En lugar de esperar a que su bebé deje de mojar la cama, averigüe la causa y comience el tratamiento lo antes posible. La enuresis puede ser causada por enfermedades, alteraciones hormonales y emociones.
Mojar la cama (enuresis) es la falta de control sobre el trabajo de la vejiga durante el sueño. La mayoría de los padres en Polonia creen que el problema surge cuando un niño mayor de 3 años se moja. Los ingleses son más comprensivos y dicen que los niños pueden mojar la cama incluso a partir de los 5 años. En los Países Bajos, Suiza y Estados Unidos, el límite es de 6 años. Pero algunos niños no lo controlan incluso después de los 10 años.
Los trastornos funcionales provocan enuresis
A veces, su bebé tiene una vejiga demasiado pequeña para la orina que produce y, por lo tanto, moja la noche. Durmiendo profundamente, no siente ganas de orinar. Tendría que levantarse varias veces por noche. Los bebés también pueden perder orina como resultado de la disfunción de los músculos del esfínter. El examen urodinámico es útil para hacer el diagnóstico. La ecografía abdominal se realiza con la evaluación de la retención de orina en la vejiga o la cistografía.
Tratamiento: Su médico le aconsejará cómo hacer ejercicio con su bebé para que la vejiga y los esfínteres funcionen correctamente. Por ejemplo, cuando un niño hace pipí, es necesario animarlo a exprimir una gota más. O, por el contrario, cuando llame "pipí", posponga el momento de sentarse en el inodoro. Necesitas practicar durante mucho tiempo, incluso varios meses. Su pediatra puede recomendar medicamentos para suprimir la producción de orina y regular su vejiga. Como resultado, las pausas para orinar se alargarán y la capacidad de la vejiga aumentará.
El ataque bacteriano causa enuresis
Si su niño ha dormido en la noche seca y de repente comienza a empapar las sábanas o deja que se le pongan las bragas, puede ser una inflamación del tracto urinario. La necesidad de orinar es tan fuerte que el niño orinará con frecuencia, incluso sin darse cuenta. Puede quejarse de una sensación de ardor en la uretra, dolor en el área de los riñones y en la parte inferior del abdomen. Pero no todos los síntomas están siempre presentes. En ocasiones el niño no se queja de nada y el único signo es la incontinencia urinaria. Entonces, solo se puede hacer un diagnóstico sobre la base de análisis de orina. Una infección del tracto urinario se confirma mediante un cultivo positivo, que también identifica las bacterias y su sensibilidad a los fármacos. Las infecciones repetidas a menudo conducen al reflujo de orina desde la vejiga hacia los uréteres y la pelvis renal. Esto sucede cuando las "válvulas" no funcionan correctamente, ya sea debido a una infección o un defecto de nacimiento. El flujo de salida se identifica sobre la base de una ecografía o una cistografía.
Tratamiento: en el caso de una infección común, se administra un antibiótico seleccionado en base al antibiograma durante 10 a 14 días. A veces es necesario usar medicamentos antiinflamatorios durante 6-7 semanas. Si la infección se acompaña de un flujo de salida de la vejiga y la orina, dicha terapia puede durar hasta seis meses.
Mojar la cama - emociones culpables
A menos que su médico encuentre otras razones para su enuresis, el problema emocional puede serlo. De esta forma, el niño puede reaccionar ante la separación de la madre, enfermedad, ir a la guardería o jardín de infancia, aparición de hermanos. Pero también experiencias positivas, como irse de vacaciones o ir al teatro, pueden acabar mojando las sábanas o las bragas. Estos problemas suelen ser experimentados por niños hiperactivos, agresivos y tímidos.
Tratamiento: para encontrar un vínculo entre la enuresis y la vida cotidiana, observe a su bebé. Trate de evitar situaciones que le causen problemas. Explícale al niño que todos los niños van al jardín de infancia, que la nueva dama será tan amable como la anterior, que los amas tanto como a tu hermano pequeño. Asegúrese de que su pequeño no se sienta inseguro o estresado. Pase el mayor tiempo posible con él: lea sus libros favoritos, salgan a caminar juntos. Si esto no funciona, busque la ayuda de un psicólogo que seleccionará la terapia adecuada.
El remojo no es una enfermedad
Los padres deben convencerse a sí mismos y a sus hijos de que mojar la cama no es una enfermedad ni un defecto mental, porque no hay enfermedades que se manifiesten solo entre las 8 p.m. y las 6 a.m. Existe un problema médico llamado incontinencia urinaria. Es causada por la irritación de los músculos del esfínter o el reflujo y la orina fluye inconscientemente durante todo el día.
Por lo tanto, la enuresis no debe confundirse con la incontinencia urinaria. La primera dolencia no se puede curar con una píldora milagrosa, hierbas o una visita a un chamán. Se necesita mucha paciencia y comprensión. La ayuda más eficaz se puede obtener en los centros de asesoramiento psicológico y pedagógico. Los especialistas allí empleados ayudan a padres e hijos que se mojan por la noche.
Caso hormonal
En ocasiones, la glándula pituitaria no produce suficiente vasopresina, la hormona responsable de la gravedad específica de la orina.Durante la noche en un niño sano aumenta la secreción de esta sustancia, lo que provoca que la orina producida por los riñones se concentre y así la vejiga pueda retenerla hasta la mañana. En los niños con deficiencia de vasopresina, la orina no se concentra adecuadamente, por lo que hay más. Como resultado, la vejiga debe vaciarse con mayor frecuencia, también por la noche. Para diagnosticar la afección, se requiere una prueba general de orina para verificar el nivel de esta hormona en la sangre.
Tratamiento: Su médico puede recetarle tabletas para espesar su orina. Se administran justo antes de acostarse.
Mojar la cama en adultos
La enuresis nocturna en adultos es el síntoma más común de enfermedad, por ejemplo, diabetes, inflamación crónica del tracto urinario o enfermedades neurológicas. En los hombres, por ejemplo, la causa puede ser el agrandamiento de la próstata y, en las mujeres, una contracción repentina de la vejiga debido a un mal funcionamiento del músculo detrusor.
Mojar la cama en un niño - tratamiento
El tratamiento es tedioso. La terapia adecuada consiste principalmente en desarrollar el hábito de controlar la micción en el niño. Reprimir o castigar no hace nada. Es como intentar persuadir a un jorobado de que se endereza. Algunos psicoterapeutas creen que el uso de pañales o medidas para ayudar a controlar la micción nocturna involuntaria no resuelve el problema subyacente. Otros, en cambio, recomiendan pañales nocturnos o dispositivos especiales porque brindan una sensación de seguridad y fortalecen el vínculo con los padres que, en lugar de regañar, intentan ayudar. Uno de esos dispositivos es una alarma de humedad. Actúa creando el reflejo de continencia urinaria. Cuando su bebé comienza a orinar, una señal acústica lo despierta. La sonda de alarma debe colocarse en un bolsillo cosido en la entrepierna de las bragas. Si ocurre una "catástrofe húmeda", el niño debe ir al baño, hacer pipí y ponerse la ropa interior seca, después de un tiempo surge un reflejo de continencia y la alarma es innecesaria.
Los niños que usan bragas especiales debajo del pijama también dejan de mojar la cama naturalmente. Son muy absorbentes y casi imperceptibles bajo el pijama, lo que asegura comodidad, discreción y bienestar a los más pequeños. También minimizan el estrés que sufren los niños al meterse en la cama y generar trabajo adicional para sus padres. Los calzoncillos de pijama Huggis (DryNites) para niños de 4 a 10 años se pueden comprar en las grandes farmacias.
¿Cómo le habla a su bebé sobre enuresis nocturna? ¿Qué no está permitido decir?
Dorota Kalinowska, psicóloga y terapeuta infantil: Durante la conversación, hagamos referencia a los sentimientos del niño, a las formas de afrontar la dificultad. Necesitamos asegurarle a su pequeño que la enuresis no es culpa suya. Si no tenemos una idea para una conversación, vale la pena buscar un cuento de hadas terapéutico, gracias al cual el niño comprenderá que no está solo y encontraremos las palabras adecuadas para la conversación. Usemos palabras sencillas adaptadas a las posibilidades de nuestro hijo. Estemos en guardia contra alzar el tono, acusar a un niño, insultar, humillar y avergonzar. Esto tendrá un impacto muy negativo en el desarrollo emocional y la formación de la autoestima. Además, un niño pequeño puede perder la confianza en nosotros y buscar apoyo en otra parte o definitivamente se alejará de los contactos sociales. También está prohibido castigar o golpear a un niño. Debemos recordar que no es culpa suya que el niño no se orine solo, para hacernos enojar que sea un estado temporal.
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