Mi hijo tiene 11 meses y medio. Se está desarrollando maravillosamente: ya camina e incluso corre, dice mamá, papá. El problema es que desde hace tres semanas, tal vez un mes, ha empezado a comportarse de forma bastante agresiva y tenemos la sensación de que disfruta pegar a alguien, pellizcar a alguien, morder a alguien, tirar del pelo a alguien. A pesar de repetir que no está permitido que duela, repite muchas veces la actividad prohibida. Puede golpear la cara inesperadamente. Se comporta así con nosotros los padres, pero también con las abuelas y niñeras. Cómo reaccionar ante tal comportamiento, especialmente porque es doloroso y angustioso. Intentamos prestarle mucha atención cuando estamos en casa: jugamos, leemos cuentos de hadas, cantamos canciones. Tratamos de no discutir en presencia de nuestro hijo. Nunca se deja desatendido.
¡Hola! Los bebés conocen y comprueban el mundo. Están probando su fuerza. Obtienen satisfacción cuando descubren que algo está provocando una reacción violenta. Luego repiten voluntariamente el experimento. Por ello, tu reacción no debe ser violenta (gritos, chillidos, golpes, etc.). Sin embargo, debe ser firme. Sostenga la mano del niño cuando esté a punto de hacerlo y diga con firmeza: "¡Golpee, no!" Luego bésese y diga: "Beso, sí, ¡pero golpea NO!" Cuando se interese y también te bese, dale un abrazo y elogio. Anímelos a repetir "¡Golpe NO!" Mientras amenaza con un dedo. Este movimiento de los dedos puede interesar a un niño más que la intención de golpear.Deje que estas dos palabras (junto con el nuevo gesto) sean las siguientes después de "mamá" y "papá". Lo más difícil es prevenir una picadura. Trate de adelantarse al niño pequeño y sujetarlo, luego reaccione de la misma manera. Si no logras evitar un mordisco, hace falta un poco de teatro: finge que estás llorando, lamentarte, dile a mami que duele arreglarlo (besarte, abrazarte y disculparte). Anime a su hijo a comprobar por sí mismo qué dolor es. No se preocupe, no lo hará. Se negará o, en el mejor de los casos, se tocará ligeramente los dientes. Después de todo, el instinto de conservación funciona. Toda la acción debe durar lo más breve posible, e inmediatamente después distraer al niño del evento desagradable. Queremos que el niño pequeño se sienta fascinado por otros temas y experimentos. Sobre esto, entre otros. se basa el desarrollo humano. Los comportamientos que describe ocurren periódicamente en niños pequeños. Por eso, algunos padres intentan esperar y no reaccionan. Sin embargo, esta no es la mejor y fácil solución. La educación sin estrés debe tener sus límites. El niño, aunque pequeño, ya comprende mucho. Aprovecha esto y explícale el mundo lo antes posible. Si uno no presta atención al "desenfreno" y no lo embota de ninguna manera, puede suceder que la fascinación del niño por el descubrimiento aumente y el comportamiento se vuelva fijo. Y luego es más difícil luchar contra él. Buena suerte. SI.
Recuerde que la respuesta de nuestro experto es informativa y no sustituirá una visita al médico.
Barbara Śreniowska-SzafranUn profesor con muchos años de experiencia.