Llegan noticias preocupantes de China de que el coronavirus CoV-2 del SARS puede causar efectos secundarios a largo plazo de daño testicular. ¿Hay algo que temer?
El informe de los científicos del hospital Tongji en Wuhan se publicó a principios de marzo, pero después de unas horas las autoridades gubernamentales lo retiraron, citando el hecho de que las tesis contenidas en él no habían sido confirmadas por ningún estudio.
Sin embargo, fue suficiente por unas horas para que el informe circulara en las redes sociales como una advertencia para los hombres en edad productiva que, en teoría, no corren riesgo de contraer COVID-19 grave.
Investigadores del Centro de Medicina Reproductiva del Hospital Tongji, dirigido por el profesor Li Yufeng, advierten en el informe que las infecciones por coronavirus del SARS CoV-2 dañan principalmente los pulmones y el sistema inmunológico, pero teóricamente también podrían afectar los sistemas urinario y reproductivo de los hombres, lo que lleva a la formación de tumores testiculares y deterioro grave de la fertilidad, incluida la pérdida completa de la fertilidad. ¿De dónde viene este miedo?
Como se muestra en estudios recientes, el nuevo coronavirus ingresa a las células humanas cuando su envoltura proteica se combina con la enzima ACE2 presente en las células de nuestro sistema respiratorio. Resulta que los receptores ACE2 también están presentes en grandes cantidades en otros órganos: intestino delgado, riñones, corazón, tiroides y testículos, en estos últimos la expresión de proteína y ARNm de ACE2 es mucho mayor que en muchos otros órganos y tejidos.
Se han detectado altos niveles de expresión de ACE2 tanto en los túbulos seminales, responsables de la producción de espermatozoides, como en las células intersticiales de los testículos (llamadas células de Leydig), responsables de la producción de testosterona. El daño a ambos tipos de células puede resultar en la formación de tumores en los testículos, un serio deterioro de la fertilidad e incluso su pérdida completa.
El hecho de que los temores de los científicos no sean infundados puede demostrarse mediante estudios de víctimas del virus SARS-CoV-1, que causó la epidemia en 2002-2003 y fue muy similar en acción al nuevo coronavirus. Luego, los investigadores analizaron los cambios patológicos en los testículos en 6 pacientes y concluyeron que todos tenían orquitis extensa, que incluía gónadas dañadas, poco o ningún espermatozoide en los túbulos seminíferos, así como una membrana basal engrosada e infiltrados de leucocitos.
Se necesitarán numerosos estudios para confirmar esta tesis, pero hoy los científicos le advierten que controle su fertilidad después de la enfermedad COVID-19.
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