Hay 4 fases del alcoholismo: prealcohólica, alerta, crítica y crónica. Con cada fase subsiguiente, los síntomas del alcoholismo aumentan y se vuelven más severos. Sin embargo, como enfatizan los psicoterapeutas, el tratamiento puede iniciarse en cualquier etapa del desarrollo de la adicción y siempre es posible que el paciente recupere la sobriedad total. ¿Cómo identificar las diferentes fases del alcoholismo?
Las fases del alcoholismo previenen la aparición repentina del alcoholismo, pero su gravedad varía de vez en cuando. Esta conclusión fue hecha por primera vez por un médico estadounidense de origen checo, Elvin Morton Jellinek. El investigador basó su concepto en sus propias observaciones, que mostraron que cada caso de adicción al alcohol está precedido por la aparición de síntomas de alerta. Si se detecta a tiempo, el desarrollo del alcoholismo puede inhibirse incluso antes de que los síntomas de la enfermedad se desarrollen de forma avanzada. Para que esto suceda, sin embargo, es necesaria una reacción rápida y decisiva del medio ambiente. Sin él, es extremadamente difícil para una persona adicta dejar de beber; cuando se la deja sola, se ralentiza cada vez más y su alcoholismo se vuelve crónico; el tratamiento del alcoholismo en este caso es muy difícil.
Descubra cómo avanza el alcoholismo y cómo identificar sus etapas.
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1. Fases del alcoholismo: la fase prealcohólica (introductoria)
La primera fase, denominada fase previa al alcohol o fase introductoria, puede durar varios años y no puede despertar sospechas tanto en los forasteros como en los alcohólicos potenciales. Los síntomas característicos de esta fase no difieren significativamente del comportamiento de las personas que beben alcohol ocasionalmente. Lo decisivo es el enfoque de la persona hacia el alcohol. El alcohólico potencial, a diferencia de las personas que tienen menos probabilidades de sufrir la enfermedad, encuentra que beber es especialmente agradable y relajante para él. Por lo tanto, comienza a tratar el alcohol como una especie de medio para mejorar su estado de ánimo: lo busca cuando está de mal humor, está deprimido o algo lo molesta. En esta etapa, no bebe solo, sino que inconscientemente busca oportunidades para hacerlo; a menudo sale a fiestas y reuniones sociales, donde tiene la oportunidad de beber. Con el tiempo, su reflejo de beber alcohol en momentos difíciles es tan fuerte que no puede hacer frente a su tensión interna sin un "refuerzo". Como resultado, desarrolla tolerancia al alcohol y debe beber más y más para emborracharse.
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2. Las fases del alcoholismo: la fase de alerta
La fase de advertencia comienza con la aparición del primer "palimpsesto" o laguna de memoria. Este momento se conoce comúnmente como "detener la película": una persona permanece consciente (no pierde el conocimiento) y, sin embargo, no recuerda lo que le sucedió después de emborracharse. La característica de esta fase es la repetición de palimpsestos incluso después de beber una cantidad relativamente pequeña de alcohol.
Además, se pueden observar varios comportamientos característicos en una persona en riesgo de alcoholismo:
- acelerar el ritmo de la bebida e iniciar "colas";
- un gran cambio de comportamiento después de beber: una persona que había estado callada hasta ahora se convierte de repente en el alma de la fiesta, habla mucho, es más audaz, se deshace de las inhibiciones;
- bebida encubierta: beber vasos en secreto para emborracharse más rápido, también beber solo antes de una fiesta para "ponerse en forma";
- bebiendo sin ocasión, en soledad.
Típico de esta fase es también la apariencia de remordimiento. El alcohólico potencial comienza a darse cuenta de que está bebiendo demasiado, pero en esta etapa aún no se da cuenta de que tiene un problema con el alcohol. En cambio, intenta justificarse ante sí mismo y racionalizar su comportamiento ("todo el mundo tiene derecho a beber de vez en cuando, no estoy haciendo nada malo"). Reacciona con irritación a los comentarios de su entorno y niega claramente las acusaciones de alcoholismo.
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3. Las fases del alcoholismo: la fase crítica
La fase crítica comienza cuando el alcohólico pierde el control de su forma de beber. Ningún plan o promesas que se haga a sí mismo oa sus seres queridos le impida alcanzar un vaso. Los estados breves de abstinencia aún son posibles, pero tarde o temprano terminan volviendo a beber. Toda la vida de una persona adicta comienza a girar en torno al alcohol: su principal ocupación se convierte en planificar cuándo beber, comprar alcohol o recolectar fondos para este propósito. El alcohólico descuida a su familia, su trabajo, pierde intereses y deja de preocuparse por su apariencia y su entorno. Su deseo sexual está disminuyendo. Al mismo tiempo, todavía no puede admitir ante sí mismo que tiene un problema con el alcohol; constantemente encuentra nuevas excusas y reacciona agresivamente a las críticas. Los primeros síntomas físicos de la adicción, los llamados ansia de alcohol. La bebida se vuelve continua con breves períodos de abstinencia; así es como el alcohólico intenta demostrarse a sí mismo que todavía tiene control sobre su forma de beber. La característica de esta fase es también una fuerte caída de la autoestima, un sentimiento de vacío e impotencia.
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4. Fases del alcoholismo: la fase crónica (crónica)
La etapa más avanzada del alcoholismo, en la que el alcohólico se deshace de todos los remordimientos e inhibiciones. Bebe casi sin parar y toma su primera dosis de alcohol por la mañana. Está constantemente intoxicado, su tolerancia al alcohol desciende drásticamente: solo unos pocos vasos son suficientes para estar completamente borracho. El nivel constantemente alto de etanol en la sangre tiene un impacto muy negativo en su salud: hay una disminución de las funciones intelectuales, enlentecimiento psicomotor, trastornos del deseo sexual, cambios de carácter (pérdida de sentimientos superiores), se producen trastornos del hígado y del sistema nervioso. Cada intento de salir de la actividad alcohólica termina con un síndrome de abstinencia severo: apretón de manos, dolores de cabeza, debilidad general, vómitos, alteraciones del sueño, ansiedad. Puede desarrollarse psicosis alcohólica crónica. En esta etapa, el alcohólico no solo usa licores típicos, sino que debido a la falta de dinero, también puede beber sustitutos venenosos del alcohol (por ejemplo, alcohol desnaturalizado). Debido al envenenamiento, está cada vez más a menudo en estaciones de sobriedad y hospitales. Beber continuamente una y otra vez agotará el cuerpo y puede matarlo.
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