La adenomiosis es un nombre diferente para los focos de endometriosis que se encuentran dentro de la membrana del músculo uterino o miometrio. La adenomiosis se puede dividir en una que se localiza dentro de los órganos genitales y que ocurre fuera, por ejemplo, en la zona de los intestinos o la vejiga.
Las causas de la adenomiosis aún no están determinadas, pero se supone que siguen siendo multifactoriales. El factor traumático y la inflamación en desarrollo son los que se atribuyen con mayor frecuencia a la teoría del trastorno en cuestión. En condiciones naturales, el útero de una mujer sana tiene elementos que constituyen una especie de barrera entre la capa miometrial y el endometrio. Estos son factores mecánicos, así como toda una cascada de componentes inmunes. Debido a tales mecanismos, las glándulas de la mucosa uterina no crecen demasiado en las estructuras musculares. Por supuesto, el proceso de crecimiento interno en sí mismo no ocurre todos los días. Deben crearse las condiciones adecuadas. Un ejemplo de tal situación es una lesión mecánica causada, por ejemplo, como resultado de un legrado del músculo uterino, una cesárea realizada o el proceso de interrupción del embarazo. Además, la barrera protectora puede dañarse durante el trabajo fisiológico.
Otra teoría del origen asume la metaplasia celular, cuando células indiferenciadas de los conductos de Wolff o Müller, es decir, estructuras de gran importancia en el desarrollo embrionario del aparato reproductor, dan lugar al desarrollo de adenomiosis.
También se habla del papel de los factores hormonales. La concentración de prolactina, FSH, LH y estrógenos es de gran importancia.
Los síntomas de la adenomiosis
En muchos casos, el proceso de adenomiosis es completamente asintomático, en los casos restantes las quejas más frecuentemente reportadas son sangrado vaginal anormal, dolor uterino o malestar antes de cada menstruación reconocida como un síndrome premenstrual más intenso. Sucede que el dolor acompaña a las mujeres durante todo el ciclo menstrual. Puede haber sangrado vaginal anormal, como sangrado menstrual abundante y prolongado, o sangrado vaginal a intervalos irregulares, no relacionado con la menstruación. El sangrado menstrual puede durar incluso de 8 a 14 días y el aumento de la pérdida de sangre se traduce en la morfología de la paciente, lo que resulta en anemia. A veces, el sangrado excesivo se acompaña de calambres en la parte inferior del abdomen. Cuando los focos de adenomiosis se encuentran fuera del útero, las quejas comunicadas por la paciente se refieren a las estructuras afectadas, es decir, la vejiga o el intestino.
La consecuencia de la anemia es debilidad general del cuerpo, piel pálida, tolerancia reducida al ejercicio.
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El problema de la adenomiosis no debe retrasarse y, sobre todo, acudir al ginecólogo. En un examen interno, el médico encuentra un útero duro y agrandado, doloroso cuando se palpa durante el período perimenstrual. Cabe destacar que la ausencia de alteraciones en el examen interno no es un factor descalificante de este diagnóstico. En caso de duda, se debe realizar una ecografía en la que se puedan identificar los focos. Luego, el cuerpo uterino adquiere una forma irregular. Además, lo más importante es el cuadro clínico de la paciente y las quejas que reporta.En casos raros, la resonancia magnética se usa como una herramienta de diagnóstico, que muestra el límite entre el endometrio y el miometrio. El diagnóstico final se realiza sobre la base del cuadro patomorfológico.
Tratamiento de la adenomiosis
El tratamiento de la adenomiosis se basa principalmente en la eliminación de los síntomas. La incidencia máxima de adenomiosis se da entre los 35 y los 50 años, el trastorno también se presenta en la vejez, aunque los síntomas no deberían ser tan graves. Por tanto, las mujeres jóvenes experimentan el mayor malestar y son ellas las que se dedican a diversas formas de terapia.
Si una mujer permanece en edad reproductiva y tiene planes maternos, se utilizan métodos conservadores, es decir, enucleación local de la lesión. Otra forma de terapia es la histerectomía, pero afecta a las mujeres mayores debido al tratamiento radical. Debido al progreso en las técnicas quirúrgicas, se utiliza el método laparoscópico de extirpación uterina, que reduce la traumatización del tejido. A veces se incluyen formas de farmacoterapia, es decir, análogos de gonadoliberina, progestágenos, cuya tarea es crear una menopausia farmacológica.
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