Los científicos han realizado estudios en ratones para responder una pregunta importante: por qué algunos se vuelven adictos más rápido que otros. ¿Cual es la respuesta?
Los científicos del Instituto de Investigación de Corea han descubierto que los receptores de dopamina D2 (DRD2) en las interneuronas colinérgicas (CHIN) juegan un papel clave en la adicción a la cocaína.
La adicción a las drogas es un trastorno mental en el que la "persona" busca y consume drogas de manera obsesiva, a pesar de sus efectos nocivos. Cuando se consumen, las drogas aumentan los niveles de dopamina, en el sistema de recompensa del cerebro, y activan los receptores de dopamina, lo que a su vez provoca un intenso deseo por las drogas.
Recomendamos: Morir de una sobredosis: una mezcla letal de drogas, drogas y alcohol.
Explicación de términos:
Dopamina: un neurotransmisor que se libera en el cerebro cuando una persona es recompensada o se expone a sustancias adictivas. Se le conoce comúnmente como la "hormona del placer" u "hormona de la felicidad".
Receptor de dopamina: un receptor en la membrana celular que se une específicamente a la dopamina y responde a ella.
¿Son todos adictos por igual?
Existen diferencias individuales en la adicción a las drogas. Algunas personas son más propensas a la adicción cuando se exponen a una dosis similar de la droga adictiva. Sin embargo, el mecanismo neurobiológico subyacente a este fenómeno sigue siendo difícil de alcanzar.
Recomendamos: Coadicción: síntomas y tratamiento
Los científicos están realizando experimentos en ratones para dar una respuesta a cómo funciona el mecanismo de adicción. - Al examinar la expresión génica de todo el genoma dentro de CHIN, que ocurre en diferentes entidades individuales, hemos creado un área pionera de investigación sobre la adicción - aprenda del estudio - Como parte de una investigación adicional, continuaremos estudiando el mecanismo molecular detallado subyacente a cómo se muestran los animales adictos. aumento de la expresión de DRD2. La búsqueda de candidatos a fármacos que puedan controlar dicha sensibilidad regulando la actividad del receptor de ACh podría ser otro plan futuro viable.