Responda la pregunta, ¿cuándo tengo derecho a llamar a una ambulancia?
Solo llamamos a una ambulancia en situaciones de amenaza inminente para la vida o emergencias que puedan ocasionar daños importantes a la salud (la nuestra o la de otros). Podemos hablar de un estado de emergencia repentino cuando se trata de: - pérdida del conocimiento, - alteración del conocimiento, - convulsiones, - dolor repentino y agudo en el pecho, - alteraciones del ritmo cardíaco, - disnea severa, - dolor abdominal agudo repentino, - vómitos persistentes, - trabajo de parto que progresa rápidamente, - reacciones alérgicas agudas y graves (erupción cutánea, dificultad para respirar) como resultado de la ingestión de un medicamento, mordedura o picaduras de animales venenosos, - intoxicación con medicamentos, productos químicos o gases, - quemaduras extensas, - insolación, - resfriado corporal, - descarga eléctrica, - ahogamiento o ahogamiento, - agresión causada por una enfermedad mental, - intento de suicidio, - caída desde una gran altura, - herida extensa resultante de un traumatismo, - lesión en las extremidades inferiores que impiden el movimiento independiente.
Se debe llamar a una ambulancia en caso de accidentes de tráfico, atropellos y ahogamientos. En otros casos, el despachador puede rechazar la llegada de la ambulancia y devolver a la persona que llama a la clínica. Dependiendo de la disponibilidad y el problema informado, el paciente puede esperar una ambulancia con un equipo básico (con rescatistas o enfermeras) o un especialista (un médico viaja allí adicionalmente). El personal médico lo ayudará en el lugar y lo trasladará al hospital si es necesario.
Base jurídica: Reglamento del Ministerio de Salud sobre servicios garantizados en el campo de los servicios médicos de emergencia (Boletín Legislativo de 2009, núm. 139, ítem 1137)
Recuerde que la respuesta de nuestro experto es informativa y no sustituirá una visita al médico.
Przemysław GogojewiczPerito legal independiente especializado en asuntos médicos.