Una morfología es un análisis de sangre que analiza la composición y estructura de las células sanguíneas. Pero la sangre no es solo glóbulos rojos y blancos y plaquetas. Los exámenes preventivos también deben incluir bioquímica sanguínea, es decir, una prueba de la composición del plasma en el que se suspenden las células sanguíneas, así como un frotis.
Un análisis de sangre no es solo un hemograma, vale la pena incluir la bioquímica de la sangre (prueba de composición del plasma) y un frotis en la referencia. Descubra qué información de salud proporcionan estas pruebas.
Análisis de sangre preventivos: lo que dice el hemograma
A partir de esta prueba, averiguaremos si tenemos el número correcto de glóbulos rojos (eritrocitos - RGB) y la concentración de hemoglobina, la proteína responsable de la transferencia de oxígeno, así como el hematocrito, es decir, la relación cuantitativa de eritrocitos a plasma. También se examinan el tamaño de los glóbulos rojos (MCV), el contenido de hemoglobina de los glóbulos rojos (MCH) y la concentración de hemoglobina en los glóbulos rojos (MCHC). Un cambio en cada uno de estos parámetros puede sugerir deficiencia de hierro, deficiencia de vitaminas. B12 o ácido fólico.
¿Cómo prepararse para un análisis de sangre?
Análisis de sangre: glóbulos blancos
La morfología también determina los glóbulos blancos y sus tipos: linfocitos y monocitos. Un número anormal de glóbulos blancos (tipos generales e individuales) podría ser un síntoma de un trastorno. Aumento de enfermedades inflamatorias y leucemias, así como linfomas e hipertiroidismo. Pero bien puede ser el resultado de un esfuerzo físico intenso, estrés prolongado o incluso baños de sol intensos. El tercer parámetro examinado en la morfología son las plaquetas, es decir, los trombocitos. El aumento del número de plaquetas se produce en infecciones crónicas, pero también en el caso de deficiencia de hierro y después de un ejercicio intenso. La depleción de plaquetas puede indicar, por ejemplo, enfermedades autoinmunes o una sobredosis de analgésicos, pero también puede indicar un trastorno de la médula ósea, donde se forman todas las células sanguíneas.
Análisis de sangre: ESR y CRP
En morfología, también se determina la ESR, es decir, la reacción de Biernacki (la velocidad de hundimiento de los glóbulos rojos a lo largo del tiempo) y el nivel de proteína C reactiva (CRP). El aumento del valor de estos indicadores puede indicar la presencia de inflamación.
Análisis de sangre preventivos: cuando se mancha la sangre
Si el recuento sanguíneo es incorrecto, el médico suele solicitar un frotis de sangre, es decir, un análisis especial de un tipo de glóbulos blancos: los granulocitos. Determine el nivel de neutrófilos NEUT, eosinófilos (EOS) y basófilos (BASO). Los cambios en los niveles de estas células sanguíneas pueden indicar la presencia de infecciones en el cuerpo, enfermedades virales y bacterianas, alergias, trastornos de la médula ósea, incluida leucemia e hipotiroidismo.
Análisis de sangre preventivos: bioquímica de la sangre
Los resultados de la bioquímica sanguínea también proporcionan información valiosa. Durante este estudio, se analiza la composición del plasma sanguíneo. Se analizan los siguientes: glucosa, urea, creatinina, proteína, ácido úrico, electrolitos (potasio, sodio, cloro), colesterol, triglicéridos, bilirrubina, amilasa. Las pruebas bioquímicas le dan al médico una descripción general del funcionamiento de casi todos los órganos y glándulas, y una evaluación del estado de hidratación y nutrición. La bioquímica del plasma se puede realizar en un perfil general o para una condición médica específica.