La crítica constructiva es un tipo de crítica diseñada para ayudar, no para estigmatizar. La crítica constructiva es más fácil de percibir y más a menudo trae el efecto de mejora, por lo que debería ser una regla, entre otras cosas, en las relaciones con los empleados. Aprenda sus principios y aprenda a criticar de forma constructiva.
Ser capaz de criticar constructivamente es un arte real, porque es la forma de crítica la que determina si te motivará a mejorar o te disuadirá de seguir actuando. Es difícil prescindir de la crítica, tenemos derecho a ello, y algunas situaciones de la vida nos obligan a juzgar y decir cosas que no siempre son agradables. Es especialmente difícil evitar las críticas al desempeño en el trabajo o la escuela, porque en estas situaciones, el progreso es el determinante del éxito. Si no está ahí, es difícil recibir elogios. Entonces, ¿cómo criticar constructivamente?
La crítica constructiva es principalmente una forma de señalar los errores de alguien o llamar la atención que conducirá a un cambio en el comportamiento de esa persona. El objetivo de la crítica en este caso no es humillar, maliciar o atacar, sino destacar lo que se puede mejorar. La crítica constructiva es muy valorada en las relaciones interpersonales porque permite mantener buenas relaciones entre el crítico y el criticado. Se diferencia de la crítica habitual en que las palabras no deben pronunciarse bajo la influencia de emociones fuertes y la manera de criticar no debe herir a la otra persona.
Lea también: ¿Cómo hablar de política en la mesa familiar? CONTROL EN EL TRABAJO: ¿Cómo lidiar con un jefe tirano? TRIMESTRE constructivo, o cómo discutir con tu cabezaPrincipios de la crítica constructiva
Para que la crítica cumpla las condiciones de la crítica constructiva, se deben cumplir ciertas reglas. Aquí están:
- Definir el propósito y el significado de la crítica. Primero, considere si la situación requiere críticas y si la persona que está siendo criticada realmente se beneficiará de ella. En este caso, lo más importante es el objetivo que queremos alcanzar. Las críticas resultantes del nerviosismo o la frustración son injustificadas. La motivación debe ser más profunda, entonces tiene sentido expresar tu opinión.
- Prepara a la otra persona para las críticas. Dado que se debe considerar la crítica constructiva, vale la pena darle a la otra parte la oportunidad de una respuesta bien pensada para defenderse. No podemos detener a alguien con críticas y poner a alguien en una posición difícil con un ataque sorpresa. De esta manera, solo podemos provocar una reacción indeseable de la otra parte, por ejemplo, responder con agresión, ofendernos, cerrarnos a otras soluciones, desmotivarnos. Lo mejor es anunciar, por ejemplo, una conversación honesta, para dar una señal de antemano de que evaluaremos algo o alguien.
- Cíñete a los hechos. La crítica constructiva se basa en argumentos racionales basados en hechos, no en generalizaciones. Por tanto, para la crítica, es necesario elaborar la argumentación adecuada que confirme la valoración realizada. La gente está más interesada en la justificación racional y objetiva de sus argumentos, por lo que vale la pena prepararse para la crítica con anticipación y repensar cada acusación, buscando evidencia concreta para ello. Para que nadie nos acuse de prejuicio personal o juicio injusto. Hacer acusaciones como "eres un inútil", "no puedes contar contigo" es demasiado general y puede percibirse como un ataque personal.
- Enseñe primero, luego critique. Antes de pasar a enumerar sus acusaciones o comentarios hacia la otra persona, intente presentar la imagen correcta de la situación, es decir, cómo debería verse. Primero, prestamos atención a los valores que se deben seguir y cuáles son importantes, y solo entonces mostramos dónde y cuándo faltaban. Para que la persona criticada sepa por qué ha actuado mal, conozca sus intenciones. Esta es una oportunidad para mostrar el problema de la manera más objetiva posible, para que la persona que acepta la crítica esté de acuerdo con nosotros y saque conclusiones de su comportamiento.
- Respeta a los criticados. La crítica se percibe de manera completamente diferente, si percibe la amabilidad y las buenas intenciones de la crítica en ella. Por ello, debes mantener siempre la calma y no dejarte llevar. Criticar en las emociones generalmente se percibe como un ataque, la otra parte puede sentirse humillada y desacreditada. Tales sentimientos no la ayudarán a aprender de las críticas. Al respetar a nuestro interlocutor, lo haremos respetar. También se desaconseja criticar frente a otras personas, en público. La persona criticada tiene derecho a sentirse humillada en tales condiciones.
- Elogie primero, luego critique. El tono suave y tranquilo de la conversación se trata de cortar las emociones negativas que podrían hacer que toda la discusión sea irracional. Para suavizar los matices de la crítica, es bueno tejer una evaluación positiva en ella. Por eso es bueno comenzar con reconocimiento y elogio. Esto hará que la persona criticada esté abierta a una evaluación adicional y la considere justa.
- Criticar y asesorar. Lo importante en la crítica constructiva es el apoyo que debe sentir la persona criticada. Entonces, al enumerar sus malas características o errores, vale la pena tener una idea para resolver el problema o mejorar el comportamiento. Gracias a esto, sentirá nuestra preocupación y le será más fácil seguir los consejos. También vale la pena darle a la parte criticada la oportunidad de defenderse o justificarse. Esto nos ayudará a comprender cuál es el problema y a elegir la mejor solución en esta situación.
La crítica constructiva: un aliado en el trabajo
La crítica constructiva es muy apreciada en las relaciones con los empleados. Permite al personal directivo influir en la eficiencia del trabajo y los logros de su gente. Esto se debe a que dicha crítica es muy motivadora para actuar y te permite mirar tu trabajo de manera objetiva.
Finalmente, vale la pena recordar que la crítica constructiva es solo el diez por ciento de la opinión total de una persona. En toda la conversación, no podemos centrarnos solo en los errores, porque estigmatizarlos será contraproducente.
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