La confusión puede estar relacionada con la pérdida de conciencia de dónde nos encontramos, pero también puede estar relacionada con alteraciones en el sentido de la propia identidad. Los problemas psiquiátricos pueden generar confusión, pero también una variedad de enfermedades orgánicas. La aparición de confusión debería ser un motivo para visitar a un médico; a veces es el primer síntoma de enfermedades graves, incluidos los cánceres del sistema nervioso central o los trastornos de la demencia.
La confusión es, como su nombre indica, un trastorno de la orientación. A su vez, la orientación en sí (o conciencia) se puede dividir en orientación autopsíquica y orientación alopsíquica. La orientación autopsíquica está directamente relacionada con el propio paciente y consiste en que una determinada persona sabe, por ejemplo, quién es, cómo se llama y cuántos años tiene. La orientación alopsíquica es algo más amplia porque está relacionada con todo el entorno del paciente. Una persona con orientación alopsíquica sabe dónde se encuentra en este momento, conoce la fecha correcta y puede determinar correctamente la estación del año. Otra división, por otro lado, distingue los trastornos de orientación en cuanto al tiempo, el lugar y la propia identidad; por lo general, en el curso de diversas patologías, aparecen primero los trastornos en la percepción del tiempo.
La confusión rara vez es el único problema al que se enfrenta el paciente. Suele ir acompañado de otras dolencias, como:
La confusión puede ocurrir en muchos aspectos de la vida y puede afectar a niños y adultos.
- agitación psicomotora,
- trastornos psicóticos (como alucinaciones o delirios),
- entrelazamiento,
- alteración de la concentración y la atención.
La evaluación de la orientación es uno de los elementos básicos de un examen psiquiátrico de rutina. Su valoración incluye, entre otros Mini Examen del Estado Mental (MMSE), que se utiliza como prueba de detección del deterioro cognitivo. La confusión definitivamente no es un fenómeno que solo enfrentan los psiquiatras; puede conducir a tantas afecciones que literalmente cualquier médico puede encontrarse con un paciente confundido.
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Una de las causas más comunes de confusión es la alteración de la conciencia en forma de delirio y varios tipos de demencia (por ejemplo, enfermedad de Alzheimer). Otras posibles causas de confusión incluyen:
- envenenamiento (por ejemplo, con drogas, alcohol, drogas o monóxido de carbono);
- infecciones (como encefalitis o meningitis);
- shock (especialmente shock séptico);
- alteraciones electrolíticas;
- deshidración;
- enfermedades neurológicas (por ejemplo, tumores del SNC, ictus o convulsiones);
- trastornos endocrinos (por ejemplo, hipotiroidismo o hipertiroidismo);
- fiebre;
- hipoxia;
- hipotermia;
- cirrosis o insuficiencia hepática;
- Síndrome de Reye;
- niveles anormales de glucosa en sangre (es posible que haya confusión tanto con la hipoglucemia como con la hiperglucemia);
- hipotensión ortostática (descenso de la presión arterial cuando se pone de pie);
- insuficiencia renal;
- amnesia;
- condiciones psiquiátricas (como trastornos del estado de ánimo, trastornos de ansiedad, trastornos de la personalidad o trastornos delirantes).
Periódicamente pueden producirse estados de confusión muy breves en todas las personas, incluso entre personas sanas. La desorientación se puede experimentar temporalmente, por ejemplo, después de despertar de un sueño excepcionalmente profundo.
Vale la pena saberloConfusión: Tratamiento
La confusión es sin duda un problema importante para el paciente, pero es un síntoma, no una enfermedad, por lo que se trata la afección que provocó la desorientación. Algunas de las afecciones mencionadas anteriormente (como alteraciones de los electrolitos o niveles anormales de glucosa en sangre) conducen a una desorientación temporal, que desaparece una vez que se corrigen los trastornos existentes del paciente. En otros casos de desorientación, por ejemplo relacionada con la demencia, el pronóstico de los pacientes puede ser mucho peor; en tales situaciones, la confusión (especialmente en ausencia de tratamiento) puede empeorar con el tiempo.
Por las razones mencionadas anteriormente, cualquier forma de confusión (con respecto a la hora, el lugar o la persona) debe llevarlo a ver a un médico. Después de todo, la desorientación puede indicar la existencia de un paciente, incluso una enfermedad potencialmente mortal.