El tracoma es una queratoconjuntivitis crónica o recurrente causada por ciertos serotipos de Chlamydia trachomatis, un tipo de bacteria intracelular. ¿Qué tan común es el tracoma? ¿Cuáles son los síntomas de la conjuntivitis por clamidia y cómo se trata?
Tabla de contenido
- Tracoma: síntomas
- Tracoma: vías de infección y diagnóstico.
- Tracoma: tratamiento
Tracoma, es decir, inflamación crónica o recurrente de la córnea y la conjuntiva (latín tracoma, sinónimos: conjuntivitis egipcia, queratitis vesicular crónica) son causadas por los serotipos A, B, Ba y C Chlamydia trachomatis.
No ha estado presente en Polonia durante muchos años, pero es una enfermedad endémica en África, América Latina, Australia, Asia y Oriente Medio.
El tracoma es una de las principales causas de ceguera en el mundo. En Polonia, la conjuntivitis por clamidia se diagnostica con muy poca frecuencia. Sin embargo, la enfermedad se presenta con más frecuencia de la que se diagnostica.
Tracoma: síntomas
Los síntomas característicos de la enfermedad son: secreción mucopurulenta y reacción folicular (tejido linfoide demasiado crecido que se asemeja a los granos de arroz) y un curso de inflamación crónica y recurrente.
El curso de la infección se puede dividir en 4 etapas:
- al comienzo de la enfermedad, hay una sensación de cuerpo extraño debajo del párpado y conjuntivitis
- luego, se forman grupos de tracoma que consisten en linfocitos
- la siguiente etapa es la aparición de escamas como resultado de la hipertrofia papilar de la conjuntiva: blanquecina, cubriéndola con una película con vasos que crecen en ella
- finalmente, la cicatrización de las lesiones conduce a la curvatura del párpado, las pestañas crecen en la dirección incorrecta, irritando y rascando constantemente la córnea. Esto causa daño, y el desarrollo de úlceras difíciles de curar conduce a la formación de endospermo, es decir, opacidad degenerativa permanente de la córnea.
Aparecen trastornos de la visión y, a medida que avanza la enfermedad, la luz deja de penetrar en el globo ocular y el paciente pierde la vista.
La cicatrización de los párpados también contribuye a la disfunción de las glándulas de los párpados y, por lo tanto, a la producción insuficiente de moco y componentes grasos de las lágrimas.
Esto seca la superficie de la córnea y acelera su degeneración. Una complicación adicional es la cebada recurrente, que se cura con fuerza y en algunas situaciones puede requerir una intervención quirúrgica.
Tracoma: vías de infección y diagnóstico.
La infección se transmite fácilmente por contacto directo. La infección se produce por contacto con secreciones conjuntivales contaminadas de manos sucias o por el uso de toallas o ropa sucias.
El diagnóstico de tracoma se basa en los síntomas clínicos característicos de la enfermedad y los resultados de exámenes oftálmicos adicionales.
Tracoma: tratamiento
El tratamiento se centra principalmente en la administración de antibióticos (cuadro 11, 15-22). La Organización Mundial de la Salud ha introducido el programa SAFE (cirugía, antibióticos, limpieza facial y mejora ambiental). Los medicamentos tópicos no son efectivos.
Si el endospermo ya se ha desarrollado y el estado de la córnea y la visión no mejoran después de la cirugía de párpados, la única forma de restaurar la visión es mediante un trasplante de córnea.
La terapia implementada correctamente permite el tratamiento del tracoma sin complicaciones. En lesiones avanzadas, el tratamiento conservador protege solo contra la progresión de cambios, no elimina las deformaciones que ya se han producido.
La infección pasada no protege contra la recurrencia, por lo que se deben implementar medidas preventivas, que consisten en mejorar los estándares de vida e higiene personal.