones puede contar con usted.
- Escuche lo que dice la persona enferma. En una situación en la que no sepa cómo iniciar una conversación, deje que la persona enferma hable primero. Escuche atentamente y asegúrese de comprender bien las intenciones del paciente. No aconsejes ni trates de controlar la conversación. Déle a la persona enferma la oportunidad de revelar sus emociones.
- Se honesto. Exprese sus sentimientos con claridad y honestidad. Formule sus pensamientos con el mensaje "yo", por ejemplo, "Me preocupa cuando no dice nada".
- No evite hablar de su propio miedo. De esta forma le demostrarás a la persona que su ansiedad no está aislada.
- No subestimes el miedo de la persona enferma. Si el paciente habla directamente sobre sus miedos, no subestime la imagen de la enfermedad que tiene un ser querido. Algunos pacientes se ofenden cuando el interlocutor ignora sus miedos, concluyéndolos con la afirmación: "No exageres, todo estará bien, pronto iremos a algún lado". Abstente de hacer comentarios como "No te ves enfermo en absoluto".
- No se concentre solo en la enfermedad. Cuando esté en contacto con la persona enferma, trate de comportarse como de costumbre. Continúe con los temas que siempre han discutido juntos, pídale consejo sobre temas que son importantes para usted. Deje que la persona enferma sienta que nada ha cambiado en su relación. Al mismo tiempo, observa atentamente al interlocutor, si notas que uno de los temas que has elegido no le conviene, no vayas más lejos.
- Asegúrese de que el paciente esté dispuesto a informar a otros sobre su condición. Si el paciente ha decidido que no quiere notificar a nadie sobre su condición, respete su decisión, pero también diga cómo se siente acerca de esta decisión. Puede señalar los beneficios de aumentar la cantidad de personas a las que se les puede pedir ayuda. Sin embargo, no presione al paciente para que cambie de opinión.
- Ser sólo. Es importante poder permanecer en silencio junto con el paciente. El silencio no debería ser vergonzoso. Ocasionalmente, el parloteo ininterrumpido puede cansar o irritar a la persona. A veces sucede que un momento de silencio expresa mejor las emociones que una conversación constante. A menudo, el toque o la sonrisa por sí solos pueden expresar más que muchas palabras.