El tema del descanso es cada vez más importante: trabajamos cada vez con más intensidad, por lo que merece la pena pasar las vacaciones para coger fuerzas para los próximos meses. Es por eso que planificar la fecha y la forma de las vacaciones determina nuestra condición durante todo el año.
Hasta hace poco, era obvio que las vacaciones significaban dos semanas libres en el verano, pasadas junto al mar polaco o en las montañas. Los que tuvieron la mala suerte de despedirse en junio o septiembre se quejaron en voz alta de su desgracia. Sin embargo, ¿son unas vacaciones en pleno verano la mejor solución?
Según los médicos, no necesariamente. El maravilloso clima de verano es una verdadera bendición para nuestro cuerpo. Nos sentimos muy bien, tenemos ganas de vivir y trabajar, por las tardes hay mucha luz durante mucho tiempo, así que tenemos tiempo para el entretenimiento al aire libre. Si trabajamos duro, es una pena perder este tiempo relajándonos. Las vacaciones serán mucho más útiles a finales de otoño o principios de primavera. La falta de sol, el mal tiempo y el "biomed" desfavorable nos dificultan levantarnos por la mañana e ir a trabajar. Este es el momento perfecto para salir de la cinta de correr diaria.
Tómate unas vacaciones cuando te sientas más cansado
Por supuesto, unas vacaciones bajo el sol serían perfectas. Sin embargo, si por alguna razón es imposible, conviene recordar que un viaje mucho más cercano puede tener efectos igualmente beneficiosos. Siempre que lo organicemos correctamente. Esta época del año es la época perfecta para la recreación activa.
Largas caminatas, viajes en bicicleta, visitas a lugares interesantes: cualquier cambio en el estilo de vida actual y los alrededores puede tener un efecto beneficioso en nuestra psique y cuerpo. Ocúpate de pequeños placeres (como levantarse un poco más tarde o celebrar cenas, para las que no solemos tener tiempo), pero también moderada actividad física al aire libre. Unas vacaciones semanales en marzo o noviembre realmente pueden hacer maravillas.
Si el primer intento tiene éxito, vale la pena planificar las vacaciones durante todo el año. Aparte de las obligaciones familiares (por ejemplo, los niños en edad escolar), es importante considerar cuándo tenemos el peor desempeño. Algunas personas se sienten muy mal a principios de la primavera, cansadas del largo invierno y la falta de luz del día, otras están deprimidas por un día de invierno corto y las bajas temperaturas, otras odian el calor. Es mejor tomarse unas vacaciones en un momento que alivie la fatiga, el malestar y gane fuerza para los próximos meses cambiando su estilo de vida.
Al planificar unas vacaciones, también vale la pena determinar su duración. Debe ausentarse durante dos semanas al menos una vez al año (según lo exige el Código Laboral), pero los descansos restantes pueden simplemente extenderse los fines de semana. A veces, incluso 2-3 días son suficientes para regenerarse.
También hay cada vez más ofertas de agencias de viajes, hoteles y pensiones, que ofrecen viajes de fin de semana para mejorar la condición y el bienestar. Y aunque es obvio que no eliminaremos muchos años de abandono en un fin de semana, a veces vale la pena sentirse el rey de la vida. En el estado de ánimo lo hace perfectamente.
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